Caule
Caule
El término caule, en botánica, significa el tallo de las plantas, que lleva las hojas y establece la conexión entre ellas y el sistema radicular.
El caule se desarrolla a partir de la yema, llamada pluma, que se encuentra en el ápice del embrión, por encima de la inserción de los cotiledones. Esta yema, inicialmente formada por meristemos, origina lateralmente las corrientes de las hojas, que evolucionarán hacia las hojas; en la axila de estos otros brotes están organizados que darán o pueden dar tantas ramas, similar en constitución a la de c. y teniendo ellos mismos el valor morfológico de caule. En la germinación de la semilla, en las fanerógamas, el embrión emite primero la radícula, luego el penacho, que al crecer hacia arriba aleja las hojas entre sí: de esta manera se distinguen los nudos en el caule, que son los planos de inserción. de las hojas, y de los entrenudos, tractos del caule desprovistos de hojas.
La apariencia del caule también depende de la longitud de los entrenudos, por lo que las plantas brevicauli, en el caso extremo llamadas acauli, las tienen muy cortas y juntas, y por tanto las hojas, juntas, forman una roseta.
El caule puede ser cilíndrico, prismático, aplanado, abultado en una bola, etc.; puede tener una postura erguida o rastrera y asume aspectos muy diferentes de lo normal tras un cambio de función, para lo cual existen cauli subterráneos (bulbo; rizoma; tubérculo), filoclados, espinas y cirros.
Cuando un caule tiene crecimiento secundario y lignificación, se llama tallo.
Además, el caule se puede clasificar como:
– arbóreo, cuando tiene una altura de más de 5 metros y un eje principal;
– leñoso, espeso, macizo (el tronco) que predomina sobre la masa de las ramas;
– arbustivo, cuando es leñoso, ramificado desde la base, de menos de 5 metros de altura;
– herbácea, cuando no es leñosa pero, en general, tierna y verde.