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Efectos prácticos de la Ley de Agroecología en Sicilia

Efectos prácticos de la Ley de Agroecología en Sicilia

Efectos prácticos de la Ley de Agroecología en Sicilia
El 29 de julio de 2021 se aprobó la Ley 21 de la Región de Sicilia sobre “Disposiciones relativas a la agroecología, la protección de la biodiversidad y los productos agrícolas sicilianos y la innovación tecnológica en la agricultura. Reglas sobre concesiones marítimas de titularidad estatal”.
La ley no solo reconoce el valor de un modelo agrícola respetuoso con los ecosistemas sino que también implementa una verdadera conversión económica y social del sistema.
Para comprender estas afirmaciones debemos adentrarnos en las particularidades de la ley y en particular del art. 7 de la misma.
Arte. 7 da las indicaciones para convertirse en una “empresa agroecológica”.
El primer supuesto, según lo dispuesto en el apartado 2, es que estas empresas se comprometan, con un sistema de verificación muy sencillo (y que se establecerá con un próximo decreto), a utilizar únicamente productos permitidos en la agricultura ecológica. Mientras tanto, esto permite una primera acción para salvaguardar los ecosistemas que están fuertemente «cargados» por productos sintéticos (sobre todo herbicidas e insecticidas).
El segundo supuesto, tal como lo establece el párrafo 3, es que las empresas introduzcan (aunque sea en pequeños porcentajes para no alterar repentinamente los arreglos de cultivo) superficies arbóreas, especies y razas nativas y flora espontánea para aumentar la biodiversidad y la resiliencia de los sistemas. Recordamos aquí que el aumento de la biodiversidad es uno de los factores en el aumento de la productividad primaria de los sistemas agrícolas, con evidentes repercusiones también en el aumento de los rendimientos unitarios individuales y en los sistemas de calidad alimentaria.
El tercer supuesto, tal y como establece el apartado 5, es que, para tener mayores recompensas en el próximo PSR, estas empresas pueden adoptar una serie de medidas para alcanzar diversos objetivos con vistas a una mayor eficiencia energética y ecológica.
Específicamente, las empresas agroecológicas pueden lograr uno o más de los siguientes objetivos:
a) empresa de producción de energía renovable;
b) ahorro de recursos hídricos;
c) la adopción de sistemas para la recuperación y reutilización de aguas residuales y pluviales;
d) la adopción de sistemas de eliminación y tratamiento de residuos no contaminantes, como la fitodepuración;
e) el uso de cadenas de suministro cortas, grupos de compra solidaria, contratos de venta directa agricultor-consumidor, contratos de red, acuerdos de cadena de suministro, microestructuras de distribución y conexión entre producción y compra y restauración colectiva que utiliza productos agrícolas y sus procesados ​​atribuibles a sistemas de producción agroecológicos ;
f) la transformación en compost de calidad de las producciones propias y de los ciclos productivos de la empresa.
En este punto, extraigamos algunos datos sobre las implicaciones concretas de esta regla.
Supongamos, por hipótesis, que para el 2030 solo el 10% de las fincas asumirá el compromiso de convertirse a Agroecológico.
Recordamos aquí que, según los últimos datos del ISTAT (cuyo cuadro se muestra a continuación), la SAU siciliana es de 1.387.521 Ha.
Aplicando únicamente las obligaciones a que se refiere la letra a) del apartado 3 tendremos los siguientes datos:
1.387.521 x 10% (fincas participantes) x 10% (superficie a plantar) = 13.875,21 Ha de superficie arbolada nueva.
Colocando un sexto alzado de 5 metros en el marco tendremos:
13.875,21 x 10.000 m2 / 25 = 138.752.100 / 25 = 5.550.084 de árboles nuevos.
Este primer dato nos dice cuánto afectará la famosa y tan debatida cuestión de plantar árboles (que son sistemas disipativos) para frenar el calentamiento global (el cambio climático es obviamente una función más compleja), entre otras cosas con la plantación de especies autóctonas. siciliano y por tanto sin introducir especies de dudoso valor ecológico en los ecosistemas agrícolas.
A estos datos se suman los incrementos en la biodiversidad de especies herbáceas, vegetales y ganaderas, muchas de las cuales se encuentran en peligro de extinción, de las que todos pueden realizar futuras y posibles simulaciones.
¿Eso es todo?

Absolutamente no. Además de estos incrementos, pensemos cuánto afecta a los modelos productivos, en términos de circularidad del sistema y por lo tanto de ahorro en la importación de productos como: fertilizantes químicos (en su mayoría de origen fósil de rápido agotamiento; ver fosfatos y otros); cuánta mejora habrá en la fertilidad del suelo y biocenosis parasitarias.
Uno de los datos que hay que analizar con detenimiento es también el relativo a las energías renovables.
La letra a) del apartado 5, en efecto, prevé la producción empresarial de energías renovables.
Aquí, también, asumimos el mismo porcentaje de empresas que se unen para 2030, haciendo un cálculo de mérito.
Los métodos de producción de energía renovable ya han sido aclarados, con una nota enviada a los Ministerios y, por lo tanto, estarán contemplados dentro del decreto mencionado en el párrafo 6 del art. 7. Esta es la posibilidad contemplada de producir energía renovable, para las necesidades de las empresas (a las que hay que sumar la reconversión paulatina de los motores eléctricos) y poder vender una tarifa conforme a la circular 32/E de 2009 y posteriores aclaraciones de la Agencia Tributaria y régimen tributario agrícola.
En concreto, hay que hacer un cálculo interesante; dado que la producción de energía renovable se puede hacer salvaguardando al máximo las superficies cultivadas (especialmente sobre las cizañas agrícolas: parcelas, baldíos, tejados, etc.).
En Sicilia, de nuevo según los últimos datos del ISTAT, se divide la siguiente superficie:
Área Hectáreas (Ha)
SAT (Área Agrícola Total) 1.549.417
SAU (Área Útil Agrícola) 1.387.521
Superficies no utilizadas 161.896
Esto significa que se dispone de 161.896 ha de superficie útil. Utilizando sólo el 10% de esta superficie, habrá aproximadamente 16.190 ha de superficie disponible para la producción de energía renovable. Para simplificar el cálculo, supongamos que se utiliza para sistemas fotovoltaicos (sin incluir minieólicos, hidroeléctricos, biomasa, etc.).
Haciendo cálculos a tanto alzado (que os ahorro) y considerando la variedad de terrenos comentada anteriormente, se estima prudencialmente una cobertura media de sistemas fotovoltaicos igual a 700 kWp/ha, para una potencia nominal total instalada de aproximadamente 11 GWp.
Tenga en cuenta que, para los sistemas fotovoltaicos en suelo agrícola, el escenario tecnológico actual requiere la instalación de seguidores fotovoltaicos de un solo eje. Fijando esta como la tecnología predominante, es fácil estimar la productividad media anual de estas plantas instaladas en Sicilia igual a aproximadamente 1.900 kWh / (kWp ⋅ año), que podemos considerar prudentemente reducida a 1.200 kWh / (kWp ⋅ año) al considerar las pérdidas de producción (de energía) ligadas a un mantenimiento deficiente de la misma.
La cifra de productividad nos permite estimar la producción anual (AEP – Producción Anual de Energía) de todo el ecosistema de producción fotovoltaica, mencionado anteriormente, igual a aproximadamente 13,6 TWh / año (equivalente al 5% y al 83% de todo respectivamente nacional y siciliano). necesidades de electricidad en 2020[1], sin considerar las pérdidas de transmisión) con la producción de electricidad proveniente de solo el 10% de la tara disponible dentro de las tierras agrícolas de Sicilia.
Se entiende como la simple adhesión del 10% de las fincas al sistema implementado por la L.R. 21/2021 representa un escenario de repercusiones increíbles en términos de autonomía productiva, rentabilidad de las explotaciones (en un momento muy delicado) y soberanía alimentaria.
A esto hay que sumar entonces las ventajas que se obtienen con la consecución de los demás objetivos a los que se refiere el apartado 5), entre los que destaca la posibilidad de la letra e):
– el uso de cadenas de suministro cortas, grupos de compra solidarios, contratos de venta directa agricultor-consumidor, contratos de red, acuerdos de cadena de suministro, microestructuras de distribución y conexión entre producción y compra y restauración colectiva que utiliza productos agrícolas y sus productos procesados ​​relacionados con sistemas de producción agroecológicos .
Obviamente estamos ante un gran cambio en los paradigmas de producción, consumo y ser de nuestra civilización. Aquí no solo está en juego cómo se produce, sino cómo se encuentra en el planeta y si podemos acelerar este camino, que en Sicilia ya lleva algunos años caminando, haremos una pequeña (pero significativa) contribución a la futuro de nuestra civilización.

Guido Bissanti

[1] Electricidad en las Regiones, 2020, TERNA S.p.A.




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