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Reproducción del roble común

Reproducción del roble común

El roble común (Quercus robur L., 1753) es un árbol caducifolio de la familia Fagaceae.

Hábitat de cría adecuado –
Quercus robur es el roble más extendido en Europa, y su área de distribución se extiende desde Portugal hasta Oriente Medio (Anatolia, Cáucaso, Irán) y los Urales, por el norte se puede encontrar hasta las Islas Británicas y la costa sur y oeste de la península escandinava. En Italia está presente en casi todo el territorio, principalmente en el centro norte, está ausente en Sicilia y Cerdeña.
Su hábitat de crecimiento es comúnmente en áreas de Europa continental, a menudo en bosques, alcanzando una altitud de 800-1000 m. Es capaz de adaptarse a diferentes tipos de suelo, aunque prefiere los profundos, frescos, arcillosos, ácidos y bien regados.

Propagación –
El roble común es un árbol que alcanza un tamaño considerable, con un crecimiento lento (lo que determina su escaso uso como planta ornamental). Es una planta que resiste bien las heladas invernales y requiere altas temperaturas en verano, así como bastante exposición a la luz.
Para cultivar Quercus robur, las bellotas se siembran dentro de los dos meses posteriores a la cosecha. Cabe recordar, de hecho, que la semilla pierde vitalidad rápidamente si se deja secar. Se puede mantener húmeda y fresca durante el invierno, pero lo mejor es sembrarla en cuanto esté madura en un semillero de exterior, aunque hay que protegerla de depredadores como: ratones, ardillas, etc. Se pueden sembrar pequeñas cantidades de semillas en macetas profundas en un semillero sin calefacción.
Esto se debe a que, a diferencia de otras encinas, la bellota emite la radícula nada más enterrarla, mientras que la parte aérea de la plántula brota a principios de primavera. Las plantas que nacen se plantan a los dos o tres años pero no más.
Las plantas, de hecho, producen una raíz pivotante profunda y deben plantarse en campo abierto lo antes posible; de ​​hecho, la semilla sembrada in situ producirá los mejores árboles.

Ecología –
El roble común es una planta que constituye hábitats importantes para la vida de otros seres vivos, especialmente animales. Numerosos insectos viven en hojas, brotes y bellotas. Estos últimos, pues, constituyen una importante fuente de alimento para varios pequeños mamíferos y algunas aves, entre ellas el arrendajo (Garrulus glandarius). En los robledales de Padan, por ejemplo, el estrato herbáceo alberga especies botánicas como: la foca de los bosques de Salomón (Polygonatum multiflorum), la canapetta peluda (Galeopsis pubescens) y el espárrago triguero (Asparagus tenuifolius).
Desde el punto de vista selvícola son árboles amantes de la luz y que se cultivan en forma de selva alta según turnos que actualmente van de los 160 a los 200 años, por lo tanto decididamente onerosos y exigentes. Dado que los robles jóvenes son sensibles a las heladas, la presión de la nieve y los daños causados ​​por la caza con pezuñas, los robledales necesitan un cuidado bastante intensivo. Además, tienden a formar fácilmente chupones o ramas epicórmicas.




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