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Glosario Ecológico

Glifosato

Glifosato

El glifosato es el herbicida más extendido en el mundo. Es un compuesto de fosfonato orgánico patentado como herbicida en 1974. Se utiliza tanto en cultivos arbóreos y herbáceos como en zonas no destinadas a la agricultura.
Es estratégico en la producción de organismos genéticamente modificados (OGM), ya que algunos de los OGM más cultivados (por ejemplo, maíz, colza) se han vuelto resistentes al herbicida, que por lo tanto puede usarse en dosis masivas y se acumula en el producto final. .
El ser humano puede entrar en contacto con el glifosato tanto a través de la exposición residencial como a través del agua, bebidas e incluso a través de alimentos como el pan, los cereales y las lentejas (el herbicida se suele utilizar como desecante incluso antes de la cosecha), la carne o sus derivados si los animales tienen han sido alimentados con alimentos transgénicos.
Efectos sobre la salud humana –
Recientemente ha sido clasificado por la IARC como 2ª A (probable carcinógeno), pero también actúa como disruptor endocrino: especialmente en la formulación comercial, interfiere con la síntesis de progesterona, estrógeno y testosterona en concentraciones consideradas no tóxicas e inferiores a las dosis recomendadas y puede influir en la apoptosis en las células placentarias humanas.
El glifosato puede interferir con diferentes factores biológicos y puede desencadenar y empeorar muchas enfermedades graves, por lo que su toxicidad para la salud humana está actualmente establecida por numerosos estudios realizados.
Básicamente, existen dos mecanismos de acción del glifosato y, según los investigadores, estos modelos conducen a una patogénesis completa, desencadenando o agravando diversas enfermedades en el cuerpo humano.
El primer mecanismo de acción es su capacidad para quelar metales como calcio, hierro, cobre, cobalto, magnesio, manganeso, níquel y zinc. Este proceso provoca un déficit en muchas funciones fisiológicas y enzimáticas en los humanos. En particular, la deficiencia de la enzima citocromo P450 trae muchos efectos negativos porque quita la capacidad innata del cuerpo para desintoxicarse de agentes externos nocivos. La falta de estos elementos repercute en muchas transformaciones y funciones de nuestro organismo con la consecuencia evidente de un mal funcionamiento en todos los aspectos de la biología humana.
Además, el glifosato actúa sobre la bioquímica del azufre y por tanto sobre la síntesis de algunos aminoácidos como la metionina, la fenilalanina y la tirosina. Los procesos de producción de vitaminas y otras sustancias esenciales para la salud del organismo se localizan en nuestro tracto gastrointestinal y ocurren con la preciada flora bacteriana intestinal. Con el uso de glifosato la flora bacteriana queda literalmente diezmada y ésta ya no tiene la capacidad de contribuir a la salud de nuestro organismo. En esta situación de disbiosis intestinal, el riesgo de aparición de enfermedades metabólicas y diversos problemas gastrointestinales, incluso graves, es muy alto.
Como se mencionó, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer ha definido el glifosato como una «causa probable de tumores» y, por lo tanto, cancerígeno para los humanos.
Después de algunas investigaciones y pruebas realizadas en Alemania, especialmente con cervezas, se descubrió que el glifosato podría ser incluso más peligroso que el DDT y ocultar una toxicidad más amplia para los seres humanos y el medio ambiente.
Las consecuencias que se relacionan con el uso de glifosato son el desarrollo de muchos tipos de cáncer incluyendo cáncer de próstata, cáncer de tiroides, cáncer genital e incluso linfoma no Hodgkin. Además, muchas enfermedades autoinmunes se han relacionado con los efectos negativos del glifosato. Entre ellas recordamos el aumento de casos de diabetes, patologías psiquiátricas como el autismo, enfermedades degenerativas, celiaquía incluso en la infancia, así como intolerancias alimentarias y otras enfermedades dismetabólicas. Además, los casos de infertilidad, especialmente los masculinos, pueden estar relacionados con el glifosato, al igual que la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson. Además de todas estas patologías, el glifosato también ha demostrado consecuencias sobre los mecanismos epigenéticos, hasta el punto de que han aumentado los defectos de nacimiento y los casos de leucemia infantil. Esta dañina consecuencia parece estar relacionada con la exposición de las madres al glifosato, hasta el punto de que en Estados Unidos, el 30% de la leche materna que beben los recién nacidos contiene este herbicida en dosis incluso 100 veces superiores al umbral permitido para declarar potable el agua potable. Además, incluso las personas que no están expuestas al uso directo del glifosato y, por lo tanto, que no trabajan activamente en el campo agrícola, todavía tienen glifosato presente en la orina y la sangre.
Los síntomas después de la exposición a formulaciones a base de glifosato son: ojos hinchados, entumecimiento de la cara, ardor y/o picazón en la piel, ampollas, frecuencia cardíaca rápida, presión arterial alta, dolor en el pecho, congestión; tos, dolor de cabeza y náuseas (Cox, 2004).
La bacteria intestinal Lactobacillus se ve afectada negativamente por el glifosato (Shehata et al., 2013) y sus poblaciones se agotan en pacientes con enfermedad celíaca (Di Cagno et al., 2011).
Este organismo es capaz de fijar el selenio inorgánico en formas orgánicas más biodisponibles como la selenocisteína y la selenometionina (Pessione, 2012). El efecto nocivo del glifosato sobre las bacterias beneficiosas provocaría un agotamiento del suministro de selenometionina y selenocisteína. La selenocisteína está presente en el centro catalítico de las enzimas que protegen la tiroides del daño de los radicales libres (Triggiani et al., 2009). El daño de los radicales libres conduciría a apoptosis y respuestas autoinmunes (Tsatsoulis, 2002).
En conjunto, estos estudios sugieren que el glifosato puede contribuir a un mayor riesgo de cáncer. También destacan que el Glifosato podría afectar el sistema nervioso e incluso tener implicaciones en la enfermedad de Parkinson.

Efectos sobre los organismos del suelo –
El glifosato afecta funciones clave de la rizosfera, la parte del suelo que rodea las raíces y que es esencial para la salud de las plantas y la absorción de nutrientes.
Los efectos incluyen una menor absorción de micronutrientes esenciales por parte de las plantas, una mayor vulnerabilidad a las enfermedades y una reducción de la fijación de nitrógeno, lo que paradójicamente da como resultado menores rendimientos de los cultivos y cambios en la composición bacteriana (Zobiole et al., 2010; Sheng et al., 2012).
El glifosato suprime varios organismos, como las Pseudomonas fluorescentes y las rizobacterias reductoras de Mn, lo que reduce los mecanismos de defensa en la rizosfera normalmente disponibles en las primeras etapas del crecimiento de las plantas para protegerse de los patógenos (Zobiole et al., 2010).
Estos cambios pueden tener impactos directos en la salud y el rendimiento de los cultivos.
Algunos patógenos vegetales. como la “enfermedad del pie del cereal” (Gaeumannomyces graminis), los hongos parásitos de las plántulas o la pudrición de la raíz (Huber et al., 2005, 2007) y el “síndrome de muerte súbita” en la soja, se ven facilitados por los cambios inducidos por el glifosato en la biología y química del suelo. (Bithell et al., 2009).
La biodiversidad del suelo (bacterias, hongos, detrívoros) también se ve gravemente perjudicada, con repercusiones negativas en la funcionalidad del ecosistema, en la calidad de la cubierta herbácea y en la posibilidad de utilizar infraestructuras lineales como potenciales espacios de conexión entre los diferentes espacios naturales atravesados. .
Se ha observado una mayor presencia de Fusarium en cultivos de soja tratados con productos a base de glifosato. La propagación de este hongo plantea especial preocupación porque no sólo afecta a las plantas. De hecho, produce toxinas que pueden entrar en la cadena alimentaria y dañar a los seres humanos (Huber y Haneklaus, 2007) y al ganado. En cerdos, el alimento contaminado con Fusarium compromete la reproducción (Alm et al., 2006) y aumenta la mortinatalidad (Diaz-Llano & Smith, 2006).
En un esfuerzo por combatir enfermedades como el Fusarium, Monsanto comercializa Roundup Ready 2 Yield, es decir, soja con una capa fungicida/insecticida (Monsanto, 2011).
Sorprendentemente, a nivel mundial y en la Unión Europea, el actual proceso de autorización del glifosato y formulaciones comerciales relacionadas no requiere análisis exhaustivos de los impactos en el suelo.

Efectos sobre otros organismos vivos –
Los efectos del glifosato en diversos organismos vivos se han estudiado durante años y han dado resultados inequívocos.
Todos los organismos, como los invertebrados, vertebrados, mamíferos y la vida silvestre en general, se ven afectados por su presencia en el medio terrestre, marino o aéreo, impactando negativamente en sus ciclos biológicos, la cantidad y distribución de sus poblaciones así como, obviamente, enfermedades inducidas que afectan sobre el complejo sistema de hábitat.
En los insectos, por ejemplo, se encontraron aumentos significativos en las mutaciones de las moscas de la fruta cuando las larvas estuvieron expuestas al glifosato durante su desarrollo (Kaya et al., 2000).
En lo que respecta a las abejas y otros insectos útiles, el uso generalizado y descontrolado del glifosato es fatal, especialmente en presencia de áreas de captación de aguas superficiales, cuerpos de agua lénticos, floración espontánea y cultivos agrícolas, que constituyen fuentes de intenso aporte trófico. El daño fisiológico y el impacto biológico del glifosato son consistentes con todas las condiciones conocidas relacionadas con el trastorno del colapso de colonias (CCD, por sus siglas en inglés, ver Tabla 1). El glifosato puede estar presente en el medio ambiente durante todo el período de búsqueda de alimento, lo que resulta en una alta exposición de las abejas. Al ser persistente y acumulativo, puede acumularse en el néctar y otros productos vegetales utilizados por las abejas.
Los estudios de laboratorio han demostrado una disminución en la supervivencia y el peso corporal de Hemilepistus reaumuri (Oniscidae, Woodpigs) (Mohamed et al, 1992).
En el entorno agrícola, el glifosato afecta negativamente a una serie de especies que son depredadores beneficiosos de las plagas de los cultivos. En un estudio experimental, la exposición al glifosato mató a más del 80 por ciento de las poblaciones de escarabajos depredadores y al 50 por ciento de las avispas parasitoides, mariquitas y pulgones depredadores (Hassan et al., 1988).
Otros estudios realizados en EE.UU. y el Reino Unido han identificado disminuciones en las poblaciones de escarabajos depredadores (Brust, 1990; Asteraki et al., 1992) y arañas (Asteraki et al., 1992). Además, las hembras de Carabidae produjeron más huevos en áreas no tratadas que en áreas tratadas (Chiverton y Sotherton, 1991).
Además, la toxicidad del glifosato no perdona a las aguas ni a sus hábitats.
En pruebas realizadas en Italia también se desprende que el glifosato está presente en el agua potable y superficial, con resultados del 80% en la región de Lombardía. Mientras que los análisis y los datos al respecto aún no están disponibles para las otras regiones italianas, incluso si presumimos un resultado similar. Una presencia tan masiva en el agua indica su uso en cultivos agrícolas, lo que implica, por tanto, una exposición a esta sustancia de innumerables fuentes.
Los peces, anfibios, reptiles, organismos y animales que necesitan ambientes acuáticos o húmedos están disminuyendo exponencialmente (ver datos de la UICN). Los porcentajes de especies en riesgo de extinción son cada vez mayores.
Sin embargo, se han detectado efectos genotóxicos en anguilas europeas expuestas a concentraciones
ambiental (58-116 μg*l-1) del herbicida Roundup por períodos cortos (Guilherme et al., 2012).
Alguna evidencia sugiere efectos sobre el sistema nervioso de los animales acuáticos similares a los producidos por los organofosforados.
Estudios recientes sobre la exposición al glifosato en peces carnívoros han revelado efectos notables
negativo en todo el sistema digestivo. Las actividades de proteasa, lipasa y amilasa disminuyeron significativamente en el esófago, el estómago y los intestinos de los peces analizados después de la exposición al glifosato.
Además, existen innumerables estudios que detectan cambios fisiológicos y patológicos en los organismos vivos, vinculados estadísticamente con la presencia de Glifosato en diversos ambientes.
En los mamíferos, por ejemplo, se han observado efectos perjudiciales debido a los cambios de hábitat y la disminución de la disponibilidad de alimentos (plantas y artrópodos) y de la cubierta vegetal en pequeñas poblaciones de animales en bosques fumigados con glifosato (Santillo et al., 1989b; D’Anieri, 1987 ; Richie et al., 1987; Hjeljord, O. et al., 1988).
El glifosato acentúa los efectos nocivos de otros residuos químicos de los alimentos y toxinas ambientales. El impacto negativo es insidioso y con el tiempo se manifiesta lentamente como una inflamación que daña todos los sistemas celulares del cuerpo.

Efectos sobre los ecosistemas –
El glifosato puede tener impactos negativos sobre la biodiversidad de muchas maneras, tanto a corto como a largo plazo y directa e indirectamente. Está claro que el glifosato y sus formulaciones comerciales pueden ser perjudiciales para especies en diferentes niveles de la cadena alimentaria, incluidas las especies acuáticas.
Muchos animales acuáticos, desde algas microscópicas hasta peces y moluscos, se ven afectados.
por exposición al glifosato y/o Roundup. El uso generalizado y sistemático del control químico de malezas a lo largo de terraplenes y bordes de caminos presenta varias contraindicaciones ambientales y de salud humana:
a) riesgo para la salud de los transeúntes y de la población en general por el contacto con la sustancia;
b) exposición de los taludes, bordes y acequias a fenómenos de erosión superficial y
debilitamiento estructural (pequeños deslizamientos de tierra y deslizamientos de tierra);
c) riesgo de contaminación de las aguas superficiales, causado por el transporte a acequias
drenaje de agua recolectada en los bordes de las carreteras durante eventos de lluvia;
d) menor efectividad de la vegetación en términos de absorción y reducción de gases y contaminantes;
e) empobrecimiento de la biodiversidad y de la funcionalidad ecológica de los entornos naturales
vecinos y en correspondencia con terraplenes y bordes de caminos.




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