Un mundo ecosostenible
Guías PrácticasPrincipios Activos

Ácido barbitúrico

Ácido barbitúrico

Ácido barbitúrico, cuyo término en la nomenclatura oficial de la IUPAC es: 1H, 3H, 5H-pirimidin-2,4,6-trion, y cuyo nombre alternativo es: malonilurea 2,4,6-trihidroxipirimidina es un ácido orgánico que tiene fórmula bruta o molecular: C4H4N2O3.
Desde el punto de vista químico, el ácido barbitúrico es la ureida cíclica del ácido malónico.
El nombre fue acuñado por el químico alemán A. Baeyer quien en 1863 preparó este compuesto calentando el ácido malónico (extraído de la remolacha) con urea.
Una serie importante de medicamentos conocidos como barbitúricos derivan del ácido barbitúrico. El término barbitúrico deriva del liquen Usnea barbata (barba forestal) del que se obtiene el ácido malónico y de la urea.
El ácido barbitúrico a temperatura ambiente aparece como un sólido blanquecino con un ligero olor.
La categoría de los barbitúricos fue ampliamente utilizada en el pasado en terapias clínicas. Muchos de sus derivados se usan como pastillas para dormir.

Otros derivados, que contienen azufre y llamados tiobarbituratos, se caracterizan por una acción hipnótica particularmente intensa, rápida y breve y, por lo tanto, se usan como anestésicos, por vía intravenosa. A altas dosis, los barbitúricos producen fenómenos tóxicos (barbiturismo) a menudo seguidos de muerte.
Así, muy pronto, se hizo evidente que esta categoría de productos causaba dependencia y también era particularmente peligrosa.
Así, en los años setenta del siglo pasado, pronto fueron reemplazados por benzodiacepinas.
Los derivados del ácido barbitúrico, aunque en desuso, hoy en día continúan prescribiéndose como antiepilépticos y para el tratamiento de eventos traumáticos de la cabeza, además también se usan en anestesia.
Cabe señalar que el ácido barbitúrico es tóxico pero, a diferencia de sus derivados, no es farmacológicamente activo.

Advertencia: la información proporcionada no es un consejo médico y puede no ser precisa. El contenido es solo para fines ilustrativos y no reemplaza el consejo médico.



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *