Un mundo ecosostenible
Especies AnimalesInsectos

Pseudaulacaspis pentagona

Pseudaulacaspis pentagona

La cochinilla blanca del melocotón (Pseudaulacaspis pentagona Targioni Tozzetti, 1886) es un insecto homóptero perteneciente a la familia Diaspididae.

Sistemático –
Desde un punto de vista sistemático, pertenece al Dominio Eukaryota, Reino Animalia, Sub-Reino Eumetazoa, Rama Bilateria, Filo Artrópodos, Subfilo Hexapoda, Clase Insecta, Subclase Pterygota, Cohorte Exopterygota, Subcoorte Neoptera, Paraneoptera Superorder, Rhynchotaidea Ordern Ordera Riden Rhyn Orhy Ride, Rhyn Orch Ride, Order Ride, Rhynch, Orquídea, Rhynch, Orquídea, Rhynch, Orquídea, Rhynch, Orquídea, Rhynch, Orquídea, Rhynch, Orquídea, Rhynch, Orquídea, Orquídea, Rhynch, Orquídea, Rhynchotaidea, Orden, Rhynchotaidea, Orden, Rhynchotaidea, Orden, Rhynch, Ride, Orden, Rhynch, Ride, Rhynchotaidea, Orden, Rhynchotaidea, Order, Rhynchotaidea, Order, Rhynchotaidea, Order. Sternorrhyncha, Superfamilia Coccoidea, Familia Diaspididae y por lo tanto al género Pseudaulacaspis y a la especie P. pentagona.
Los términos son sinónimos:
– Pseudaulacaspis pentaggona Zhang, Wang y Chen, 1993;
– Diaspis gerannii Borchsenius, 1966;
– Aspidiotus lanatus Ferris, 1941;
– Epidiaspis viteensis Lindinger, 1937;
– Diaspis rosae Lindinger, 1932;
– Sasakiaspis pentagona Kuwana, 1926;
– Diaspis pentagona Brain, 1919;
– Aulacaspis pentagona Cockerell, 1902;
– Aulacaspis pentagona Newstead, 1901;
– Diaspis gerannii Maskell, 1897;
– Diaspis lanata Green, 1896;
– Aspidiotus viteensis Maskell, 1895;
– Diaspis patelliformis Sasaki, 1894;
– Diaspis lanatus Morgan & Cockerell en Cockerell, 1892;
– Diaspis amygdali Tryon, 1889;
– Diaspis pentagona Targioni Tozzetti, 1886.

Distribución geográfica y hábitat –
La cochinilla blanca del melocotón es de origen asiático y llegó a Italia a fines del siglo XIX, manifestándose primero en la morera, luego en el melocotón y otras frutas de hueso. Esta especie es polífaga y afecta a una gran cantidad de especies como: morera (Morus), melocotón, cereza, albaricoque, ciruela y pera y varios orujos, almendras, grosellas, grosellas en racimos, avellanas, nueces, actinidia, frijoles, etc.
La cochinilla invade el tronco, las ramas, las ramas, pero nunca las hojas.

Morfología –
El melocotón blanco cochinilla, al ser un Diaspididae, presenta las etapas generacionales protegidas por un folículo.
El folículo femenino es blanquecino, redondeado (aproximadamente 2 mm de diámetro) y con la parte central de color naranja. La hembra es attera y apoda (catametabolia) y es visible al eliminar el folículo; tiene un cuerpo aplanado, es de color amarillo anaranjado.
Los machos, que tienen menos de 1 mm de tamaño, apenas alcanzan la madurez dejan el folículo y, volando, se mueven en busca de las hembras para ser fertilizadas.
Los folículos masculinos y femeninos a menudo se producen en colonias separadas y en diferentes partes de los órganos leñosos.

Aptitud y ciclo biológico –
Las hembras de Pseudaulacaspis pentagona invernan en forma de larvas en la última etapa o de hembras no fertilizadas, protegidas por las placas (o folículos) en los órganos leñosos. En primavera, generalmente en el período de abril a mayo, las hembras yacen debajo del folículo.
Las ninfas comienzan a salir entre mayo y junio y se dispersan activamente buscando un lugar para arreglarse; encontraron el espacio adecuado que arreglan y producen los folículos respectivos.
El parpadeo de los machos de esta generación generalmente ocurre en junio; los machos fertilizan a las hembras que comienzan una segunda generación en julio-agosto. Las hembras de esta generación pueden:
– invierno
– originan una tercera generación entre agosto y septiembre.
De esta manera, este cochinillo hace, por lo tanto, 2-3 generaciones por año.

Papel ecológico –
En condiciones de alta presencia de esta cochinilla, puede ocurrir daño a los órganos leñosos, que se determinan:
– de las picaduras tróficas de las distintas etapas;
– de la asfixia en la que se encuentran los órganos mismos, para la formación de folículos en capas.
Debido a estas presencias, la planta puede sufrir estrés debido al deterioro progresivo de las partes afectadas y, en consecuencia, de la planta en general.
En algunos casos, el Pseudaulacaspis pentagona también puede atacar a las frutas que muestran, alrededor de los folículos, una reacción cromática que se destaca con un halo rojizo (como sucede con la cochinilla de San José); El ataque a las frutas causa graves daños comerciales también porque no se pueden exportar.
La lucha contra el fitófago es preventivamente agronómica y cultural. Las técnicas de cultivo agroecológico deben implementarse evitando sextos demasiado ajustados, especialización monocultural excesiva, fertilizantes a base de nitrógeno nítrico, poca ventilación dentro del follaje, etc.
De hecho, la intervención con el control químico es una respuesta a un error de diseño de la planta que no puede corregirse manteniendo ciertas condiciones.
Si es necesaria una intervención química, es necesario evaluar los efectos negativos sobre la entomofauna útil, lo que provocará un resurgimiento de los ataques también en los siguientes períodos y años.
El control químico tradicional se lleva a cabo con tratamientos de vacío en la caída de las hojas con metidación o fentoato agregado con aceite blanco. En presencia de mangas de folículos superpuestos en los órganos afectados, es una buena práctica cepillar los troncos y ramas antes del tratamiento químico.
Además, los tratamientos preventivos al final del invierno son muy importantes; Estos se hacen con polisulfuros de bario (en fruta de hueso) o calcio. Estas intervenciones obtienen los mejores resultados si se realizan en la etapa del botón rosa.
Recomendamos en su lugar, si es necesario, la lucha guiada.
Esto se basa en la posibilidad de monitorear, con trampas sexuales, que le permiten seguir, más precisamente, los ciclos del insecto; en particular, se sigue la presencia de machos, que es un excelente parámetro para evaluar:
– cualquier infestación posterior;
– El momento más probable de la oviposición.
Las trampas se establecen a mediados de abril, con una densidad de 1-2 trampas por hectárea o por granja. El tratamiento químico se realiza en el momento de máxima presencia de las ninfas móviles de primera generación que, en el norte de Italia, corresponde a la segunda quincena de mayo. El inhibidor de quitina es activo en las ninfas de verano.
En algunas áreas, se está realizando un experimento con el uso de trampas sexuales para atrapar en masa; estos, en condiciones de infestación relativa, demostraron ser capaces de reemplazar la intervención química. En estos casos, la densidad de las trampas es de 10 por hectárea. Con respecto a la entomofauna útil, también debe recordarse que, entre los enemigos naturales de esta cochinilla, existen, por su actividad de alto control:
– las mariquitas, Chilocorus bipustulatus, Cybocephalus rufifrons y Lindorus lophantae;
– los himenópteros Aphelinis Encarsia (Prospaltella) berlesei; esto fue importado de América del Norte (donde se introdujo desde Japón, el país de origen) en 1906 desde Berlese. Actualmente este Aphelinis está perfectamente aclimatado y es un importante factor de control de la cochinilla blanca. Esta aplinida puede ser un medio eficaz de control biológico, aplicando el método de inoculación; de hecho, las ramas con colonias cochinillas parasitadas se pueden usar para aumentar la población del parasitoide en huertos con baja presencia del fitófago y, en consecuencia, con una baja densidad también de su entomófago.

Guido Bissanti

Fuentes
– Wikipedia, la enciclopedia libre.
– Russo G., 1976. Entomología agrícola. Parte especial Liguori Editore, Nápoles.
– Tremblay E., 1997. Entomología aplicada. Liguori Editore, Nápoles.



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *