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Cómo se cultiva el tamarindo

Cómo se cultiva el tamarindo

El tamarindo (Tamarindus indica L., 1753) es un árbol frutal tropical de la familia Fabaceae, originario de África Oriental y la India.
Esta planta se cultiva en muchas áreas tropicales de Asia y América Latina.
El tamarindo es un árbol que produce grandes leguminosas colgantes con pulpa dulce,
El tamarindo es un árbol de hoja perenne de crecimiento muy lento pero, por otro lado, muy longevo, de hecho, su ciclo vegetativo dura al menos 150 años.

Cultivo de tamarindo –
El tamarindo, como muchas plantas tropicales, para ser cultivado necesita una exposición total al sol durante muchas horas del día y lo más protegido posible de los fuertes vientos.
Esta planta teme temperaturas demasiado bajas y heladas tardías; puede sufrir de humedad especialmente si va acompañada de temperaturas frías y, además, en regiones con un clima templado invernal puede sufrir algunos problemas solo en los primeros años de crecimiento, aunque bien abrigado puede resistir sin grandes sufrimientos. Sin embargo, es una planta que se desarrolla bien incluso en zonas costeras y por tanto en suelos salinos.

Necesidades pedológicas –
El tamarindo es un árbol bastante rústico desde el punto de vista de las necesidades del suelo pero que se desarrolla muy bien en suelos muy profundos, incluso arcillosos, pero posiblemente arenosos, incluso salinos y con pH neutro y sobre todo bien drenados. Si, por el contrario, esta planta se cultiva en un suelo demasiado compacto, su sistema de raíces podría morir por asfixia o la aparición de la pudrición.

Necesidades de agua –
Las plantas jóvenes de Tamarindus indica necesitan un riego regular hasta que sus raíces hayan penetrado profundamente.
Las plantas maduras, en cambio, están generalmente satisfechas con los aportes meteóricos y por ello el riego debe realizarse solo si los periodos de sequía son muy prolongados en el tiempo y sin sobrepasar nunca para evitar que cualquier estancamiento hídrico en el suelo pueda ser la causa primaria de su deterioro y su mala salud.
Por tanto, el riego debe ser una práctica de salvamento solo en determinados períodos secos.

Necesidades nutricionales –
El tamarindo es una planta que se beneficia de la fertilidad equilibrada del suelo, por lo que la fertilización debe realizarse a principios de la primavera con un fertilizante orgánico bien maduro y equilibrado. Se deben evitar las adiciones de fertilizantes químicos, especialmente si se hacen con fertilizantes nitrogenados que empujan la planta hacia la vegetación en detrimento de la producción y que pueden predisponerla a ataques de parásitos.

Propagación –
El tamarindo es una planta que se propaga por semilla. Para favorecer la germinación y por tanto la producción de nuevas plantas para crecer, las semillas deben ser escarificadas para eliminar el tegumento que las recubre y luego inmediatamente remojadas en agua caliente durante 24 horas, antes de la siembra. Otra técnica que se puede adoptar, si la escarificación es difícil, es hervir las semillas durante unos minutos para favorecer mucho su capacidad de germinación.
La siembra debe realizarse en macetas estrechas y altas, llenas hasta 3/4 de su altura con sustrato específico o mejor con fibra de coco. Es necesario colocar las semillas sobre el sustrato y luego cubrirlas con la adición de otra tierra que debe estar suficientemente compactada.
En este punto las macetas deben colocarse en un lugar cálido, preferiblemente no expuestas a la luz hasta la germinación; dependiendo de las condiciones de temperatura (especialmente del suelo) y humedad, el tiempo de germinación puede oscilar entre 2 y 8 semanas.
Una vez que la semilla ha germinado y la raíz principal está bien formada, las macetas se trasladan a un área brillante, lejos de la luz solar directa durante al menos 15-20 días. Durante este período, se debe tener cuidado de mantener el sustrato de la planta constantemente húmedo pero libre de estancamiento de agua. Pasado el segundo mes de vida, se realiza una primera fertilización para aportar los primeros nutrientes esenciales para el crecimiento del tamarindo.
Solo cuando la planta es lo suficientemente robusta se trasplanta en un contenedor más grande y se cría durante al menos 2-3 años antes de la siembra final.

Planta de tamarindo –
Posiblemente, el tamarindo deba ser plantado en suelos que por sus características tengan una mínima resistencia a la profundización de las raíces, por lo tanto, suelos sueltos, permeables, muy porosos y al mismo tiempo bien dotados de sustancia orgánica.
La planta se puede trasplantar en diferentes momentos dependiendo de las condiciones climáticas: después del primer año en regiones con un clima invernal suave después de dos años en aquellas con climas más rígidos.
Los frutos se cosechan cuando están completamente maduros y, en general, una planta de tamarindo bien desarrollada y vigorosa produce hasta 200 kg de frutos por año.

Técnica de poda –
El tamarindo es una planta que solo se puede podar para eliminar las ramas improductivas, por tanto secas o demasiado viejas. Si es necesario, los afectados por enfermedades fúngicas deben cortarse y para esta operación las tijeras deben desinfectarse a menudo con lejía o esterilizándolas a fuego. La poda también sirve para facilitar la recolección de frutos.

Consejos finales –
El tamarindo es una planta muy robusta que se beneficia del cultivo en las condiciones más naturales posibles, es decir, sin la adición de fertilizantes sintéticos y posiblemente adoptando mantillo vegetal y no cultivo del suelo. En estas condiciones, los ataques parasitarios y las enfermedades fúngicas también se reducen por debajo del umbral de intervención.




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