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Thrips meridionalis

Thrips meridionalis

El trip del melocotonero (Thrips meridionalis, Priesner, 1926) es un insecto perteneciente a la familia Thripidae.

Sistemático –
Desde un punto de vista sistemático pertenece a:
Dominio eucariota,
Reino Animal,
Subreino Eumetazoa,
Sucursal de bilateria,
Filo Artrópodos,
Subfilo Hexapoda,
Clase Insecta,
Subclase Pterygota,
Cohorte exopterygota,
Subcohorte Neoptera,
Superorden Paraneoptera,
Sección Thysanopteroidea,
Orden Thysanoptera,
Suborden Terebrantia,
Familia Trípidae,
Subfamilia Tripinae,
Género trips,
Especie T. meridionalis.
El término es básonimo:
– Taeniothrips meridionalis Priesner, 1926.

Distribución geográfica y hábitat –
Thrips meridionalis es un insecto muy extendido en todas las zonas europeas donde vive en melocotoneros y otras frutas de hueso (albaricoqueros, cerezos y ciruelos); además se ha reportado en flores de peral y también en Erica verticillata, Iris germanica, Raphanus spp., Brassica spp. y clavel.

Morfología –
Thrips meridionalis es un insecto cuyos adultos alcanzan entre 1,2 y 1,4 mm de longitud cuando maduran.
Son de color oscuro con características alas estrechas y con flecos.
La hembra alada es de color marrón grisáceo o marrón negro con un tórax a veces de color marrón rojizo.
La cabeza está equipada con una cerda larga a cada lado del ocelo anterior y en el exterior de la cual hay otra de aproximadamente 1/3 de largo; detrás de los dos ocelos restantes hay dos cerdas iguales a las postoculares más grandes y ligeramente más largas que las anteocelares laterales.
Las antenas son delgadas con el segmento I oscuro, II más claro, III amarillo, IV oscuro pero con una base clara y segmentos claros u oscuros restantes solo en la articulación; el artículo VI es más corto que el III (este último es aproximadamente 4 veces más largo que ancho).
El pronoto tiene esquinas posteriores equipadas con un par de macroquetos.
El VIII urotergo tiene formaciones espinescentes en forma de peine distribuidas regularmente a lo largo de todo el margen posterior.

Aptitud y ciclo biológico –
Thrips meridionalis pasa el invierno gracias a las hembras adultas fecundadas, que se refugian en el suelo o en las grietas de la corteza de las plantas.
En el período primaveral, alrededor de la primera quincena de marzo que corresponde aproximadamente a la fase del botón rosa, los adultos invernantes se desplazan hacia los botones florales, penetrando las flores y poniendo huevos en su interior, utilizando la térebra. Aquí se ponen hasta ochenta huevos, a razón de 3-4 por día, de forma aislada y con la térebra dentro de los tejidos de la base de los estambres.
Las ninfas nacen tras un período de incubación de una semana; se alimentan inmediatamente a través de punciones en la base de los estambres o en los tejidos de la parte interna de la copa del cáliz. El secado de este último empuja al insecto a picar la base del estilo y los frutos en formación.
Su presencia se da de abril a mayo.
Después de dos estadios neanidales, una prepupa y una pupa, aparecen los nuevos adultos que pueden transferirse de los melocotoneros a otras plantas herbáceas o arbustivas espontáneas para continuar su actividad trófica.
En primavera-verano se suceden dos o tres generaciones, la última de las cuales da lugar a las hembras invernantes.

Papel ecológico –
Thrips meridionalis es un insecto que daña las flores y frutos del melocotonero con sus picaduras; con estas picaduras también inyecta saliva, que contiene sustancias de acción degenerativa que provocan deformaciones parciales y lesiones superficiales, que posteriormente se necrosan y suberifican.
El fruto de los melocotones nectarinos, debido a la falta de cubierta peluda, está más expuesto al ataque de los trips.
En los frutos que se encuentran actualmente en crecimiento las alteraciones son generalmente más profundas y se pueden formar lesiones cancerosas de las que puede surgir un cirro gingival.
Se pueden encontrar los mismos bocados en algunos cultivares de ciruela.
La lucha contra este tisanóptero debe tener en cuenta la presencia de sus enemigos naturales en el territorio, entre los que recordamos a los Rhynchota Anthocoridae, especialmente el género Orius que actualmente se está probando contra los trips de invernadero.
Además, el periodo de tratamiento debe tener en cuenta la biocenosis de otras poblaciones de insectos, como polinizadores, sírfidos y otros insectos, teniendo en cuenta que los tratamientos químicos interfieren en la fauna y avifauna, con la consiguiente alteración de las aves como depredadoras de estos insectos.
En este sentido, se deben evitar especializaciones de cultivos, espaciamientos demasiado estrechos, aplicando técnicas de agroecología, con presencia de setos que dividan las parcelas (incluidas las productivas), de cultivos intercalados (incluso en hileras paralelas) de otras especies arbóreas, de pastos específicos, etc.
Hasta la fecha, la lucha contra este Thrips ha seguido los criterios de lucha guiada. Sin embargo, las operaciones de seguimiento de la población son bastante difíciles debido a las características del insecto que se debe controlar; de hecho, el muestreo debe realizarse en formas móviles muy pequeñas que casi nunca se ubican en puntos muy precisos y visibles debido a sus rápidos movimientos.
En cualquier caso, el muestreo, que debe realizarse durante la floración y con instrumentos ópticos adecuados (lupas), tiene como objetivo identificar las formas móviles que invernan en el interior de las estructuras florales, en la base de los verticilos florales. El seguimiento de los adultos se puede realizar mediante la aplicación de trampas cromotrópicas de color azul (1 cada 50 metros cuadrados).
Además, el umbral de intervención varía de una especie a otra cultivada; para las nectarinas corresponde a la presencia de pocas formas móviles del fitófago.
Con este tipo de control la intervención se debe realizar al final de la floración.
Sin embargo, estas intervenciones pueden llegar tarde, especialmente en el caso de cultivares sensibles; en huertos multivarietales las floraciones son muy paulatinas y, al tener que esperar a la última floración, llega demasiado tarde.
En estos últimos casos es preferible realizar también una intervención en los botones rosados ​​o, mejor aún, durante la prefloración que tiene como objetivo eliminar las formas invernantes y evitar el período de mayor presencia de polinizadores.

Guido Bissanti

Fuentes
– Wikipedia, la enciclopedia libre.
– GBIF, el Fondo Mundial de Información sobre Biodiversidad.
– Russo G., 1976. Entomología Agrícola. Parte Especial. Liguori Editore, Nápoles.
– Pollini A., 2002. Manual de entomología aplicada. Edagricole, Bolonia.
– Tremblay E., 1997. Entomología aplicada. Liguori Editore, Nápoles.



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