Cambium
Cambium
En botánica, el cambium es un tejido cribrovascular (o cribro-leñoso) meristemático, formado por células jóvenes, colocadas entre el xilema y el floema, en los tallos leñosos de las gimnospermas y en las dicotiledóneas. Estas células, al inicio de la temporada de crecimiento, se multiplican y posteriormente se diferencian, formando xilema y floema secundario.
El cambium es un tejido embrionario interpuesto entre la madera y el libro, que realiza la función de crecimiento y desarrollo secundario del tallo y la raíz.
El cámbium se considera un meristemo secundario ya que, al menos en su forma final, deriva de procesos de diferenciación de células del parénquima ya parcialmente diferenciadas y no directamente de las células meristemáticas del embrión.
Las células promisorias son de dos tipos:
– iniciales de los rayos – se originan los nuevos rayos medulares; son isodiamétricos, contienen plastidios y vacuolas bien desarrollados; de las células a las que dan lugar, una permanece meristemática mientras que la segunda difiere en parénquima, tanto hacia adentro como hacia afuera, con respecto a la inicial misma;
– iniciales fusiformes – dan origen con división dipleural a los elementos secundarios del libro y la madera; son más numerosos que las iniciales de los rayos; en sección transversal aparecen pequeñas y aplanadas, en sección longitudinal son largas, estrechas y ahusadas.
También se observa un cambio en las estructuras primarias de las Dicotiledóneas, ya que en los haces fibrovasculares del tallo en la estructura primaria entre madera y libro queda una zona de carácter meristemático (cambio intrafascial).
El cambium produce nuevos elementos de la madera hacia el interior y nuevos elementos del libro hacia el exterior, que, uniéndose a través de los rayos medulares primarios, forman un anillo de cierto grosor, determinando así el aumento de diámetro del tallo y la raíz. . Por lo general, cada celda se segmenta alternativamente hacia adentro y hacia afuera; en climas fríos o condiciones desfavorables, las células pueden reducir o incluso cesar su actividad.
Este factor, a partir del análisis del grosor de los círculos, permite determinar las condiciones climáticas y ambientales en las que vivió una determinada planta, incluso en épocas lejanas. Sin embargo, parte de las células mantiene siempre la actividad meristemática permitiendo así una vida prácticamente indefinida a las estructuras en las que están presentes.