Un mundo ecosostenible
CultivosGuías Prácticas

Cómo intercalar pepino

Cómo intercalar pepino

El pepino (Cucumis sativus L., 1753) es una hortaliza de la familia de las Cucurbitáceas, originaria del este y sur de Asia.
Es una planta que tiende a crecer rastrera (o trepadora cuando encuentra soportes, a los que se fija a través de los cirros que producen los tallos y ramas).
Tiene flores amarillas pentalobuladas, no muy grandes, son unisexuales, nacen de la misma planta (planta monoica), las masculinas en grupos de unos cinco individuos, las femeninas son solitarias o en parejas.
El fruto de esta planta es una baya pulposa rica en agua.
Como todas las plantas, se beneficia de los cultivos intercalados y, en particular, es bueno intercalarlos con frijoles, guisantes, rábanos y zanahorias. Otras posibles asociaciones son: apio, lechuga, repollo, maíz dulce.
Sin embargo, deben evitarse las asociaciones con patatas y tomates.
Veamos en detalle cuáles son los beneficios de combinar pepino con algunas plantas.
– Maíz: El maíz proporciona una sombra ligera que puede proteger a los pepinos del sol excesivo. Además, las raíces profundas del maíz pueden ayudar a mejorar la estructura del suelo.
– Frijoles: Los frijoles trepadores, como los frijoles corredores o los frijoles mungos, pueden trepar por estacas o redes de soporte de pepinos, proporcionando sombra parcial y fijando nitrógeno en el suelo, mejorando la salud de las plantas de pepino.
– Calabazas: Las calabazas pueden proporcionar una sombra beneficiosa para los pepinos y también pueden ayudar a eliminar las malas hierbas.
– Hierbas: Plantas como la menta, la albahaca o el eneldo pueden repeler plagas y aportar variedad al jardín.
– Lechuga: La lechuga se puede plantar cerca de los pepinos porque tiene un sistema de raíces poco profundo y crece rápidamente, por lo que no compite demasiado con los pepinos por el agua y los nutrientes.
– Cebollas y ajos: Pueden actuar como repelentes naturales contra insectos y enfermedades comunes del pepino.
Todo cultivo intercalado debe siempre y en todo caso también ser evaluado en función de las características edafológicas del suelo y de la disponibilidad de agua y fertilizantes.




Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *