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Labranza

Labranza

El término labranza significa una labranza agronómica del suelo, que puede alcanzar una profundidad de 150 cm, realizada para romper por primera vez la compacidad de un terreno natural.
La labranza se realiza generalmente con grandes arados remolcados por tractores de alta potencia.
En general, por lo tanto, la labranza es un proceso extraordinario que se lleva a cabo en terrenos naturales que nunca han sido afectados por usos agrícolas o en tierras que no han sido cultivadas durante muchos años.
Este procesamiento generalmente se realiza solo una vez después de una limpieza o la limpieza de un suelo natural para asignar la tierra para el cultivo. El propósito de la limpieza es romper la compactación del suelo incluso en profundidad y crear las condiciones físicas adecuadas para permitir el procesamiento posterior y la profundización de las raíces de las plantas.
Aunque análogo al robo, la ruptura difiere de esto desde un punto de vista conceptual: el robo, de hecho, generalmente se realiza antes de la instalación de un arboreto en una tierra que anteriormente se vio afectada por el cultivo arbóreo o de un cultivo herbáceo.

En este sentido, el robo se realiza como una intervención extraordinaria en tierras agrícolas, cada vez que se planta un cultivo arbóreo.
A diferencia del robo, la labranza, por otro lado, tiene el carácter de excepcionalidad, ya que se realiza solo una vez y, en ciertas condiciones pedológicas, puede requerir intervenciones más enérgicas del mismo robo. Además, la labranza tiene profundidades de procesamiento más bajas, ya que se realiza principalmente para preparar un suelo para un cultivo herbáceo (tierra cultivable, verduras, etc.).
La intervención de la labranza se realiza con arados de un solo surco o arados antirrobo, tirados por tractores de orugas capaces de desarrollar altas fuerzas de tracción. Además, cuando se encuentra en condiciones más difíciles, la labranza también se puede realizar con máquinas de movimiento de tierras (bulldozers, excavadoras) y con el uso de explosivos.
La profundidad del procesamiento de la labranza puede variar en promedio entre 50 y 150 cm dependiendo de las características del suelo y las características estratigráficas del perfil del suelo.
Sin embargo, en los últimos tiempos, con el advenimiento de una agricultura y técnicas más conservadoras dirigidas a los principios de la agroecología, la labranza y las intervenciones de robo profundo están dando paso cada vez más a procesos menos invasivos que adoptan los conceptos de labranza mínima o labranza cero o nula (Sod seeding).




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