Un mundo ecosostenible
Guías PrácticasTarjetas

Valor nutricional de la alcachofa de Jerusalén

Valor nutricional de la alcachofa de Jerusalén

La alcachofa de Jerusalén (Helianthus tuberosus Linnaeus, 1753) también conocida con los nombres vulgares de alcachofa de Jerusalén, girasol canadiense, nabo alemán o helianthus tuberoso, es una planta de la familia Asteraceae.

Características –
La alcachofa de Jerusalén es una planta perenne originaria de América del Norte, pero se cultiva en todo el mundo como planta ornamental y por su tubérculo comestible.
Se caracteriza por un tallo erecto y ramificado que puede alcanzar una altura de 1,5 a 3 metros. Las hojas son grandes, lanceoladas y de color verde oscuro. Las flores son amarillas y en forma de margarita, agrupadas en inflorescencias terminales.
La parte más importante de la planta es el tubérculo, que es una raíz alargada y carnosa que crece bajo tierra. Los tubérculos pueden variar en forma y tamaño, pero generalmente son tubérculos alargados y nudosos, similares a las papas. La piel de los tubérculos puede ser de color marrón, morado o rojizo, mientras que la pulpa es de color blanco marfil.
Los tubérculos de alcachofa de Jerusalén son ricos en carbohidratos complejos llamados inulina, que es una fibra prebiótica. Esta raíz tuberosa tiene un sabor dulce, ligeramente a nuez, y se puede comer cruda o cocida. Se suele utilizar como sustituto de las patatas en multitud de platos, como sopas, guisos, purés o incluso fritos.

Carta nutricional –
La alcachofa de Jerusalén es una planta herbácea perenne utilizada por sus tubérculos que se utilizan como alimento y tienen una interesante composición nutricional. Aquí tienes una ficha nutricional aproximada para 100 gramos de alcachofas de Jerusalén crudas:
– Calorías: 73 kcal;
– Carbohidratos: 17 gramos;
– Azúcares: 2 gramos;
– Fibras: 1,6 gramos;
– Proteínas: 2 gramos;
– Grasa: 0,2 gramos;
– Sodio: 4 miligramos;
– Potasio: 429 miligramos;
– Calcio: 9 miligramos;
– Hierro: 3,4 miligramos;
– Vitamina C: 4 miligramos;
– Vitamina B1 (tiamina): 0,2 miligramos;
– Vitamina B2 (riboflavina): 0,1 miligramos;
– Vitamina B3 (niacina): 2 miligramos.
La alcachofa de Jerusalén es conocida por su contenido de inulina, un tipo de fibra prebiótica que puede beneficiar la salud intestinal y el metabolismo de los carbohidratos. Esta raíz tuberosa también es fuente de potasio, hierro y vitaminas B.

Propiedad –
La alcachofa de Jerusalén posee varias propiedades que pueden ser relevantes para fines culinarios, nutricionales y medicinales. Estas son algunas de las principales propiedades de Helianthus tuberosus:
– Raíz comestible: el tubérculo es comestible y se puede comer crudo o cocido. Tiene un sabor dulce y crujiente, similar al de las patatas o las zanahorias. Se utiliza en diversas recetas culinarias como sopas, ensaladas, purés o tortitas.
– Fibra dietética: es rico en fibra dietética, lo que puede contribuir a una buena digestión y favorecer la regularidad intestinal. La fibra dietética también puede ayudar a controlar los niveles de azúcar en la sangre y mantenerlo satisfecho por más tiempo.
– Prebiótico natural: La alcachofa de Jerusalén contiene inulina, un tipo de carbohidrato no digerible que actúa como prebiótico natural. Los prebióticos promueven el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino, mejorando la salud digestiva y estimulando el sistema inmunológico.
– Índice glucémico bajo: a diferencia de otras raíces ricas en almidón, la alcachofa de Jerusalén tiene un índice glucémico bajo, lo que significa que provoca un aumento gradual y más lento de los niveles de azúcar en la sangre. Esta característica puede ser útil para personas con diabetes o para aquellos que intentan controlar los niveles de azúcar en la sangre.
– Rica en vitaminas y minerales: la alcachofa de Jerusalén contiene una variedad de vitaminas y minerales, incluyendo vitamina C, vitamina B6, potasio, hierro y fósforo. Estos nutrientes son importantes para el bienestar general del cuerpo y desempeñan varias funciones en el apoyo al sistema inmunitario, la formación de células y la salud ósea.
– Propiedades antioxidantes: La alcachofa de Jerusalén contiene antioxidantes, como compuestos fenólicos, que ayudan a neutralizar los radicales libres y protegen las células del daño oxidativo. Estas propiedades antioxidantes pueden tener beneficios para la salud, incluida la protección contra enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardíacas.
– Posibles beneficios para la salud: algunas investigaciones preliminares sugieren que la alcachofa de Jerusalén puede tener beneficios potenciales para la salud, como reducir el colesterol, regular la presión arterial, apoyar la función hepática y promover la pérdida de peso. Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar estos efectos beneficiosos.
Sin embargo, antes de realizar cambios dietéticos significativos o utilizar la alcachofa de Jerusalén con fines terapéuticos, siempre es recomendable consultar a un médico o dietista para evaluar su situación personal y obtener información específica.




Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *