Los Huari y la agricultura
Los Huari y la agricultura
Los Huari o Wari fueron una civilización preinca, que se desarrolló en los Andes, en el sur del Perú moderno, en el período llamado horizonte medio, precisamente entre los siglos VI y XIII.
La capital del Imperio Huari estaba ubicada cerca de la moderna ciudad de Ayacucho, en el actual Perú. Esta ciudad fue el centro de una civilización que abarcó muchas de las tierras altas y costas del Perú moderno.
Historia –
La civilización Huari fue una de las antiguas civilizaciones preincas que florecieron en los Andes centrales del Perú entre los siglos VIII y XII d.C. Su principal capital estaba ubicada en la actual región de Ayacucho, en el altiplano andino.
Esta civilización tuvo sus raíces alrededor del siglo VIII d.C., durante el período conocido como el Horizonte Temprano de los Andes. Los Huari parecen haber surgido de la región de Ayacucho y comenzaron a establecer una cultura altamente organizada.
Los Huari tenían una sociedad muy jerárquica y centralizada. Su economía se basaba principalmente en la agricultura, con cultivos como maíz, patatas y algodón. Además, practicaban la cría de llamas y alpacas.
Los Huari son conocidos por sus habilidades arquitectónicas. Construyeron grandes complejos ceremoniales, ciudadelas fortificadas y redes de calles pavimentadas. Sus estructuras a menudo estaban hechas de piedra trabajada con precisión y fueron precursoras de la arquitectura inca posterior.
La civilización Huari se expandió rápidamente durante su apogeo, conquistando muchas de las culturas circundantes. Esto convirtió a su imperio en uno de los más grandes del antiguo Perú preinca. Establecieron una red de centros administrativos y militares en todo su imperio.
Hacia finales del siglo XII, la civilización Huari comenzó a declinar. Las razones exactas del declive no están claras, pero factores como la superpoblación, las guerras internas, las enfermedades y el cambio climático pueden haber contribuido al colapso de la civilización.
A pesar del declive de la civilización Huari, su influencia cultural persistió. Posteriormente, los incas absorbieron algunas de sus técnicas arquitectónicas y organizativas. Además, la cultura Huari ha sido un importante punto de referencia para que los estudiosos comprendan las antiguas civilizaciones de los Andes.
La civilización Huari fue una de las culturas más avanzadas e influyentes de los Andes preincas, con una arquitectura impresionante y un sistema de gobierno altamente organizado. Su historia y legado continúan siendo estudiados y descubiertos en las regiones andinas del Perú.
La civilización Huari fue contemporánea de la de Tiahuanaco y artísticamente compartió muchos atributos. El contacto entre las dos culturas parece haberse limitado a un período de 50 años, durante el cual hubo escaramuzas esporádicas por una mina ocupada por primera vez por los tihuanacos. La mina marcaba el límite entre las esferas de influencia de las dos culturas y los Huari intentaron, sin éxito, asegurarse la posesión exclusiva de ella.
El Imperio Huari, de importancia arquitectónica, estableció distintos centros administrativos en muchas de sus provincias. Aproximadamente 300 años después del colapso del Imperio Huari, el Tahuantinsuyu (es decir, el Imperio Inca) se convirtió en la potencia dominante en la región andina.
Agricultura –
En la civilización Huari, la agricultura era una parte importante de su economía y sociedad.
Los Huari eran conocidos por construir complejos sistemas de terrazas agrícolas, conocidas como «andenerías». Estas terrazas permitieron el cultivo en terrenos montañosos inclinados y aumentaron la productividad agrícola.
El método de terrazas practicado por los Huari fue adoptado por los Incas para mejorar las actividades productivas en sus tierras. Además, los Huari contaban con un complejo y extenso sistema vial, que luego pasó a formar parte del sistema vial inca.
Los principales cultivos de los Huari incluían maíz, papa, frijol, quinua y otros cereales. Estos cultivos formaron la base de su dieta y economía agrícola.
Los Huari utilizaron técnicas agrícolas avanzadas, como el riego, para asegurar un suministro constante de agua para sus cultivos. También utilizaban herramientas agrícolas rudimentarias, como azadas de madera y piedra.
Para almacenar el exceso de comida, los Huari construyeron almacenes subterráneos de alimentos conocidos como «qochas». Estos depósitos les permitían almacenar y distribuir alimentos en tiempos de hambruna o crisis.
Los Huari tenían creencias religiosas relacionadas con la agricultura. Sus ceremonias religiosas a menudo estaban ligadas a las temporadas de siembra y cosecha, en las que oraban por el éxito de las cosechas.
La civilización Huari estuvo involucrada en actividades comerciales, intercambiando sus productos agrícolas con otras culturas de la región. Este comercio contribuyó a la diversificación de su dieta y a la adquisición de recursos externos.
Los Huari fueron una importante civilización preincaica con una fuerte economía agrícola, que jugó un papel fundamental en su crecimiento y creación de una sociedad compleja.
Herramientas agrícolas y cultivos –
La sociedad de esta civilización se basaba en la agricultura, y las herramientas y cultivos agrícolas eran fundamentales para su supervivencia.
Los Huarì utilizaban arados para trabajar la tierra. Los arados eran de madera y tenían una hoja de metal o piedra que permitía arar la tierra.
Se utilizaban azadas para cavar y preparar el suelo para la siembra. A menudo estaban hechos de madera o hueso.
Los Huarì utilizaban hoces y cuchillos para cosechar y cortar plantas y cereales.
También utilizaban rastrillos y horcas que servían para preparar la tierra y recoger las cosechas.
En cuanto a los cultivos en detalle, estos estuvieron representados principalmente por maíz, frijol, papa, quinua, cebada y amaranto.
El maíz era un cultivo fundamental para los Huarì. Se cultivaba en diversas variedades y formaba una parte importante de su dieta.
Los frijoles se cultivaban en combinación con el maíz, y el cultivo de estas dos plantas juntas se conoce como cultivo de las «tres hermanas», en el que el maíz servía de soporte para los frijoles.
La papa era otro cultivo vital para los Huarì. Existían diferentes variedades de patatas, y se cultivaban en suelos adaptados a su crecimiento.
La quinua era otro cultivo alimentario importante de los Huarì. Este cereal era rico en proteínas y nutrientes y se cultivaba en sus tierras.
Otros cultivos cultivados por los Huarì incluían la cebada y el amaranto, que proporcionaban una variedad de alimentos en su dieta.
Los Huarì eran conocidos por sus habilidades en ingeniería hidráulica y la construcción de complejos sistemas de riego, que les permitieron cultivar tierras a gran altura en los Andes. Estos cultivos formaron la base de su dieta y economía, y las herramientas agrícolas fueron fundamentales para gestionar estos cultivos y garantizar su supervivencia como sociedad agrícola.
Además, esta civilización se caracterizó por creaciones artísticas complejas e interesantes. En el pueblo de Huacauara se encuentran ocho litoesculturas o bajorrelieves, provenientes del templo principal. Representan figuras humanas de aspecto serio y tranquilo, ataviadas con grandes mantos de estilo ceremonial y clerical. Los restos artísticos huari más importantes, sin embargo, están representados por la cerámica y los textiles. A través del estudio de estas creaciones artísticas se puede comprender en detalle la vida y tradiciones del pueblo Huari.
Inicialmente, la cerámica se caracterizaba por estar compuesta por grandes vasos policromados, utilizados para ofrendas rituales. Posteriormente, las iconografías dominantes fueron las cabezas trofeo (cabezas cortadas y mostradas como trofeos, para concienciar a los enemigos de su temibilidad), y la serpiente, símbolo del inframundo. Los colores utilizados principalmente fueron el rojo brillante, el blanco y el gris, a menudo bordeados de negro. También se encontraron grandes vasos estilo Conchopata, Robles Moqo y Pacheco, de clara influencia Tiahuanaco, caracterizados por el simbolismo del Sol y decorados con imágenes de deidades y plantas medicinales. Es común observar la imagen sagrada de Viracocha, el Creador Supremo, vista en la puerta del Sol, en Tiahuanaco, acompañada de 4 figuras masculinas y 4 femeninas. De hecho, la numerología es muy importante en la cultura andina, siendo el 4, el 8 y el 9 considerados números sagrados.
En 2013 se encontró la primera tumba real de este pueblo con tres reinas enterradas y sus respectivos tesoros: herramientas de costura de oro, aretes de oro y plata, cuencos de plata, hachas rituales de bronce, un cáliz de alabastro, recipientes para hojas de coca, cerámicas de vivos colores y otros objetos.
Guido Bissanti
Fuente de la foto:
– https://it.wikipedia.org/wiki/Huari#/media/File:Piquillacta_Archaeological_site_-_street.jpg