Efecto invernadero
Efecto invernadero
El efecto invernadero es el fenómeno natural que consiste en un calentamiento del planeta como consecuencia de la acción protectora de algunos gases presentes en la atmósfera, los llamados gases de efecto invernadero. Estos gases, al retener parte de la radiación solar que entra en la atmósfera, y que rebota en la superficie terrestre y regresa al espacio, se comportan como un auténtico invernadero. En esencia, el efecto invernadero es un efecto útil para la Tierra porque le permite retener la cantidad de calor necesaria para el desarrollo de formas de vida. Sin embargo, las actividades humanas, al generar enormes cantidades adicionales de gases de efecto invernadero, han llevado a una intensificación exagerada del efecto invernadero, provocando un rápido aumento de la temperatura media del planeta. La elevación exagerada se debe principalmente al uso de combustibles fósiles como carbón, gas y petróleo, a las actividades industriales y a la deforestación.
El efecto invernadero es, sin embargo, un proceso natural que se produce en la atmósfera terrestre y que es fundamental para mantener el planeta a temperaturas adecuadas para la vida. Este proceso se llama «efecto invernadero» porque funciona de manera similar al efecto de un invernadero de jardín, que atrapa el calor en su interior.
Mecanismo de acción –
La luz del sol llega a la Tierra y calienta su superficie. Parte de esta energía solar se refleja de regreso al espacio, pero la mayor parte es absorbida por la Tierra.
La superficie de la Tierra, una vez calentada, emite radiación térmica en forma de calor a la atmósfera circundante. Esta radiación térmica se produce principalmente en el infrarrojo.
Los «gases de efecto invernadero» de la atmósfera, como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el vapor de agua (H2O) y otros, capturan parte de esta radiación térmica y la envían de regreso a la superficie terrestre.
Esta radiación térmica «atrapada» por los gases de efecto invernadero calienta aún más la superficie de la Tierra, ayudando a mantener las temperaturas medias del planeta en un nivel que permite la vida.
Sin el efecto invernadero, la Tierra sería mucho más fría de lo que es hoy y no podría sustentar la vida tal como la conocemos. Sin embargo, en las últimas décadas, la actividad humana ha aumentado significativamente las concentraciones de algunos gases de efecto invernadero en la atmósfera, en particular el dióxido de carbono, mediante el uso de combustibles fósiles y la deforestación. Esto ha provocado un calentamiento global y un cambio climático, ya que el efecto invernadero se ha vuelto más potente de lo necesario, provocando un aumento de las temperaturas medias globales y consecuencias para el medio ambiente y la humanidad. Este fenómeno se conoce como «calentamiento global» y ha generado preocupación sobre la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para mitigar los efectos nocivos sobre el clima y el medio ambiente.