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Ventajas del cultivo intercalado entre peral y árbol de Judas…

Ventajas del cultivo intercalado entre peral y árbol de Judas…

La asociación entre el peral común (Pyrus communis L.) y el árbol de Judas (Cercis siliquastrum L.) puede ofrecer varias ventajas, tanto agronómicas como ecológicas, especialmente en contextos mediterráneos como Sicilia. Estas son ventajas que pueden aprovecharse especialmente en el ámbito agroecológico.
Entre las diversas ventajas recordamos las siguientes:
1. Mejora del suelo y fertilidad natural
Cercis siliquastrum, perteneciente a la familia Fabaceae, tiene la capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico en el suelo, enriqueciéndolo de forma natural. Esto puede promover el crecimiento de la pera, reduciendo la necesidad de fertilizantes químicos.
2. Atraer polinizadores
Durante la floración primaveral, el árbol de Judas atrae numerosas abejas y otros insectos polinizadores. Su presencia puede mejorar la polinización del peral, aumentando la producción de frutos.
3. Beneficios ecológicos y paisajísticos
Cercis siliquastrum proporciona alimento y refugio a una variedad de especies de insectos y aves. Su espectacular floración añade además valor ornamental al huerto.
Además, considere que algunos parasitoides generalistas comúnmente utilizan uno o unos pocos huéspedes preferidos en condiciones de baja densidad y expanden su rango de huéspedes a huéspedes secundarios en condiciones de alta densidad. Sin embargo, cuando el uso del huésped secundario persiste en densidades bajas, es interesante saber qué factores nutricionales, ecológicos y de comportamiento están involucrados. Esto es especialmente interesante si el host secundario se convierte en host principal. Un ejemplo interesante lo ofrece el caso del árbol de Judas (Cercis siliquastrum L.), muy extendido con fines ornamentales en la cuenca mediterránea. Esta leguminosa puede albergar poblaciones del psílido depredador de la pera Anthocoris nemoralis, un limitador natural del psílido de la pera, ya que es atacado por un psílido no dañino (Cacopsylla pulchella Löw) que infesta la planta huésped especialmente en primavera. Al alimentarse de esta especie, los Anthocoridae pueden completar la primera generación en el árbol de Judas y, a principios del verano, con el agotamiento de las infestaciones en la leguminosa, los adultos recién emergidos pueden dispersarse en el ambiente en busca de otros psílidos (como el psílido de la pera) que, completando varias generaciones estivales, garantizan una disponibilidad continua de presas.
También hay que recordar que los brotes florales del Cercis siliquastrum pueden procesarse como las alcaparras, proporcionando un producto agrícola de absoluto interés.
4. Compatibilidad ambiental
Ambas especies se adaptan a los climas mediterráneos y prefieren suelos bien drenados. El árbol de Judas es resistente y adaptable y prospera en una variedad de condiciones ambientales.
Al plantar estas dos plantas juntas, es necesario asegurar una distancia adecuada entre las plantas para evitar una competencia excesiva por la luz y los nutrientes.
Además, el Cercis siliquastrum requiere poco mantenimiento, siendo necesaria únicamente la poda para eliminar las partes dañadas.
En resumen, la asociación entre Pyrus communis y Cercis siliquastrum puede contribuir a un ecosistema más equilibrado y productivo, mejorando tanto los aspectos agronómicos como los estéticos del huerto.




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