Un mundo ecosostenible
Guías PrácticasTécnicas

Cómo se propaga el Nashi

Cómo se propaga el Nashi

El nashi o pera japonesa (Pyrus pyrifolia (Burm.f.) Nakai, 1926) es un árbol frutal de la familia de las rosáceas cuyo fruto también se conoce comúnmente como pera-manzana o pera asiática.
Esta planta, muy conocida en Oriente, donde se cultiva desde hace siglos, se puede propagar tanto por semilla como por esqueje.
La propagación por semilla da lugar a plantas distintas a la planta madre y, obviamente, con la consecución de la fase de fructificación más lenta.
También se puede propagar por esquejes, cuya técnica no es muy diferente a la producción de un esqueje de pera pero la propagación que da más confianza, tanto por la calidad como por la homogeneidad de los cultivos, es la del injerto.
Habitualmente hacemos injertos a partir de semillas partidas o coronadas de Pyrus Communis o Pyrus pyrifolia, que permiten obtener plantas muy resistentes, que se adaptan bien a diferentes suelos y que aguantan bastante bien la sequía. Sin embargo, si el peral se planta en suelos calcáreos, puede producirse un amarilleamiento y adelgazamiento de las hojas, fenómeno conocido como clorosis.
En cuanto a los portainjertos, el nashi es totalmente incompatible con el membrillo; Los portainjertos que pueden utilizarse para nashi son, por tanto:
– «Pyrus betulaefolia», muy vigoroso, apto para suelos pesados, húmedos y alcalinos, poco sensibles a la sequía;
– «Pyrus calleriana», menos vigoroso, menos resistente al frío y a los suelos húmedos y calcáreos;
– «Pyrus serotina» o «pyrifolia», resistente a las heladas pero teme los suelos pesados ​​y húmedos;
– «Pyrus communis», el menos vigoroso, se adapta algo a todos los suelos, tanto arenosos como arcillosos.

También hay que recordar que las frutas nashi tienen una piel de color verde amarillento o bronceado y que las variedades de frutos de bronce son las preferidas en nuestros mercados. La pulpa tiene características diferentes de una variedad a otra: crujiente, bastante gruesa en unas, más fina en otras, a veces fragante, generalmente jugosa, bastante azucarada pero con acidez media baja.
Por último, entre las numerosas variedades difundidas las más importantes son las de origen japonés y chino porque son las zonas donde más se cultiva.
Los cultivares se diferencian en la forma del fruto, el color, el período de maduración y el tamaño, entre estos mencionamos:
– Chojuro (Japón, 1893);
– Nijisseiki (Japón, 1898);
– Niitaka (Japón, 1927);
– Shinko (Japón, 1941);
– Kosui (Japón, 1959);
– Hosui (Japón, 1972);
– otras variedades son: Shinseiki; Shimseiki y Tama.




Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *