Cómo hacer la rotación y por qué
Cómo hacer la rotación y por qué
La rotación de cultivos (o la rotación de cultivos) es una técnica adoptada en la agricultura con el objetivo de variar con el tiempo el cultivo de la especie en la misma parcela para mejorar o mantener la fertilidad del suelo y para garantizar, en igualdad de condiciones, un rendimiento más alto. Esta técnica se vuelve aún más importante cuando queremos cultivar un huerto orgánico para no recurrir a pesticidas y fertilizantes químicos.
Sin entrar en los mecanismos bioquímicos específicos vinculados a esta técnica, las ventajas que obtenemos al implementarlo son esencialmente de tres tipos:
- mejorar la fertilidad del suelo ya que cada planta tiene su propio requerimiento de nutrientes específicos;
- equilibrar las poblaciones de insectos y parásitos que ya no encontrarán un solo huésped pero «sufrirán» el acondicionamiento de los alimentos en relación con la disponibilidad de las plantas presentes. Esto requerirá menos control fitosanitario;
- cada planta emite exudados que, con el paso del tiempo, provocan (si no se realiza rotación) el fenómeno de la denominada fatiga.
Para obtener una buena rotación, por tanto, pensar en un ciclo de 4-5 años en el que suceda a las especies que se están produciendo y anote todo cada año y si desea que los mismos vegetales que se producen anualmente predisponen 4-5 parcelas de tierra cuantos son los años de rotación. El otro criterio a tener en cuenta es hacer plantas de diferentes familias en la misma parcela (por ejemplo, no seguir tomates a papas). Otro criterio es el de rotación para tipolgie vegetal (de hoja, raíz, flor, fruto); de esta forma, la eliminación de elementos nutritivos será diferente y siempre podremos mantener una mejor fertilidad. Finalmente, la importancia de la inclusión en la rotación de leguminosas por su capacidad para fijar el nitrógeno atmosférico y, por lo tanto, evitar (lo cual debería prohibirse en todos los manuales de buena agroecología) la contribución del nitrógeno de naturaleza química. Si queremos mejorar la fertilidad y el equilibrio de su microecosistema, también podemos usar algunas asociaciones entre vegetales que se benefician de él.
Un ejemplo típico rotación de cultivos, podría comenzar con una leguminosa (tales como guisantes o judías son legumbres), para enriquecer el suelo, a continuación, entra en una planta exigente que explotar la fertilidad (tales como pimientos o calabacín) que es seguido por unos pocos ciclos de verduras poco estimulantes como la lechuga, la cebolla o las zanahorias. En este punto, puedes comenzar de nuevo con una leguminosa.
Finalmente, no desdeñe un año de descanso (que devuelve la resistencia química y bioquímica al suelo) que puede ser total o para el destino de los pollos de granja de un gallinero pequeño.