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Cómo se propaga el arándano

Cómo se propaga el arándano

El arándano (Vaccinium myrtillus L., 1753) es un arbusto frutal de la familia Ericaceae.
El arándano está clasificado como fruto silvestre pero, por supuesto, puede cultivarse tanto en casa como en plantas de producción.
El arándano es una planta que se puede reproducir tanto por semilla como por esquejes aunque es más fácil y conveniente reproducirlo por vía agámica mediante la preparación de esquejes.

Multiplicación por semilla –
En la reproducción por semilla es necesario colocar las semillas, en el período comprendido entre marzo y abril, en un semillero que contenga un abono compuesto de sustancia orgánica bien humificada y de textura fina. Las semillas deben colocarse en un invernadero templado o cubrirse con una película, el tiempo necesario para que germinen, para mantener constante la temperatura y humedad.
Una vez que las plantas hayan crecido lo suficiente, se deben transferir a macetas individuales hasta el momento de la siembra final.
Sin embargo, la multiplicación por semilla es poco practicada ya que los resultados no siempre son satisfactorios y el logro de la producción es muy lento y, además, las plantas producidas tendrán características genéticas variables.

Multiplicación por esquejes –
En la propagación por esquejes, por otro lado, se obtendrán plantas que son todas idénticas a la planta madre y también se prefiere a la siembra por ser fácil de realizar y sobre todo porque se acorta el tiempo de entrada en producción.
Con esta técnica, la primera operación a realizar es preparar recipientes que deben ser llenados con suelo humífero con un pH ligeramente ácido y rico en nutrientes; Se recomienda una mezcla de turba ácida y arena en partes iguales.
Una vez preparados los recipientes, se realizarán los esquejes individuales, que deberán prepararse con tijeras bien afiladas y desinfectadas, en el período julio-agosto, tomando porciones apicales de ramas jóvenes de unos 15 cm de largo; además de estos se deben eliminar los primeros pares de hojas.
Inmediatamente después, los extremos cortados se tratan con un poco de polvo de hormona de enraizamiento para promover la producción de raíces.
Una vez hecho esto, los esquejes individuales se insertarán en el sustrato, no demasiado profundo y bien espaciados.
Después de enterrar los esquejes, el suelo debe compactarse bien y regarse abundantemente. El riego debe hacerse cada dos días hasta que los esquejes emitan nuevos brotes. En este sentido, es aconsejable dotar los contenedores de orificios de drenaje en la parte basal colocando material grueso (grava gruesa o arcilla expandida) en esta primera capa para facilitar el drenaje del agua.
Una vez que ha tenido lugar el enraizamiento, las plantas deben dejarse liberar y fortalecerse durante un año.
Las plantas reproducidas de esta forma se mantendrán en un ambiente protegido y se plantarán al cabo de un año, en macetas o directamente en el suelo.
Pasado este período estarán listos para el trasplante que, en el caso del cultivo agrícola, deberá incluir sedas de plantación de unos 2,5 metros entre las hileras y 1,5 m entre las plantas individuales. El arándano no necesita soportes y se puede dejar crecer libremente dado su tamaño no excesivo en altura y sobre todo gracias a la fuerza de sus ramas. Para conocer los detalles de la técnica de cultivo, consulte la siguiente hoja.




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