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Papel ecológico de los anfibios

Papel ecológico de los anfibios

Los anfibios (Amphibia Blainville, 1816) son una clase de animales vertebrados que pertenecen al filo Chordata.
El término anfibio proviene de la fusión de dos palabras griegas ἀμφί, que significa «doble», y βίος, que significa «vida». De hecho, nacen en el agua y permanecen allí hasta que, tras una serie de transformaciones llamadas metamorfosis, se convierten en adultos, aptos para vivir en un medio terrestre, y regresan al agua para reproducirse.
Estos animales fueron los primeros vertebrados que colonizaron el medio terrestre aunque en la mayoría de los casos todavía siguen muy ligados al agua.
Son vertebrados de sangre fría, su temperatura corporal depende del ambiente externo y con la llegada del frío hibernan: ralentizan su metabolismo y se «duermen» esperando la primavera.
Además, los anfibios reducen sus actividades corporales hasta casi no percibir los latidos de su corazón, y «duermen» esperando la llegada de la primavera. Con las primeras lluvias de finales de febrero-marzo algunas especies «despiertan», otras lo harán en los meses siguientes también en función de la altitud en la que viven.
Los anfibios se dividen en dos grandes categorías:
– anuros (sin cola: por ejemplo sapos, ranas, ranas arbóreas);
– urodelos (con cola: incluidos los tritones y las salamandras).
El ciclo de vida de los anfibios consta de tres etapas: huevo, larva y adulto.
La metamorfosis es la transformación radical que determina la transición del estado larvario al adulto.
En el caso de los sapos y las ranas, los huevos se ponen en el agua en masas (ranas) o en cordones (sapos). Cuando eclosionan, las larvas (renacuajos) tienen una apariencia redondeada, cola y branquias largas y necesitan agua para sobrevivir. Poco a poco, primero aparecen las patas traseras, luego las delanteras, la cola desaparece, las branquias son reemplazadas por pulmones, salen del agua y la dieta herbívora se vuelve carnívora.

Ecología –
Los anfibios juegan un papel importante dentro del ecosistema.
Se alimentan principalmente de invertebrados y pequeños vertebrados y por ello son muy útiles para la agricultura. Son grandes devoradores de insectos molestos para el ser humano como los mosquitos y son cruciales para mantener el equilibrio ecológico además de desempeñar un importante papel como bioindicadores de la calidad ambiental: son especies muy delicadas y sensibles a la contaminación.
La conservación de los anfibios está cada vez más amenazada por diversos factores: cambio climático con largos períodos de sequía, reducción y fragmentación de los ambientes húmedos en los que viven y se reproducen, mortalidad por el tráfico vehicular, uso de pesticidas en la agricultura.
De hecho, en las últimas décadas se ha producido una drástica disminución de los mismos, debido directa o indirectamente a las actividades humanas. De hecho, estas especies, dado su pequeño tamaño y su limitada capacidad de movimiento, están involucradas en cualquier tipo de transformación que afecte al territorio tanto a nivel de hábitat acuático (áreas de reproducción y desarrollo larvario) como terrestre (zonas de alimentación, lugares de cría) .refugio para las fases de invernada o veraneo).
Además, los movimientos migratorios masivos que muchas especies suelen realizar periódicamente para llegar a los hábitats antes mencionados se ven cada vez más obstaculizados o totalmente impedidos por barreras artificiales imposibles de superar como carreteras, canales, muros, vallas subterráneas, etc.
Sin embargo, la presencia de anfibios en el territorio es crucial para mantener el equilibrio ecológico y también indica que no ha sufrido graves alteraciones en el pasado reciente (de hecho, los anfibios se encuentran entre los bioindicadores de la calidad ambiental).




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