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Reproducción del peral silvestre europeo

Reproducción del peral silvestre europeo

El peral silvestre (Pyrus pyraster (L.) Burgsd.) es una planta de la familia de las rosáceas.

Hábitat de cría adecuado –
El Pyrus pyraster, junto con el Pyrus caucasica es el progenitor de la pera común cultivada (Pyrus communis). Sin embargo, a menudo es difícil distinguir el perastro de la pera común. El área de origen del Pyrus pyraster va desde el centro-oeste de Europa hasta el Cáucaso. No se encuentra en el norte de Europa.
Su hábitat natural son a menudo los bosques caducifolios, donde crece en altitudes que pueden llegar hasta los 1400 m. s.l.m. en las zonas más al sur, y florece y muda sus hojas al mismo tiempo de abril a junio y puede llegar incluso a los 150 años.

Propagación –
El peral silvestre es una planta que para crecer y ser cultivada requiere de climas templados frescos, característicos de su zona natal, donde se encuentra tanto en los llanos como en las montañas, hasta los 1400 m.
Al igual que la pera común, crece tanto en suelos ácidos y de textura ligera como las bajas laderas alpinas como en suelos subalcalinos más cercanos al Mediterráneo, siempre que sean ricos en sustancia orgánica.
La propagación puede ocurrir por semilla.
La siembra debe hacerse en un semillero sin calefacción tan pronto como la semilla esté madura, en el período de otoño; la semilla tiende a germinar desde mediados hasta fines del invierno. La semilla almacenada requiere de 8 a 10 semanas de estratificación en frío a 1 °C y debe sembrarse lo más temprano posible durante el año.
Cabe recordar que temperaturas superiores a 15 – 20 °C inducen una latencia secundaria en la semilla.
Una vez brotadas, es necesario esperar a que las plantas jóvenes alcancen un tamaño manejable. En este punto hay que colocarlas en macetas individuales donde crecerán, en un lugar resguardado, durante su primer año.
El trasplante debe entonces realizarse en primavera o, como muy tarde, a principios del verano del año siguiente.

Ecología –
El peral silvestre, como se mencionó, es un árbol muy raro en la naturaleza y es el antepasado de muchas variedades de peras cultivadas. De hecho, en algunos países está en la lista de especies en peligro de extinción.
En la naturaleza crece en bosques latifoliados o arbustos entre 0 y 1400 m s.n.m.
Podemos encontrarlo en los lugares más cálidos y ricos en nutrientes de Europa Central. Proporciona importantes beneficios ecológicos para el mundo animal. Los insectos aman el néctar de sus flores, mientras que los erizos, lirones, martas y tejones aman su fruto.
De este árbol se obtiene una madera muy apreciada, muy pesada, poco elástica, caracterizada por un color rojizo, especialmente buscada para tallar y tornear. Los frutos son mucho más pequeños y firmes que los de la pera cultivada, pero tienen un sabor dulce y aromático.
En la mitología, el peral silvestre también suele ser el árbol que atrae a dragones, demonios y brujas.




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