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Cómo cultivar el peral de forma biológica

Cómo cultivar el peral de forma biológica

El cultivo de perales (Pyrus communis L.) es uno de los cultivos más extendidos en el mundo, tanto para el consumo de sus frutas (en realidad frutos falsos) en estado fresco y transformado; para un buen cultivo orgánico debes seguir precauciones pequeñas pero simples. El peral es un resfriado tolerante medio (menos manzana que para ser transparente) ya que florece temprano. Por esta razón, cuando el invierno es más frío, se deben elegir variedades más tardías. En cuanto al tipo de suelo, es bueno descartar los suelos calcáreos (especialmente si usas el membrillo como rizoma).

La pera planta se realiza rutinariamente con plántulas injertadas dos años (comprado en los viveros) al final del invierno en los agujeros del tamaño de 60 x 60 x 60 donde yacía de estiercol maduro o compost mezclado con el mismo terreno del agujero. Si las plántulas están enraizadas, es aconsejable colocarlas en el baño con una mezcla de estiércol fresco durante media hora; en este caso, colocando la plántula en el hoyo, tenga cuidado de no doblar las raíces y tirar de ellas hasta que el punto de injerto sea más alto que el nivel del suelo. En este punto, la tierra debe ser ligeramente compactada y regada al instante. La técnica de riego en el peral es obligatoria en el período que va de mayo a septiembre. Para la elección del portainjerto, es bueno que cuente con el asesoramiento de un agrónomo de confianza que conocerá las características de su terreno.
Una pieza de consejos que le damos al sistema de la pera es entrar en otras variedades cercanas de pera en la floración al mismo tiempo, otras plantas que florecen al mismo tiempo para atraer a las abejas y, mejor aún, colocar las colmenas que las abejas debido al grado las flores de pera azucarada no son muy estimuladas para asentarse en estas flores. El tamaño medio recomendado de la planta es 4 x 4. Para el mejor cultivo orgánico es la técnica de acolchado que se integra con dessamaciones de invierno y con la adición de cenizas en el período de finales de invierno.
Para esta forma de poda, para sistemas grandes, puede ser Fusetto mientras que para las plantas en superficies pequeñas, se recomienda que un recipiente, teniendo bien ventilado el interior de la planta y la poda ligeramente cada año (en el verano también la eliminación de los retoños y succhioni), teniendo en cuenta que la fruta da fruto en ramas mixtas, lamburde y brindilli con diferentes prevalencias en una u otra dependiendo de la variedad.
Entre las principales adversidades de la pera recordamos la costra, contra la cual intervenir con macerados de cola de caballo o diente de león; recordamos la Maculatura marrón o alternante, contra la cual se puede trabajar con la mezcla de Burdeos; el polvo que puede mantenerse a raya con azufre (pero preste atención a su citotoxicidad). Entre los insectos más temidos están el Carpocapsa y el Psilla. Para este último, el lavado con jabón de Marsella es óptimo; mientras que para Carpocapsa los tratamientos basados ​​en aceite de Neem son más útiles.
Entre las variedades de peras más utilizados son: el clásico Abad Fetel, Conferencia, William, Skip Crassana, Decana Comice y Kaiser, pero, en este sentido, que tienen que volver a hacer un trabajo de recuperar todas aquellas variedades que caracterizan nuestros campos y que, por razones ecológicas obvias, se adaptarían mejor a su hábitat.




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