Cómo se propaga el hisopo
Cómo se propaga el hisopo
El hisopo officinale (Hyssopus officinalis L.) es una planta herbácea aromática de la familia Lamiaceae y ha sido cultivada desde la antigüedad por sus propiedades terapéuticas (expectorante, digestiva) y para usos en la cocina.
El hisopo es originario del sur de Europa y Asia occidental. El hisopo, espontáneo en muchas zonas montañosas del norte de Italia, a veces aparece también en las llanuras del resto de Italia.
Para la propagación y cultivo del hisopo se puede partir tanto de semillas como de esquejes; recuerde que la planta crece bien en suelos calcáreos sueltos, preferiblemente en las colinas. Además, el hisopo es una planta muy resistente al frío y seco.
En cuanto al suelo, no es una planta muy exigente, sino que prefiere suelos pedregosos, bastante secos y bien expuestos. El hisopo también se puede cultivar con éxito en macetas.
Para conocer los detalles de la técnica de cultivo, consulte la siguiente hoja.
Propagación por semilla –
Si tiene que multiplicar la planta por semilla, el período óptimo para la siembra es el comienzo de la primavera, alrededor del mes de junio-julio en el semillero del suelo o en contenedores.
La siembra debe realizarse en un sustrato compuesto, preferentemente, por dos partes de arena y una de tierra orgánica, en macetas o cajas, y luego sembrada en el período de septiembre.
La siembra también se puede realizar en campo abierto y en este caso es bueno proceder por postarelle. El sexto de la planta mide 70-75 cm entre las filas y 30-35 cm en la fila. Una vez que han emergido las plántulas, solo queda una planta, la más robusta.
Propagación por esquejes –
La propagación agámica se realiza mediante esquejes o también mediante división de mechones.
En la multiplicación por división de los mechones, se realiza a finales de primavera o principios de otoño.
Cuando se propaga por esquejes, se toman esquejes de 5-7 cm de largo de los brotes basales de las plantas en el período de abril a mayo.
Los esquejes deben obtenerse con un corte transversal y con una cuchilla bien afilada y desinfectada.
En este punto se retiran las hojas basales y se introducen los esquejes en un sustrato obtenido de la misma forma que el utilizado para la siembra. Después de eso, el suelo se compacta ligeramente alrededor del corte.
Este sustrato debe mantenerse constantemente húmedo pero sin estancamiento durante todo el período en el que el esqueje tiene que enraizar.
Cuando ves que los esquejes han soltado las primeras hojas, significa que han enraizado y, en ese momento, al cabo de unos días se pueden trasplantar o colocar directamente en campo abierto.