Flora nemoral
Flora nemoral
Con el término nemoral, procedente del latín nemoralis «boschereccio», derivado de nemus -mŏris «madera», en botánica nos referimos a aquellas plantas, en su mayoría herbáceas, que crecen en los bosques, como la acedera, el ciclamen, etc.
Las especies nemorales son por lo tanto plantas típicas de los bosques.
La peculiaridad de estas plantas es su ciclo de vida. El pico de su desarrollo se produce antes de un momento crucial en el bosque: el despertar vegetativo y la liberación de hojas nuevas. En esta breve ventana de tiempo, que va desde los primeros días con un clima templado hasta el cierre de las copas de los árboles, las plantas nemorales crecen y florecen aprovechando la luz que penetra en las ramas desnudas. Entonces, cuando la luz sea oscurecida por las hojas nuevas, la flora de la maleza podrá dedicarse tranquilamente a la maduración de los frutos, esperando el próximo invierno.
Sin embargo, a pesar de la corta duración, la flora nemoral encaja perfectamente en el ciclo de vida natural del bosque. Su floración es de hecho el primer y auténtico despertar del bosque.
Estas plantas son el soporte primario de los insectos polinizadores que lentamente comienzan a moverse nuevamente entre las flores en busca de néctar mientras que para otros seres vivos la emisión de chorros de bulbos y rizomas constituye el alimento para una nueva generación.
Las plantas nemorales representan por tanto una integración ecológica necesaria en la dinámica de los sistemas forestales y además contribuyen a un importante aporte de sustancia orgánica de fácil humificación y transformación.