Papel ecológico de los peces
Papel ecológico de los peces
Los peces son un grupo heterogéneo de organismos vertebrados básicamente acuáticos, cubiertos de escamas y dotados de aletas, que respiran a través de branquias.
Estos organismos vivos, con más de 32.000 especies conocidas actualmente, cubren casi el 50% del total de especies del subfilo vertebrados.
Los peces han colonizado cualquier mar, océano, río o lago del planeta, con diferentes formas, colores y tamaños.
Hay especies propias de cursos de agua de montaña (como los Salmonidae o Cyprinidae) o de lagos (como la carpa común – Cyprinus carpio), aptas para la vida en el fondo marino en busca de alimento. A veces las especies pueden ser endémicas de hábitats restringidos.
Los ambientes con salinidad variable, como estuarios de ríos y lagunas, especies hospedadoras especializadas en resistir incluso grandes cambios en la concentración de sal disuelta, llamadas eurihalinas (los Mugilidae, por ejemplo, incluido el salmonete común – Mugil cephalus), por el contrario, especies incapaces de adaptarse a ambientes con salinidad variable se denominan estenohalinos.
Ecología –
Los peces desempeñan, como todos los seres vivos, una función ecológica sin duda muy importante. De hecho, al alimentarse de los microorganismos vegetales y animales que pueblan las aguas, regulan su desarrollo para que no se propaguen en exceso. Además, los peces representan el alimento de muchos otros animales: ballenas, delfines, focas, aves acuáticas, etc. Si no existieran los peces, estos animales mencionados se extinguirían y el equilibrio biológico se alteraría irreparablemente. De hecho, ya ha ocurrido que, tras la desaparición de peces en algunos arroyos o lagos contaminados, bastantes especies de aves han migrado a otras regiones, provocando graves repercusiones en la ecología.
Por ello, en las últimas décadas, entre los bioindicadores de nueva generación, los peces han adquirido un creciente interés en la evaluación de la calidad ambiental en diversos ecosistemas acuáticos continentales (ríos, lagos, lagunas costeras, estuarios).
La necesidad de utilizar el pescado para el seguimiento medioambiental, según procedimientos de clasificación y evaluación cada vez más basados en un enfoque ecosistémico, ha sido subrayada en la legislación de los EE.UU. (ya desde hace más de veinte años), de otros países industrializados y sólo recientemente en Europa, a través de la DMA de 2000 (Karr y Chu, 1999; Unión Europea, 2000; Kurtz et al., 2001).
El uso de peces como indicadores en ecosistemas acuáticos se basa en el supuesto de que las especies y comunidades de peces son indicadores sensibles, capaces de resaltar cambios ambientales.
Algunas características ecológico-evolutivas representan sus puntos fuertes para su uso en evaluaciones ambientales:
– Larga historia evolutiva;
– Amplio espectro adaptativo;
– Colonización de todos los medios acuáticos.