Reproducción del tamarisco
Reproducción del tamarisco
El tamarisco o taray, taraje, tamariz (Tamarix gallica L.) es una planta de la familia Tamaricaceae originaria de Arabia Saudita y la península del Sinaí.
Hábitat de reproducción adecuado –
Tamarix gallica es una planta que crece en forma de arbusto caducifolio, herbáceo, ramita o pequeño árbol que alcanza hasta unos 5 metros de altura.
Esta planta es originaria de Arabia Saudita y la península del Sinaí, pero muy común en la región mediterránea.
Su hábitat común es el de ambientes costeros y lechos de arroyos, siempre en suelos sueltos, a menudo arenosos. También tolera la salinidad y también crece en suelos salinos, estando entre las plantas halófitas. Es espontáneo en las zonas costeras del Mediterráneo occidental, desde los 0 hasta los 800 metros sobre el nivel del mar.
Propagación –
El tamarisco es una planta fácil de cultivar que crece en la mayoría de los suelos y tolera las condiciones salinas.
De hecho consigue vegetar tanto en suelos arcillosos pesados como en arenas e incluso grava.
Sin embargo, generalmente se encuentra cerca de la costa mientras que crece tierra adentro si está en una posición soleada.
La planta tolera los vientos marinos y los suelos secos.
La propagación puede ser por semilla. La siembra debe hacerse en primavera, teniendo cuidado de cubrir la semilla y manteniendo el suelo ligeramente húmedo.
Cuando las plántulas son lo suficientemente grandes como para sacarlas del semillero, se colocan en macetas individuales donde se cultivan y arraigan bien durante el primer invierno.
El trasplante debe entonces realizarse en primavera (después de las últimas heladas) o al comienzo del verano.
También se puede propagar por esquejes de madera semimadura en el período inicial del verano; tienen un buen porcentaje de enraizamiento.
Otro método puede ser el de preparar esquejes de madera madura, de ramas en la estación actual, de 15 – 25 cm de largo, plantados al aire libre a finales de otoño en vivero o directamente en campo abierto. Estos también dan un alto porcentaje de enraizamiento.
Ecología –
El tamarisco es una planta que crece en la mayor parte de las costas mediterráneas pero que, en algunas zonas donde se introdujo, se ha vuelto invasora.
Antiguamente se utilizaba como forraje ya que el ganado apreciaba su sabor salado. Se utiliza como árbol ornamental en jardines, parques, avenidas; además se ha utilizado para la reforestación de arenales y salobres, como barrera cortavientos y para la consolidación de las dunas.
El papel ecológico de esta planta puede ser múltiple ya que es una planta muy extendida en muchas regiones del mundo, especialmente en áreas con suelos salinos o arenosos. Esta planta tiene una serie de adaptaciones ecológicas que le permiten prosperar en ambientes hostiles y ofrece varios beneficios ecológicos, tales como:
– Estabilización del suelo: Tamarix gallica tiene raíces densas y profundas que ayudan a retener el suelo, especialmente en áreas propensas a la erosión. Esto es especialmente importante en ambientes costeros y desérticos, donde el suelo puede estar sujeto a pérdidas por el viento o las mareas.
– Tolerancia a la sal: La planta se adapta bien a los suelos salinos y puede tolerar altos niveles de salinidad en el suelo y el agua. Esta característica la hace adecuada para hábitats como áreas costeras o suelos salinos donde otras plantas pueden tener dificultades para crecer.
– Provisión de hábitat: Tamarix gallica proporciona hábitat para una variedad de organismos, incluidos pájaros, insectos y animales pequeños. Los arbustos densos pueden brindar refugio y protección contra los depredadores, así como sitios de anidación para las aves.
– Contribución a la diversidad: Si bien se considera una especie invasora en algunas regiones, Tamarix gallica puede contribuir a la diversidad biológica al brindar una opción de vegetación diversa en hábitats específicos. Esta diversidad puede, a su vez, sustentar una gama más amplia de especies de plantas y animales.
– Filtrado de agua: las raíces de tamarisco pueden absorber agua y ayudar a filtrar y purificar el agua. Esto es especialmente útil en áreas donde el agua es propensa a la contaminación.
– Fijación de carbono: Como todas las plantas, Tamarix gallica cumple la función de fijar el carbono atmosférico a través de la fotosíntesis, contribuyendo así a la regulación del clima, especialmente en dunas y zonas difíciles.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que Tamarix gallica también se considera una especie invasora en algunas partes del mundo, incluidos los Estados Unidos, donde puede desplazar a la vegetación nativa y tener impactos negativos en el ecosistema. En algunas áreas, se han realizado esfuerzos de gestión para controlar su propagación y restaurar los hábitats nativos. Por lo tanto, su papel ecológico puede variar considerablemente según el contexto geográfico y el equilibrio con las otras especies presentes.