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Cómo se cultiva el abedul del Etna

Cómo se cultiva el abedul del Etna

El abedul del Etna (Betula aetnensis Raf.) es una especie arbórea de la familia Betulaceae, endémica de Sicilia, donde vive en las lavas del Etna en condiciones extremas, adaptándose a condiciones climáticas muy fuertes.
Sus estructuras reproductivas son flores reunidas en inflorescencias de color amarillo para las masculinas y verde claro para las femeninas, con un período de floración que va de abril a mayo.
Los frutos son pequeños aquenios de forma cónica y de color marrón.

Cultivo –
El abedul del Etna es una especie arbórea que se ha adaptado, muy probablemente tras un aislamiento debido a la última glaciación, a la zona restringida donde crece.
Por tanto, se recomienda su cultivo en condiciones pedoclimáticas muy similares.
Si tienes plántulas jóvenes, estas deben ser implantadas, después de la fertilización orgánica, en el hoyo que albergará la planta, y seguidas en la primera fase vegetativa, también mediante riego para dejarlas libres en su medio natural. Hoy, por sus características, Betula aetnensis es considerada una especie pionera ya que es capaz de colonizar lavas incoherentes formando bosques de cierta consistencia tanto en cultivo puro como en asociación con el haya.
La propagación se produce a partir de chupones, que se forman en la base de las plantas madre o por medio de semillas.

Usos –
El abedul del Etna se puede utilizar, así como con fines ecológicos y ornamentales particulares, en fitoterapia, donde se utilizan las yemas, la linfa y especialmente las hojas, para preparar infusiones que estimulen las funciones renales y alivien los leves trastornos inflamatorios de las vías urinarias sistema.




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