Cómo cultivar cebolla en forma biológica
Cómo cultivar cebolla en forma biológica
La cebolla (Allium cepa L.) es una planta bulbosa de la familia Amaryllidaceae de la que se utiliza el bulbo, que se desarrolla bajo tierra y está formada por hojas modificadas, las cuales tienen una epidermis (protección).
Desde el punto de vista agronómico es una planta herbácea bienal cuyo ciclo de vida, en cultivo, se interrumpe al año para ser utilizada para el consumo.
Su uso principal es como alimento y condimento, pero también se utiliza con fines terapéuticos por sus propiedades en el campo médico.
Condición creciente –
La cebolla prefiere suelos de textura media o básicamente arenosos, aunque también se puede plantar en suelos arcillosos siempre que estén adecuadamente drenados y nivelados. Los valores óptimos de pH se encuentran entre 6 y 7. Las cebollas son especialmente sensibles a la acidez, lo que afecta al tamaño de los bulbos y al grosor de las túnicas.
Desde el punto de vista climático, tolera bien las bajas temperaturas (mínimo 5 ° C, óptimo 20-25 ° C) y prefiere áreas secas ventiladas y bien expuestas al sol.
Técnica de cultivo –
En el cultivo de cebolla se debe evitar la sucesión con especies de la misma familia y tampoco se recomienda que con repollo, patatas y remolacha. Por otro lado, la sucesión de cereales otoño-invierno es óptima.
En la técnica de cultivo ordinaria se realiza un trabajo a una profundidad de 25-30cm, preferiblemente con órganos de disección para evitar el vuelco de la rodaja de tierra y la pérdida de la sustancia orgánica; luego proceda a la preparación del semillero. En suelos sueltos es posible realizar una falsa siembra, mientras que en suelos arcillosos es aconsejable realizar solo el arranque en invierno, luego trabajar 1-2 días antes de la siembra / trasplante; si se prepara con más anticipación, entonces sucede que no es posible intervenir contra las malezas ya que el suelo no se seca; si, por el contrario, el suelo es áspero, las malas hierbas nacen de todos modos (efecto reneta), pero se quedan pequeñas y el suelo se seca antes.
Control de malas hierbas –
El control de las malas hierbas, en la agricultura ecológica, presenta algunas dificultades debido sobre todo a la bajísima competitividad de la cebolla frente a las malas hierbas. Además, especialmente en las primeras etapas fenológicas, la cebolla es una planta especialmente sensible a las intervenciones mecánicas, lo que limita la elección de épocas y herramientas a utilizar.
Por ello, son necesarias intervenciones repetidas y oportunas, realizadas tanto con deshierbe manual como con medios mecánicos, incluyendo deshierbe y deshierbe.
Por ello es bueno que el cultivo de la cebolla, en ecológico, se libere de técnicas agroecológicas, plantando este cultivo en suelos con menos malezas, realizando, si es posible también intercalados con Calabacín, Remolacha, Fresas, Tomates, Lechuga y Manzanilla. que no perturban su crecimiento y contribuyen a un mayor control de malezas y equilibrio ecosistémico.
Entre otras cosas, también se probó el deshierbe con fuego en caso de emergencia en la cebolla sembrada. Los resultados no son óptimos, ya que la cebolla detiene su desarrollo. Técnicamente, es necesario intervenir cuando la cebolla tiene al menos 4-5 hojas y si la maleza no es demasiado grande.
Fertilidad del suelo –
Entre los objetivos de la agricultura ecológica, uno de los primeros es incrementar la fertilidad de los suelos. En el caso de que los niveles de materia orgánica en el suelo sean demasiado bajos, es aconsejable agregar estiércol compostado a la preparación del suelo en enero febrero para un suministro de nitrógeno listo. Sin embargo, cabe señalar que no se debe recomendar el estiércol en suelos que tienden a ser salobres por lo que, en estos casos, se debe utilizar una sola vez y recurriendo al uso de otras sustancias orgánicas como el estiércol de bovino o caballo.
La disponibilidad de nitrógeno se utiliza para obtener un rápido desarrollo de la cebolla después de la siembra pero no debe excederse para no permitir la competencia de algunas malas hierbas. Además, no se deben sobrepasar las cantidades porque no se dispone de nitrógeno al final del ciclo, lo que impide la correcta maduración de los bulbos («cierre»).
Si el suelo no tiene un buen aporte de fósforo asimilable, también es recomendable realizar una fertilización fosfatada enterrando productos a base de harina de huesos y / o abonos orgánicos de liberación lenta ricos en nitrógeno (derivados de matanza, cueros, compost).
Técnica de implantes –
En cuanto a la plantación de la cebolla, se destaca que las variedades primavera-verano deben sembrarse hacia finales de febrero o principios de marzo. La técnica de trasplante es una posibilidad interesante para el cultivo de cebolla en agricultura ecológica en comparación con la siembra directa.
Los resultados obtenidos indican que los mejores resultados se obtienen con un número reducido de plantas por alvéolo (2-3 plántulas por alvéolo). Además, en comparación con la siembra, esta técnica determina una mayor contención de malezas y un menor uso de mano de obra, lo que, por cierto, se vuelve fundamental.
En el caso de la siembra, en cambio, la semilla debe ser enterrada a una profundidad de 2-3 cm, precedida y seguida de un rodado para favorecer su adherencia al suelo. Como es habitual, no es necesario el uso de rodillos pesados, especialmente si el suelo está más suelto (arenoso).
Técnica de riego –
En la práctica del riego hay que tener en cuenta que la cebolla, por su sistema radicular superficial, es un cultivo que muestra una alta sensibilidad a la disponibilidad de agua. Esta sensibilidad se manifiesta en varias fases fenológicas. Durante la germinación y agrandamiento del bulbo, el suelo debe mantenerse constantemente húmedo, disminuyendo el aporte de agua en suelos más consistentes y aumentándolo en suelos más sueltos y permeables. En cualquier caso, siempre se debe evitar un riego excesivo para no favorecer el desarrollo de enfermedades fúngicas, también provocadas por un posible estancamiento localizado.