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Fitobonificación: para una recuperación de la fertilidad del suelo

Fitobonificación: para una recuperación de la fertilidad del suelo

La agricultura moderna y la industrialización de vastas áreas de nuestro país han llevado a un deterioro de los suelos que a menudo requieren cientos (o miles en algunos casos) de años para una recuperación total. ¿Deberíamos, por lo tanto, considerar abandonar totalmente estas áreas?
Afortunadamente, existen algunas técnicas de fitorremediación (o fitobonificación) que pueden satisfacernos. Esta es una técnica ideada a mediados del siglo pasado que permite algunas técnicas de ingeniería agrícola para recuperar y luego restaurar, en un tiempo más corto, la tierra para fines agrícolas o forestales.
Esta técnica hace uso de la inserción de especies de plantas que se alimentan de metales pesados ​​y compuestos orgánicos, restando gradualmente de la tierra, lo que, de hecho, reduce la concentración de estos elementos en tiempos mucho más cortos.

Sin entrar en los méritos de las especies que sirven a esta «misión» y para las cuales se debe realizar un cuidadoso estudio ecológico y de vegetación, es claro que los beneficios del uso de la fitorremediación son de increíble utilidad y perspectiva. La fitorremediación de hecho cae en el bajo impacto ambiental técnica y coste reducido (comparándolos con la recuperación de suelos técnicas habituales) y se puede usar sola o además de lucha contra la desertificación y por lo tanto el aumento de la fertilidad del suelo y, por más, si se lleva a cabo bien no se lleva la tierra agrícola, sino que la regenera.
Pero hay más con las técnicas de fitobonificación que puede aumentar la cantidad de biomasa que se puede obtener en las áreas en cuestión y / u obtener diferentes materiales útiles para su uso en la construcción ecológica, así como fibras para telas naturales y papel.
¿Parece suficiente? Hay más; mediante la fitobonificación los metales pesados ​​extraídos pueden ser devueltos a la circulación (con procedimientos particulares que no son particularmente complicados) para hacer renovables algunos recursos como los de los metales pesados ​​que hoy se extraen de fuentes renovables.
Está claro que las técnicas, luego la recuperación de metales pesados ​​(o incluso los residuos radiactivos) deben ser tratadas de vez en cuando y evaluados por su riesgo y peligro por expertos en los diversos sectores. Pero es el futuro; una vez más, la naturaleza puede darnos respuestas y recursos que el modelo industrial aún debe asimilar y comprender.
La fitobonificación, lejos de ser una técnica sin dificultades en las aplicaciones, sin embargo, es un campo de absoluto interés y tal vez tenemos que tocar la puerta de la Política para dar la atención y las instalaciones adecuadas para su uso.

Guido Bissanti




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