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Papel ecológico de los líquenes

Papel ecológico de los líquenes

Los líquenes son organismos simbióticos resultantes de la asociación de dos individuos: un organismo autótrofo (una cianobacteria o un alga, principalmente una clorofita) y un organismo heterótrofo (un hongo, generalmente un ascomiceto o un basidiomiceto).
Los líquenes son organismos caracterizados por un talo y se clasifican en función de la taxonomía de las especies de hongos (en clasificaciones anteriores formaban parte de las criptógamas).
En los líquenes los dos simbiontes conviven en beneficio mutuo: el hongo heterótrofo sobrevive gracias a los compuestos orgánicos producidos por la fotosíntesis de la cianobacteria o del alga, mientras que esta última recibe a cambio protección, sales minerales y agua. La evolución de la liquenización es probablemente muy antigua y no ocurrió a partir de un grupo monofilético de hongos liquenizados. La liquenización ha evolucionado de forma independiente en numerosos grupos, una hipótesis también respaldada por estudios moleculares recientes.
La verdadera naturaleza simbiótica de estos organismos no fue reconocida hasta 1867 por Simon Schwendener.

Ecología –
Los líquenes contribuyen significativamente a la biodiversidad global.
La diversidad de líquenes también se encuentra entre las más altas de Europa, con 2345 especies que representan aproximadamente el 14,4% de la diversidad de líquenes del mundo (Convenio sobre la Diversidad Biológica, 2005; Nimis y Martellos, 2008).
Por eso es importante su protección en el contexto de los sistemas naturales y agroforestales.
Los líquenes son organismos extremadamente adaptables y se encuentran en casi todos los entornos de la Tierra. Se consideran la forma de vida vegetal dominante en el 8% de la superficie terrestre. En volcanes, montañas, glaciares, desiertos o en la Antártida logran sobrevivir donde no crecen plantas.
Las aves suelen utilizar los líquenes para construir nidos o como hábitat para algunos invertebrados.
Son una importante fuente de alimento para los animales: desde los insectos más pequeños hasta los grandes renos árticos.
Son esenciales para muchas funciones de los ecosistemas: como la fijación de nitrógeno,
La producción primaria y el ciclo del agua.
El estudio de los líquenes es cada vez de mayor importancia ya que a ellos se les asocia una serie de funciones.
– Son importantes para el ecosistema;
– Producen moléculas particulares (a veces utilizadas en cosmética);
– Son excelentes bioindicadores. Utilizado para el biomonitoreo del aire.
Los líquenes son formas de vida extremadamente sensibles a la contaminación del aire.
De hecho, los líquenes absorben involuntariamente contaminantes tanto en forma gaseosa como en forma de polvo.
No proporcionan mecanismos para deshacerse de piezas viejas o contaminadas.
Tienen un metabolismo lento y son longevos. Un liquen crece unos centímetros cada año. Su estudio puede permitirnos disponer de información durante periodos muy largos.




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