Parque Nacional Sierra de Guadarrama
Parque Nacional Sierra de Guadarrama
El Parque Nacional Sierra de Guadarrama, cuyo Código WDPA es: 555546231 es un parque nacional en España que se extiende por 339.60 km².
Este parque está situado entre Madrid y Castilla y León, España. Fue fundado en 2013, y con su ampliación es el quinto parque más grande de España.
Geografía –
Todo el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama se encuentra dentro de la cordillera de la Sierra de Guadarrama, que pertenece al Sistema Ibérico Central. Con una longitud de 80 km, una anchura no superior a 20 km en dirección suroeste-noreste, la Sierra de Guadarrama forma parte de la división natural entre la sierra norte y la sierra sur que forman la zona central de la península ibérica. La Sierra forma parte del lado oriental de la cordillera del Sistema Central y es una de las cordilleras más grandes que componen la cordillera. La base de estas montañas en el lado noroeste está entre 1.100 y 1.200 metros y en el lado sureste entre 900 y 1.100 metros. La prominencia topográfica media de los picos principales ronda los 1.000 metros y el más alto de ellos es el Peñalara con 2.428 metros. La Sierra de Guadarrama comienza en el valle del río Alberche (en el extremo suroeste), que separa la Sierra de Gredos y finaliza en el collado de Somosierra (extremo noreste), sirviendo de separación de las cuencas de los ríos Tajo y Duero, a los que abastece. algunos de sus principales afluentes, como los ríos Lozoya, Manzanarre, Guadarrama y Cofio (por el Tajo), y el Duratón, Cega, Piron, Eresma, Moros y Voltoya (por el Duero).
Climatizado –
La Sierra de Guadarrama, junto con Gredos y Ayllón, constituyen el denominado Sistema Central. Esta alineación montañosa, que discurre principalmente de oeste a este, diferencia el clima mediterráneo continental de las dos submesetas. La orografía del Sistema Central influye directamente en la climatología de la Península Ibérica, diferenciándose al norte del Sistema Central como un clima templado con veranos secos y templados (Csb según la clasificación climática de Köppen) y al sur con veranos secos y calurosos. (Csa). El clima Csb es el clima predominante de la Sierra de Guadarrama.
Este clima mediterráneo continental, propio del interior peninsular, se superpone en la Sierra de Guadarrama al clima de montaña, con inviernos muy fríos y veranos secos y frescos. En la Sierra de Guadarrama existe un gradiente de precipitación y temperatura a medida que aumenta la altitud, de manera que las precipitaciones son más abundantes y, en general, en forma de nieve. Por el contrario, la temperatura disminuye con la altitud.
Otra característica importante de la Sierra de Guadarrama es su marcada continentalidad, es decir, un marcado contraste térmico. Esta característica, unida a la variabilidad local que origina la topografía de la Sierra de Guadarrama -cota, pendiente, orientación y modelado de los Montes Carpetanos y Cuerda Larga que condiciona la circulación de las masas de aire-, así como las distancias al Océano Atlántico y del Mediterráneo, hacen de Guadarrama un auténtico mosaico de regiones climáticas particulares. A su vez, las regiones climáticas determinan los patrones de vegetación y fauna que existen en Guadarrama.
El clima configura el paisaje y, como ejemplo más característico de Guadarrama, destaca la geomorfología debida a los actuales procesos periglaciales y glaciares (ocurridos hace miles de años) en el macizo de Peñalara, dando lugar a circos, morrenas y lagunas de alta montaña. .
A un nivel más local, la climatología del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama se puede asociar a los datos históricos observados en la estación meteorológica de AEMET en el Puerto de Navacerrada, situada a 1.894 metros sobre el nivel del mar. Es un clima mediterráneo muy frío y de verano suave, con una temperatura media de -0,4 °C en el mes más frío y de 17,0 °C en el mes más caluroso, enero y julio respectivamente. La precipitación media anual es de 1.223 mm, con un marcado carácter mediterráneo, siendo de 27 mm en julio y de 176 mm en noviembre. Los días de nevadas ascienden a 71 y los de heladas a 136 de media anual.
Flora-
El Parque Nacional Sierra de Guadarrama se estableció para proteger los once ecosistemas diferentes que se encuentran en la Sierra de Guadarrama, incluidos los únicos ejemplares ibéricos de «Montañas del Alto Mediterráneo». En el área recientemente declarada parque nacional, existen simultáneamente más de 1280 especies diferentes (13 de las cuales están en peligro de extinción), más de 1500 plantas autóctonas y 30 tipos diferentes de vegetación. La vegetación incluye pino silvestre, roble, enebro, varias especies de fabaceae y muchas otras especies.
Hay alrededor de 1680 especies y subespecies de plantas que habitan en el parque nacional.
La Sierra de Guadarrama presenta una elevada diversidad florística favorecida por múltiples factores relacionados principalmente con su posición geográfica. Esta posición permitió la existencia de algunas características de transición entre la región mediterránea y la euro-siberiana. En este sentido, la Sierra de Guadarrama ha actuado como refugio de especies de ambientes más fríos que en el pasado tenían una distribución más amplia y han desaparecido de los territorios vecinos.
Además, el pronunciado desnivel de la Sierra de Guadarrama genera una alta variabilidad de factores climáticos y edafológicos en una extensión de terreno relativamente pequeña, lo que produce la existencia de un gran número de hábitats. Su aislamiento, como gran cadena montañosa dentro de la meseta castellana, ha dado lugar a importantes procesos de endemismo.
Aunque no existen estudios definitivos que permitan calcular el número exacto de plantas vasculares que habitan en el Parque Nacional, existen alrededor de 1.680 taxones entre especies y subespecies.
La mayoría de estos taxones corresponden a angiospermas dicotiledóneas (más del 75%), con una menor representación de monocotiledóneas (alrededor del 20%) y un reducido número de gimnospermas y pteridofitas. Cerca de la mitad de la flora está compuesta por plantas herbáceas perennes, alrededor del 30% de plantas herbáceas anuales, alrededor del 15% de árboles y arbustos y casi el 4% de especies relacionadas con el medio acuático.
La flora del Parque Nacional Sierra de Guadarrama contiene, en su mayor parte, taxones representativos de la flora y vegetación de los ecosistemas mediterráneos de alta y media montaña. Debido a la posición de estas montañas en la zona central de la Península Ibérica, el territorio recibe una influencia norteña considerable, especialmente en las tierras altas y los valles orientados al norte. Por ello, existe un componente significativo de la flora finícola, es decir, especies que presentan su distribución óptima en el continente europeo y alcanzan el Sistema Central, presentando su límite de distribución meridional en estas montañas o en otros grupos ibéricos vecinos. Ejemplos de estas especies son Epilobium angustifolium, Eryngium bourgatii, Fraxinus excelsior, Gentiana lutea, Paris quadrifolia, Phyteuma hemisphaericum, Quercus petraea, Ulmus glabra, Vaccinium myrtillus, etc.
Otro elemento florístico muy importante en la flora del Parque Nacional es el elemento endémico, constituido principalmente por orófitos ibéricos endémicos, algunos de los cuales son exclusivos del Sistema Central y otros limitados a la Sierra de Guadarrama y montañas adyacentes. Entre estos endemismos podemos citar algunos muy representativos de la Sierra de Guadarrama, como Adenocarpus hispanicus, Armeria caespitosa, Campanula herminii, Crocus carpetanus, Digitalis thapsi, Doronicum copianum, Festuca curvifolia, Linaria nivea, Saxifraga pentadactylis subsp. willkommiana, Sempervivum vicentei, etc.
De todo el catálogo florístico del Parque Nacional y su Área Periférica de Protección, unos 446 taxones formarían la flora de interés, ya que pertenecen a alguna de las siguientes categorías: especies endémicas, especies aledañas al área, especies raras y especies amenazadas. De estos, cerca de la mitad corresponderían a especies endémicas y el resto a especies que cultivan aletas. Casi una cuarta parte de estas especies de interés están protegidas en los catálogos legales de protección de la flora (Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Madrid, Catálogo de Flora Protegida de Castilla y León).
Fauna –
Dentro del parque nacional de la Sierra de Guadarrama existen numerosas especies de animales que representan el 45% de toda la fauna española y el 18% de la europea. Hay muchos mamíferos como ciervos (ciervo rojo, corzo y gamo), cabra montés (reintroducida aquí en 1990), jabalíes, tejones, varios mustélidos, gatos monteses, zorros, liebres y otros. En los lagos se pueden observar numerosas especies de aves acuáticas y grandes rapaces como el águila imperial ibérica o el buitre monje.
En el Parque Nacional Sierra de Guadarrama y su Zona Periférica de Protección se han inventariado 61 especies de mamíferos, de las cuales 6 son endemismos ibéricos (la liebre ibérica, el topillo lusitano, la musaraña ibérica, el topo ibérico, el desmán ibérico y el topillo de Cabrera) . Las montañas mediterráneas como la Sierra de Guadarrama son áreas importantes para la conservación de la diversidad y riqueza de especies de fauna en general y de mamíferos en particular.
Además, tras una ausencia de 70 años en la región, se ha avistado una manada de lobos en el parque.
Dentro del parque y su Área Periférica de Protección se han inventariado 135 especies de aves con presencia habitual en determinadas épocas del año, en función del verano, la invernada o la permanencia de la especie en cuestión. Ha sido destacable el esfuerzo de conservación de este grupo de fauna, especialmente tras la redacción de la Directiva 79/409/CEE sobre la conservación de las aves silvestres y sus hábitats, sin cuya existencia la enorme diversidad presente en el Parque Nacional y su Área Periférica de Protección .
El inventario de anfibios del Parque Nacional y su Zona Periférica de Protección consta de 15 especies, de las cuales 5 son endemismos ibéricos. Numerosos estudios sobre las áreas de interés para la conservación de anfibios en la Península Ibérica han puesto de manifiesto la importancia de la Sierra de Guadarrama y en particular del macizo de Peñalara en la conservación de numerosas especies.
Este espacio presenta una diversidad considerable en cuanto al número de especies de anfibios que alberga. Sólo en los humedales del macizo de Peñalara, incluidos en la lista RAMSAR, suelen encontrarse nueve especies: la salamandra común (Salamandra salamandra), el tritón jaspeado (Triturus marmoratus), el tritón alpino introducido (Mesotriton alpestris), la rana común ( Pelophylax perezi), rana patilarga (Rana iberica), sapo común (Bufo spinosus), sapo corredor (Epidalea calamita), sapo partero común (Alytes obstetricans) y rana de San Antonio (Hyla molleri), también si en algunos ejemplares la rana ibérica también se detectó sapo manchado (Discoglossus galganoi).
También cabe señalar que en el Parque Nacional existen poblaciones de especies que se encuentran en el límite superior de su rango altitudinal (Hyla molleri, Pelophylax perezi, Discoglossus galganoi y Triturus marmoratus). En conjunto, se puede considerar que el Parque es una de las zonas de alta montaña europeas más importantes por su fauna anfibia. De hecho, el número de especies encontradas aquí es mayor que el número total de especies conocidas en algunos países europeos (Inglaterra, Irlanda) y supera el de otros sistemas montañosos ibéricos.
Los últimos muestreos del Parque Nacional revelaron que el tritón jaspeado, el sapo partero común, el sapo corredor y la rana de San Antonio sufrieron una disminución en su número con respecto a años anteriores. Por el contrario, la rana común y la rana patilarga han aumentado su abundancia. También se ha producido una notable expansión del tritón alpino, especie no autóctona del centro peninsular, que se puede observar de forma regular en algunos humedales del macizo de Peñalara.
En cuanto a los reptiles, en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y su Zona Periférica de Protección se han inventariado 24 especies, lo que da una idea del importante papel que juega la Sierra de Guadarrama en la conservación de este grupo de fauna. Diversos inventarios de áreas de interés para la conservación de la herpetofauna ibérica han puesto de manifiesto la importancia de la conservación de dos enclaves incluidos en este espacio protegido, el macizo de Peñalara y la cuenca alta del Manzanares. Dado que ambos lugares constituyen áreas, en mayor o menor medida, de nacimientos de ríos, y que han sido protegidos durante mucho tiempo por diversas figuras de protección regional, han mantenido condiciones ambientales favorables para la conservación de los ecosistemas de estas especies. La abundancia de individuos en algunos taxones, junto con el elevado número de endemismos, justifican el valor excepcional de estos enclaves, no sólo en el marco regional sino también nacional y europeo. El gradiente ombrotérmico ligado a la elevación y al relieve de la Sierra favorece la existencia de una gran variedad de biotopos óptimos para la presencia de reptiles.
Los invertebrados son el grupo con mayor número de especies en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Su alta diversidad y adaptabilidad a las condiciones climáticas del entorno -bajas temperaturas, abundantes nevadas y precipitaciones, fuertes vientos y alta radiación solar- reducen su ciclo biológico. Estas variables extremas han originado, fundamentalmente en los insectos, estrategias adaptativas muy variables, desde formas únicas y reducidas dimensiones hasta las más diversas gamas cromáticas, como la ornamentación de los élitros de las especies de escarabajos, o el sugerente cromatismo de las mariposas.
Finalmente el pescado; Se han inventariado 18 especies de peces en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y su Zona Periférica de Protección. En general, la Sierra de Guadarrama presenta una serie de particularidades biogeográficas en relación con su ictiofauna. Para algunas especies, como el escarabajo rojo (Achondrostoma arcasii) o la lamprehuela (Cobitis calderoni), la Sierra de Guadarrama constituye su límite sur de distribución. Para otros, sin embargo, como el barbo comizo (Barbus comiza), marca su punto más septentrional. Como en la mayoría de los ríos españoles, en esta zona se han producido numerosas introducciones de especies de peces. Entre estos, y dentro de los límites del área protegida, la perca (Lepomis gibbosus), el gobio (Gobio lozanoi), la carpa (Cyprinus carpio) y el carpín (Carassius auratus).
La Sierra de Guadarrama vierte sus aguas del lado castellano-leonés únicamente en la cuenca del río Duero, mientras que la zona de Madrid forma parte de la cuenca del Tajo. La comparación entre la comunidad de peces de la cuenca del Duero (Segovia) y la del Tajo (Madrid), revela una notable diferencia con una comunidad de peces menos rica en el lado segoviano, aunque mejor conservado, ya que tiene menos taxones introducidos o exóticos. .
En los tramos medio-alto y alto de la parte segoviana, la especie predominante es la trucha común, asociada muchas veces al gobio. En tramos algo más lentos, pero bien conservados, encontramos la boga, el bordallo y, en ocasiones, la lamprehuela. Por su parte, en Madrid, las zonas montañosas con mayor riqueza de especies coinciden con los tramos altos de los ríos Manzanares, Guadarrama y Lozoya. En concreto, de los tres ríos con mayor riqueza de especies de la Sierra, el curso alto del Lozoya muestra un alto valor de conservación, siendo las especies más importantes la trucha común (Salmo trutta), el barbo común (Barbus bocagei), la boga de río (Chondrostoma polylepis), el cacho (Squalius pyrenaicus), el bermellón (Achondrostoma arcasii), el calandino (Iberocypris alburnoides) y la lamprehuela (Cobitis calderoni).
De la fauna piscícola presente en la red fluvial atravesada por el espacio protegido, existen tres especies catalogadas como amenazadas a nivel regional en la Comunidad de Madrid (calandino, lamprehuela y barbo comizo). Ninguna de estas especies está incluida en el Catálogo Nacional. De las 17 especies presentes en el espacio protegido, destaca el alto índice de endemismo en un área relativamente pequeña, con la presencia de 9 endemismos ibéricos.
Guido Bissanti