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Aconcagua

Aconcagua

Aconcagua es la montaña más alta de la cordillera de los Andes en América del Sur. Tiene una elevación sobre el nivel del mar. de 6962 m s.n.m. de altura y se ubica en el sector argentino de la cadena.
El Aconcagua es también la elevación más alta del hemisferio sur y de las Américas, característica que le permite aparecer en la lista de los picos más altos de cada continente, las llamadas Siete Cumbres. Desde un punto de vista administrativo se ubica en el departamento de Las Heras, parte de la provincia de Mendoza, cerca de la frontera con Chile, y además es la elevación más alta sobre el nivel del mar fuera del continente asiático y, después del Everest, es el segunda montaña más prominente de la Tierra.
El Aconcagua «protege» el sector de la Cordillera de los Andes junto con otros picos que superan los 5.000 m. Además, conserva glaciares que dan origen a ríos y llanuras de belleza natural que atraen visitantes de todo el mundo. Este pico es parte del Parque Provincial Aconcagua que es un parque provincial ubicado en la provincia de Mendoza en Argentina.
El parque tiene valores arqueológicos y además el propio cerro Aconcagua fue un sitio ceremonial de los Incas, por lo que forma parte del sistema vial andino «Qhapac Ñan» -Camino del Inca-, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Geología –
El Aconcagua está formado por rocas pertenecientes al período Permo-Triásico; sin embargo, su génesis es de la era terciaria, y se debe a la subducción de la placa de Nazca bajo la placa sudamericana en el contexto de la orogenia andina.
En las laderas de la montaña hay varios glaciares: los principales son el glaciar noreste (o polaco) y el glaciar oriental (o inglés). El primer intento europeo de llegar a la cumbre del Aconcagua se remonta a 1883, cuando una expedición alemana liderada por el geólogo y explorador Paul Güssfeldt intentó llegar a la cumbre desde el espolón noroeste, alcanzando una altitud de 6500 m. La expedición siguió lo que ahora es la ruta normal.

Historia –
Esta cumbre fue alcanzada por primera vez en 1897 por Matthias Zurbriggen, un guía de montaña suizo que trabajaba en Macugnaga, de la expedición dirigida por el británico Edward Fitzgerald. La primera mujer en llegar a la cumbre fue la francesa Adriana Bance, el 7 de marzo de 1940, acompañada de varios miembros del Club Andinista de Mendoza. En muchos atlas, todavía aparece la antigua medida de altitud (6959 m s.n.m.). Una expedición italiana de la Universidad de Padua, en 2002, encontró que la altitud exacta del Aconcagua es de 6,962 m s.n.m. El límite de nieve permanente es de alrededor de 5000 m. El río del mismo nombre desciende por uno de sus lados y llega al Pacífico después de un curso de 200 km.

Flora –
En esta montaña, la vegetación de altura se adapta a condiciones extremas, aprovechando la época más calurosa para florecer y reproducirse, por lo que el visitante se sorprenderá con una vistosa floración que, en su mayor parte, cubre la superficie de tonos amarillos. Para resguardarse del viento y del frío, así como del fuerte sol de verano, algunas plantas tienen un aspecto achaparrado y arbustos almohadillados como la yareta, el cuerno de cabra y la madera amarilla.
La zona está dominada por pastizales abiertos como huecú y coirones. Las rocas inertes que alcanzan los 4.300 m, albergan algunas hierbas perennes como la cola del quirquincho y la escarapela. Los sueltos arroyos que corren por las laderas alimentan pequeños prados y humedales de verdes pastos llamados «vegas», localmente conocida como la «jungla de los áridos Andes».
Estos ecosistemas son de suma importancia por su gran diversidad biológica; en su cubierta vegetal se aprecian juncos, juncos y varias especies de gramíneas.

Fauna –
Las especies presentes en esta región han desarrollado estrategias especializadas para hacer frente a las condiciones extremas del medio. Los mamíferos, por ejemplo, tienen una forma redondeada y un pelaje suave y denso que les permite adaptarse a los cambios de temperatura en este entorno. Los guanacos, pumas y zorros tienen la capacidad de trasladarse a regiones más bajas que les son favorables en épocas de nieve.
En el caso de los ratones monteses y otras especies sedentarias como lagartijas, lagartijas y sapos, ahorran energía hibernando y moviéndose solo durante el día ya que no pueden viajar largas distancias. Entre los anfibios, el sapo andino, endémico de esta cordillera, es de particular interés ya que indica la pureza del agua.
La avifauna local también es variada, con aves muy pequeñas como el colibrí andino y otras más grandes como halcones, matamicos y el emblemático cóndor andino. Las especies más aptas para la presencia humana son el comeebo, camineras, viudita, gauchito y chingolos, que se encuentran comúnmente en los campos más bajos del parque. Los prados, arroyos y ríos están poblados por aves acuáticas como el pato crestado, el pato de arroyo y el chorlitejo anillado.

Guido Bissanti




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