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Grapholita funebrana

Grapholita funebrana

La polilla del ciruelo (Grapholita funebrana Treitschke, 1835) es un insecto perteneciente a la familia Tortricidae.

Sistemática –
Desde un punto de vista sistemático pertenece a:
dominio eucariota,
Reino Animal,
Sub-reino Eumetazoa,
superphylum protostomía,
filo artrópodos,
subfilo tracheata,
Superclase Hexapoda,
clase insecta,
Subclase Pterygota,
cohorte de endopterigota,
Superorden Oligoneoptera,
sección Panorpoidea,
Orden Lepidópteros,
Suborden Glossata,
infraorden heteroneura,
división de ditrisia,
Superfamilia Tortricoidea,
familia tortricidae,
Género Grapholita,
Especies de G. funebrana.
Los términos son sinónimos:
– Cydia funebrana (Treitschke, 1835);
– Grapholitha cerasana Kozhanchikov, 1953;
– Grapholitha funebrana Treitschke, 1835;
– Laspeyresia cerasana Kozhantshikov, 1953.

Distribución Geográfica y Hábitat –
La Grapholita funebrana es una polilla de la ecozona paleártica que afecta casi exclusivamente al ciruelo, siendo raros los ataques a otras frutas de hueso, como melocotón, albaricoque y cereza.

Morfología –
La Grapholita funebrana es una mariposa de tamaño mediano, con una envergadura de 12-15 mm.
Las alas anteriores son de color grisáceo con un fondo básicamente pardusco y jaspeado blanquecino.
La larva, o gusano del ciruelo, mide unos 12-15 mm cuando está completamente madura. El color es rojo carmín, la cabeza es oscura. El pronoto presenta, claramente visibles, unas manchas oscuras. El abdomen tiene 4 verrugas pilosas dorsales en cada segmento.
La crisálida es de color marrón claro o rojizo. Tiene el extremo adornado con una docena de pequeñas espinas y el cremáster provisto de cerdas ganchudas. Mide 6-7 mm de largo.
El huevo es de forma lenticular, inicialmente de color opalescente primero, luego amarillento, mide 0,75 x 0,6 mm.

Actitud y Ciclo de Vida –
La Grapholita funebrana es un insecto que pasa el invierno en estado de larva madura bajo la corteza o en otros refugios del huerto.
Los adultos parpadean en el período comprendido entre la primavera y principios del verano; el 1er vuelo tiene lugar entre abril y junio, dependiendo de la latitud.
Las hembras se posan sobre los frutos pequeños, en la zona distal.
Posteriormente, después de un período de incubación que va de 6-7 a 14-15 días, las larvas jóvenes ingresan a la pequeña fruta cavando túneles.
En esta etapa, la mayoría de los frutos afectados están sujetos a caída, por lo que las larvas de primera generación o bien degeneran o bien completan su desarrollo en el suelo (dentro del fruto), donde cristalizan para originar los adultos (2º vuelo) en el mes de julio. .
A partir de este vuelo se producirá la segunda generación larvaria que provoca los típicos daños sobre los frutos ya desarrollados. Generalmente estas larvas están destinadas a pasar el invierno; sin embargo, en algunas áreas, con climas favorables a los fitófagos, puede ocurrir una 3ra generación al final del verano.
De esta forma este insecto completa de 2 a 3 generaciones por año.
El daño es causado por las larvas que se alimentan de la pulpa del fruto. En estos las larvas cavan túneles hasta el núcleo que están cubiertos de excrementos y rosuras que representan los residuos de la actividad trófica.
Los frutos que se ven afectados en la fase temprana sufren una caída mientras que los afectados en un estado de desarrollo medio avanzado tienen una pulpa menos consistente y de color más oscuro.
En estas condiciones el fruto se deforma ligeramente y puede estar sujeto a pudriciones fúngicas por Monilia.
El daño se manifiesta por la aparición, sobre los frutos, de cirros gomosos que salen en uno o más puntos correspondientes a las salidas de los túneles.
Sin embargo, si la fruta se golpea tarde, es posible que ni siquiera aparezcan los signos evidentes del ataque.

Rol Ecológico –
La polilla del ciruelo es un insecto que, si no se controla adecuadamente, puede comprometer todo el cultivo de ciruelos del año. Sin embargo, con algunas técnicas de control biológico es posible limitar su proliferación.
El ataque al fruto por las larvas de Cydia funebrana se reconoce por el escape de sustancias gomosas por los orificios de entrada y salida. Otro síntoma es una coloración temprana concentrada solo en una parte del fruto.
El daño de los cidios se concentra en los frutos, en particular en la pulpa, de la que se alimentan las larvas. Es necesario distinguir el daño en ciruelas inmaduras (primera generación) de aquellos en frutos maduros (generaciones posteriores).
En las ciruelas recién adheridas, las larvas cavan un túnel directo al punto de unión del tallo, lo que hace que la fruta se caiga prematuramente.
En ciruelas casi maduras, las larvas hacen túneles alrededor del corazón. Si la maduración del fruto afectado está lejos, también en este caso, el fruto se cae. De lo contrario, en ciruelas maduras, el gusano se encontrará en el momento del consumo.
Además, pueden producirse daños indirectos, ya que los agujeros excavados por las larvas representan la ruta de entrada de patógenos fúngicos peligrosos, en particular los agentes responsables de la monilia de la fruta de hueso.
Sin embargo, en la naturaleza existen insectos útiles que limitan las infestaciones de Grapholita funebrana, en particular los parasitoides: Trichogramma spp. y Dibrachys cavus (himenópteros calcidoides), Ascogaster quadridentatus (himenópteros bracónidos), Lissonota artemisiae (himenópteros icneumónidos).
La estrategia de defensa biológica contra debe evaluarse cuidadosamente. En primer lugar, si se plantan ciruelos, la elección de cultivares de maduración temprana, menos susceptibles que los de maduración tardía, está bien orientada (ante la presencia de infestaciones ya encontradas en la zona).
La defensa de la fruta comienza con el seguimiento del vuelo de los adultos, con trampas de feromonas que se instalarán en la huerta en abril. En un huerto pequeño, incluso una sola trampa es suficiente. Obviamente, la trampa debe contener la feromona específica para Grapholita funebrana.
Además, hay que tener en cuenta que la primera generación larvaria no suele requerir intervenciones con tratamientos específicos. Como se mencionó, los daños son limitados y causan caída de frutos. Se debe prestar más atención, por otro lado, a la segunda generación, la que es capaz de infestar las ciruelas maduras. En este caso, se establece un umbral de intervención: si la captura en trampas de feromonas supera los 10 individuos por semana, entonces se recomiendan intervenciones basadas en bacillus thuringiensis var contra las larvas. kurstaki que encuentras en tiendas especializadas.
El tratamiento intenta golpear a las larvas y debe repetirse si es necesario, siempre siguiendo el vuelo de los adultos y teniendo en cuenta los tiempos de desarrollo embrionario.

Guido Bissanti

Fuentes
– Wikipedia, la enciclopedia libre.
– GBIF, la Facilidad Global de Información sobre Biodiversidad.
– Russo G., 1976. Entomología Agrícola. Parte Especial. Liguori Editore, Nápoles.
– Pollini A., 2002. Manual de entomología aplicada. Edagricole, Bolonia.
– Tremblay E., 1997. Entomología aplicada. Liguori Editore, Nápoles.
Fuente de la foto:
https://www.artsobservasjoner.no/MediaLibrary/2021/6/8e55a5f9-c6a0-4c25-84cc-62133d9c2a8e_image.jpg



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