Cucurbitacina
Cucurbitacina
Las cucurbitacinas son una clase de compuestos químicos amargos y tóxicos que se encuentran en varias plantas de la familia Cucurbitaceae, que incluye calabazas, pepinos, sandías y melones, entre otros.
Desde el punto de vista químico son glucósidos triterpénicos tetracíclicos, compuestos naturales utilizados como medicamentos en muchos países como China e India.
Estos químicos están presentes naturalmente en estas plantas y pueden ser responsables de su sabor amargo y desagradable. La cucurbitacina a menudo se produce como defensa de las plantas contra insectos y otros depredadores.
Es importante señalar que la ingestión de cucurbitacina en cantidades significativas puede resultar tóxica para humanos y animales. Los síntomas de la intoxicación por cucurbitacina pueden incluir náuseas, vómitos, diarrea, calambres abdominales y otros trastornos gastrointestinales. En casos graves, la ingestión de cucurbitacina puede provocar problemas más graves.
Varias plantas de la familia Cucurbitaceae pueden contener cantidades variables de cucurbitacina, y se han creado variedades domesticadas de estas plantas para reducir los niveles de cucurbitacina, haciendo que sus partes comestibles sean seguras para el consumo humano. Sin embargo, es importante ser consciente del riesgo de la cucurbitacina en algunas plantas silvestres o cultivadas de forma inadecuada.
Se conocen y distinguen las siguientes moléculas:
– Cucurbitacina;
– Cucurbitacina A;
– Cucurbitacina B;
– Cucurbitacina D (aislada del fruto de Ecballium elaterium (L.);
– Cucurbitacina E;
– Cucurbitacina J;
– Cucurbitacina L;
– Cucurbitacina F;
– Cucurbitacina M;
– Cucurbitacina S.
Propiedades y usos –
Algunas de las cucurbitacinas han demostrado importantes propiedades, en particular efectos antiinflamatorios y analgésicos, pero también efectos citotóxicos.
Estas sustancias también tienen la propiedad de inhibir la síntesis de ADN, ARN y proteínas en las células HeLa, la proliferación de células HeLa, células endoteliales y linfocitos T. Además, se ha demostrado que algunas cucurbitacinas suprimen la carcinogénesis cutánea, inhiben la adhesión celular y alteran el citoesqueleto en las células del cáncer de próstata.
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