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Cuando podar el olivo

Cuando podar el olivo

El olivo (Olea europaea L., 1753) es un árbol frutal de la familia Oleaceae, cuyo origen se presume es de Asia Menor y Siria, ya que en esta región el acebuche espontáneo es muy común, formando de los bosques de la costa sur de Asia Menor.
La técnica de la poda responde obviamente a una serie de necesidades que, especialmente en el olivicultura moderno, responden a cuestiones cualitativas, cuantitativas y económicas.
Así, a lo largo de los siglos, la técnica de la poda del olivo ha experimentado una evolución progresiva en correlación con las condiciones económicas y las prácticas de cultivo.
De hecho, la finalidad principal de la poda de un olivo viene determinada por la necesidad de obtener una buena cosecha, tanto desde el punto de vista cualitativo como cuantitativo, justificando los costes de la poda y, posteriormente, los de la recolección.
La técnica de poda depende entonces de otras variables como, por ejemplo, la edad del olivo, las condiciones climáticas, la variedad y la mecanización de la empresa. Esta complejidad también está ligada a las numerosas variedades de olivo, unas 500, cada una adecuada para cada zona climática particular y con necesidades particulares.
En los últimos tiempos, como se ha comentado, la olivicultura moderna tiene que afrontar el coste de la mano de obra y, por tanto, la necesidad de una recolección mecanizada.
En cuanto a las técnicas de poda actuales y los criterios a seguir, consulte la ficha específica.
Sobre los méritos del tiempo de poda y cuantas veces podar, se especifica lo siguiente.

Periodo de poda –
El momento ideal para la poda del olivo está subordinado, en primer lugar, a la zona donde crece la planta y por tanto a las condiciones climáticas que determinan la vernalización de la planta y la lignificación de sus ramas.
Por lo general, la época ideal para podar el olivo es desde el mes de marzo, hasta antes de la floración.
La motivación para podar en este período es que se permite que la planta produzca todas aquellas sustancias y hormonas que necesitará para una buena producción; en definitiva, dejamos que el olivo esté en forma para el verano.
Como se mencionó, sin embargo, la latitud afecta el período elegido, en el sentido de que si las temperaturas son demasiado bajas, con picos de cero grados, es mejor retrasar la poda. De hecho, especialmente en las zonas donde el riesgo de heladas es más frecuente, la elección del período debe estar vinculada al riesgo de que vuelva el frío.

En general, los cortes deben realizarse de forma limpia. Un corte correcto debe tener una superficie de corte inclinada y lisa, a fin de que el agua de lluvia se escurra con un menor riesgo de pudrición o deterioro de la madera. Entre las diversas herramientas que se pueden utilizar para la poda se encuentran las tijeras, la sierra, la motosierra y las últimas tijeras neumáticas. Todas las herramientas deben conservarse con cuchillas limpias y bien afiladas, es una buena práctica limpiar frecuentemente la superficie de corte y, si es necesario, desinfectarlas con productos específicos como hipoclorito de sodio (lejía) o alcohol etílico al 70%. Además, normalmente después de la poda no es necesario proceder con ninguna desinfección del corte, sin embargo el tratamiento con productos a base de cobre sirve para reducir la probabilidad de introducción de algunos parásitos.
Desafortunadamente, en los últimos años, debido a los cambios climáticos repentinos, esta elección es más problemática debido a los continuos cambios de temperatura, incluso en unos pocos días.

Frecuencia de poda –
En cuanto al número de operaciones de poda, se aclara que el olivo debe podarse todos los años a excepción de los ejemplares más jóvenes que, por otro lado, pueden podarse cada dos años.
La intervención ligera cada año evita a la planta un mayor estrés, que provoca la intervención del cesorio, y permite que esta especie disminuya su tendencia natural a alternar la producción que tiene un ciclo de dos años.
También aquí, al igual que en la poda de otros árboles frutales, también en este caso, se debe considerar cuidadosamente la tendencia de las estaciones, el clima y las temperaturas para no dañar la planta. En general, si la planta está sana, es necesario reducir al mínimo las intervenciones y podar algunas ramas para favorecer la producción de frutos. Sin embargo, en caso de enfermedades, actúe rápidamente para evitar comprometer la salud del olivo.
Como recomendación final, tenga en cuenta que, especialmente para aquellos olivares de renta y producciones no aficionadas, es necesario tener en cuenta el tiempo que toma por planta en poda, ya que incluso en agricultura el factor tiempo afecta negativamente al presupuesto de la empresa.




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