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Combustible de emisiones de CO2

Combustible de emisiones de CO2

No hay duda de que el modelo energético del futuro será completamente diferente del que nacimos y criamos y que, de alguna manera, ha influido en nuestra cultura y nuestras costumbres.
Todo esto pasa por nuevos descubrimientos e innovaciones y, en lo que respecta a las nuevas perspectivas, una de las más interesantes proviene de los investigadores de una de las universidades más famosas del mundo: MIT.
Los investigadores del MIT están llevando a cabo algunas investigaciones interesantes para desarrollar la transformación del dióxido de carbono en combustible para automóviles, aviones u otros usos, convirtiendo uno de los gases de efecto invernadero más dañinos en un recurso.

Este proceso usa una membrana que puede usarse para obtener combustible a partir de las emisiones de CO2; esta membrana, hecha de un compuesto de lantano, calcio y óxido de hierro, permite separar el oxígeno dentro de un vapor de CO2, para producir oxígeno (O) y monóxido de carbono (CO). El monóxido de carbono se puede utilizar como combustible o, con la adición de agua o hidrógeno, para crear un combustible líquido o para producir productos químicos como metanol para uso automotriz, etc.
Sin embargo, este proceso requiere una gran cantidad de calor para activar la reacción. Como la solución radica en la absorción de calor en forma química, los fabricantes de membranas (Xiao-Yu Wu y Ahmed Ghoniem) están pensando en aplicar el sistema a grandes plantas de producción de energía, donde hay cantidades abundantes de calor residual.
Otro problema a ser resuelto es entonces para pasar el oxígeno a través de la membrana y por esta razón, además de alta temperatura (alrededor de 990 ° C) es necesario disminuir la presión sobre la membrana (que hace que sea económicamente poco) ; la solución parece residir en pasar sobre la membrana de sustancias que se oxidan fácilmente (por ejemplo, H y CH4) y que atraen oxígeno natural y químicamente.
Lo más interesante es que el proceso funciona con cada concentración de dióxido de carbono, en la práctica del 2 al 99%, y por lo tanto no les queda ahora a los investigadores que pongan más y más de este proceso.
Cuando esta tecnología se pueda exportar de forma industrial, cualquier país en el mundo se volverá virtuoso, ayudando a obtener energía del CO2 y para llevar los valores de este gas de efecto invernadero a sus niveles naturales.

Guido Bissanti




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