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Cómo se propaga la zarza

Cómo se propaga la zarza

La zarza común (Rubus fruticosus L.) es una especie de arbusto caducifolio, perteneciente a la familia de las rosáceas y originaria de Eurasia.
Los frutos de esta planta se conocen comúnmente como moras.
Existen algunas variedades de esta planta, que derivan de especies de origen americano, entre las que recordamos: Thornfree, Black Satin, Dirksen Thornless y Hull Thornless.
Es una planta cuyo período de cosecha comienza en julio y se prolonga hasta septiembre. En las plantas de producción, el rendimiento por hectárea puede superar los 100 quintales.
En cuanto a la propagación de esta planta, digamos de inmediato que es una especie de fácil enraizamiento y propagación espontánea. Se puede multiplicar tanto por semilla como por esqueje. En general, dada la facilidad de enraizamiento, se procede por esquejes de un brote de la planta madre, mientras que la propagación por semilla no es muy adecuada y prolongada, salvo para obtener y reproducir nuevas variedades.

Propagación por vástago –
En general, las plantas de zarza se multiplican a partir de una rama, explotando la capacidad natural del brote para echar raíces.
Para ello, la mejor época para multiplicar las plantas son los meses de verano. En este período basta con tomar un chorro aún adherido a la planta, partirlo, doblándolo, sin separarlo completamente de la madre, y enterrarlo a unos 15 cm de profundidad.
El chorro así enterrado debe permanecer adherido a la planta y debe ser regado con frecuencia para facilitar la emisión de nuevas raíces.
Una vez en primavera, se enraizará la parte subterránea para poder separarla y trasplantarla para obtener una nueva planta de zarza.

Propagación por esquejes –
Otro sistema de multiplicación de la zarza es el que parte de un esqueje.
En este caso tendrás que tomar los brotes jóvenes, por un largo de 30-40 cm, cortarlos con una herramienta afilada y desinfectarlos y colocarlos en un florero. En este caso es recomendable preparar una mezcla compuesta por una parte de arena y una parte de suelo orgánico. La maceta se mantendrá húmeda todo el tiempo necesario para enraizar. También en este caso las nuevas plantas estarán enraizadas y listas para trasplantar en la primavera.
El trasplante así como en primavera se puede realizar, en climas más suaves, incluso en otoño asegurándose de que no se produzcan heladas.
De hecho, las plantas recién trasplantadas pueden sufrir daños tanto por la sequía como por el frío intenso.
En la operación de trasplante, basta con preparar pequeños agujeros en los que introducir las nuevas plantas con todo el pan de tierra.
El collar de la planta se colocará al mismo nivel donde estaba en la maceta de enraizamiento.
En este punto, se cubre el agujero compactando el suelo y se riega.
Para los trazados de plantación, nos orientamos, también según los diferentes cultivares, a una distancia de aproximadamente un metro, con distancias entre las hileras de al menos dos metros.
Para los detalles de la técnica puedes comportarte de la misma forma contemplada en la siguiente hoja.




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