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Cómo podar el Cedro

Cómo podar el Cedro

El cedro (Citrus medica L.) es un árbol de la familia de las rutáceas y está considerado como una de las tres especies de cítricos de las que provienen todos los miembros del género conocido hoy en día, junto con el pomelo y la mandarina. En esta hoja veremos cómo podar el cedro. Y las medidas más útiles para esta técnica. Al igual que con otros cítricos, incluso el cedro se puede cultivar en el mundo. Veamos cómo llegar a esa forma. Empieza desde una plántula joven a la que quedan a 60-80 cm del suelo de 3-4 filas, luego con un ángulo entre ellas de 120 ° o 90 °. Estas ramas deben estar inclinadas a 60 ° de la vertical, obviamente en una posición simétrica y sus puntos de inserción deben estar separados unos 10-15 cm; Si se encuentran ramas, éstas deben ser eliminadas. Especialmente en la fase de formación de la forma, las intervenciones deben limitarse al mínimo necesario para evitar frenar la capacidad vegetativa de las plántulas jóvenes. A medida que pase el tiempo, dentro de dos o tres años, estas ramas estarán cubiertas por una vegetación más o menos espesa, también en relación con la variedad.

Las tendencias actuales, con el fin de utilizar todo el espacio disponible, apuntan a obtener una forma de reproducción en toda regla, es decir, hacer que la vegetación de las ramas se expanda al suelo. Al igual que en el cedro, al igual que en otros cítricos, la fructificación se produce en las ramas del año anterior y el crecimiento de las ramas se produce normalmente en tres períodos: primavera, principios de verano y otoño. La inducción floral de los brotes comienza durante el período de descanso invernal, mientras que el contenido máximo de sustancias de reserva en las hojas y ramas ocurre durante los meses de febrero y marzo. El ajuste de las flores depende de la cantidad de sustancias de reserva presentes en la planta. Por esta razón, la poda, por lo tanto, nunca debe realizarse en febrero y marzo, cuando hay acumulación de sustancias de reserva. Además, deben evitarse los períodos en que las temperaturas son muy bajas o muy altas. Una vez que alcance la forma deseada, nunca debe exagerar con la poda, limitándose solo a las intervenciones que tienden a aclarar el follaje, eliminando las ramas secas, rotas o debilitadas después de que ya hayan florecido o curvadas hacia abajo. Otra intervención importante es la de los retoños, que son las ramas largas sin frutos, que deben eliminarse cuando provienen de la parte basal de las ramas más grandes, mientras que las ubicadas en las áreas más periféricas del follaje pueden limitarse al lugar. Si observa una cierta agrupación de brotes, debe hacer un adelgazamiento ligero y gradual para asegurarse de que las ramas estén correctamente espaciadas. En esta especie, la poda debe hacerse cada año, para evitar la producción alterna. Resumiendo entonces: en la etapa juvenil de los cortes de cría debe evitarse tanto como sea posible, sin retrasar la entrada en producción, procediendo eventualmente a la eliminación de los retoños solamente; las plantas adultas no deben intervenir demasiado severamente para no alterar la relación entre la vegetación y la producción: los cortes excesivos favorecen a la vegetación a expensas de la formación de frutos. En cambio, la poda es necesaria cuando ocurren ataques parasitarios de las cochinillas y cuando la altura de la planta ya no permite una recolección fácil desde el suelo.




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