Un mundo ecosostenible
Especies AnimalesInsectos

Leucaspis pini

Leucaspis pini

La Cochinilla de pino negro (Leucaspis pini Hartig, 1839) es un insecto, rincote, homóptero, perteneciente a la familia Diaspididae.

Sistemática –
Desde el punto de vista sistemático, pertenece al dominio Eukaryota, Reino Animalia, Sub-rango Eumetazoa, Rama Bilateria, Phylum Arthropoda, Subphylum Hexapoda, Clase Insecta, Subclase Pterygota, Cohorte Exopterygota, Subcoorte Neoptera, Superorden Paraneoptera, Sección Rhynchotoidea, Suborden Sternorrhyncha, Coccoidea Superfamily, Diaspididae Family y por lo tanto al Género Leucaspis y a la L. pini Species.

Distribución geográfica y hábitat –
La Cochinilla de pino negro es un diaspido que vive en Pinaceae, como Pinus brutia, halepensis, mugo, nigra y subsp. laricio + pallasiana, pinaster, pinea, ponderosa y sylvestris.
También se ha informado sobre Abies pinsapo y Cedrus libani.

Morfología –
Esta cochinilla se caracteriza por un gran dimorfismo sexual.
Las hembras son apteriales y sedentarias y están cubiertas de un crecimiento ceroso blanco secretado por sus glándulas ceríparas.
Tienen la apariencia de pequeñas escamas blancas ovaladas. Bajo la cubierta cerosa está el insecto, piriforme, de poco más de un milímetro de largo y 0,6 mm de ancho, con antenas tuberculosas y la extremidad del cuerpo con apéndices alargados y ramificados.
Los machos tienen solo un par de alas hialinas. Su cuerpo es estrecho y alargado, de color negro y ligeramente más pequeño que el de las hembras. Tienen antenas largas.
Los huevos son alargados con extremos redondeados.
La ninfa tiene dos fases. En la primera fase su forma es ovalada, alargada, con el borde frontal truncado. Tiene antenas con cinco formaciones, pico fuerte, con filamentos largos, patas desarrolladas y seis tubos ceríparos anchos a cada lado del abdomen. La coloración general del cuerpo es marrón.
En la segunda fase tienen un contorno piriforme y muy alargado, con un ancho máximo ligeramente por encima de la mitad del abdomen. Las antenas tienen forma de tubérculo, con una punta afilada. En la parte trasera tienen cuatro juegos longitudinales de tubos ceripar por segmento.

Actitud y ciclo de vida –
La cochinilla Leucaspis pini pasa el invierno en estado de huevo, protegida por la hembra. Al comienzo de la primavera, tan pronto como se reanuda la actividad de la planta, eclosionan.
Las larvas recién nacidas se dispersan en busca de un lugar adecuado para fijarse, comenzando así a segregar la sustancia que da a las zonas atacadas un aspecto blanquecino.
Los machos adultos aparecen en verano y pueden volar hacia las hembras que permanecen fijas a lo largo de su ciclo de vida.
Este insecto chupa la savia de las agujas y al mismo tiempo les inyecta saliva, factor que provoca el cambio de su color y provoca la muerte de agujas y brotes en caso de ataques continuos.
El ataque de esta especie es, sin embargo, más llamativo, por su llamativo aspecto en las agujas aunque no suelen cubrir grandes superficies y aunque los árboles pierden algunas agujas, es extraordinario que mueran o se dañen particularmente; Sin embargo, debe tenerse en cuenta que los árboles afectados por este parásito están más expuestos a otras enfermedades que los árboles solitarios.
La especie produce solo una generación anual.

Papel ecológico –
En caso de fuertes infestaciones de Leucaspis pini las hojas se caen, dejando las plantas en promedio desnudas, con un aspecto atrofiado y sufrimiento; A menudo, las agujas en el proceso de secado se atascan entre las verdes, lo que hace que la planta adquiera un aspecto estético desagradable.
La lucha contra esta plaga, en la medida de lo posible, debe realizarse en el reinicio vegetativo, a partir de finales de abril-mayo, con intervenciones repetidas, al menos 2-3, según el grado de infestación.
Recomendamos el uso de aceites blancos activados con productos como el jabón de Marsella y el aceite de Neem.
En una época se utilizaban aceites blancos activados con fosforgánicos, remedio que interfirió mucho en la biocenosis de insectos benéficos, entre los que se destaca, además de los polinizadores, el himenóptero calcidoide Prospaltella leucaspidis, que es un parásito a tener en cuenta.
Las intervenciones deben repetirse durante unos años, hasta que la nueva vegetación «quede limpia», sin la formación de nuevos escudos en la base de las hojas.
La concentración del aceite blanco debe tener en cuenta la sensibilidad de las plantas y las temperaturas externas en el momento de las intervenciones.

Guido Bissanti

Fuentes
– Wikipedia, la enciclopedia libre.
– Russo G., 1976. Entomología agrícola. Pieza especial. Liguori Editore, Nápoles.
– Tremblay E., 1997. Entomología aplicada. Liguori Editore, Nápoles.



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *