Érase una vez peces de agua dulce
Érase una vez peces de agua dulce
Leer el título parece el comienzo de un cuento con triste desenlace; de esos cuentos de hadas que podrían convertirse en realidad y que en unos años podríamos contarles a nuestros hijos o nietos.
Sin embargo, no estamos lejos de esta triste realidad; Un informe reciente sobre peces de agua dulce elaborado por WWF junto con otras 15 ONG nos lo dice, que revela un escenario catastrófico para la vida en ríos y lagos de todo el mundo.
Según este informe reciente, se está produciendo una verdadera extinción masiva en estos hábitats en todo el mundo.
Es una disminución en la biodiversidad de ríos y lagos que tiene las proporciones de una extinción masiva. De hecho, los peces de agua dulce de todo el mundo están sufriendo un colapso vertical de la biodiversidad en ríos y lagos, que son, entre otras cosas, los ecosistemas donde la riqueza de especies animales es más pronunciada.
Según este informe reciente, 1/3 de las especies de peces están en riesgo, es decir, unas 6000, mientras que 80 ya se han extinguido en los últimos tiempos.
El informe se titula: Los peces olvidados del mundo (los peces olvidados del mundo); es un expediente real que enumera una serie de números extremadamente inquietantes que arrojan luz sobre una extinción masiva que corremos el riesgo de notar solo cuando el impacto en nuestras vidas y también en nuestras economías es profundo ahora.
Al respecto, recordamos que ya en 2020 se declararon extintas 16 especies.
Desde 1970, la población de peces migratorios se ha reducido en un 76%, mientras que la de peces que pesan más de 30 kg es prácticamente nula. Este es otro dato que en algunos aspectos es aún más preocupante: los peces gordos, a nivel mundial, han caído un inquietante 94%.
Pero, ¿cuáles son las causas de esta muerte?
Como es habitual, entre las principales causas, que informa el informe, encontramos en primer plano la contaminación industrial y agrícola y, en algunos casos, la sobrepesca. Estas causas son seguidas luego por prácticas de pesca destructivas y la introducción artificial de especies no autóctonas. En este escenario, que ya es grave, el cambio climático, la causa y efecto, y la consecuente degradación de los ecosistemas lacustres y fluviales son también el escenario.
Pero las causas no se detienen ahí, en las últimas décadas ha sido la mano directa del hombre quien, además de las causas antes mencionadas, ha contribuido a agravar el delicado equilibrio de los sistemas fluviales y lacustres. A los datos del reciente informe hay que añadir, por si fuera poco, otro estudio reciente, que representa la estimación más completa jamás elaborada: este es el estudio realizado por las universidades de Tubingen en Alemania y McGill en Canadá.
Según este estudio, la mayoría de los ríos del mundo están parcialmente bloqueados por represas o están sujetos a captación de agua para riego. Todo esto se ha convertido gradualmente en un obstáculo para la supervivencia de muchas especies de peces de agua dulce.
Solo en Europa, hay más de 1,2 millones de barreras, incluidas presas, terraplenes, canales y vados, que bloquean el flujo de los ríos europeos. Probablemente el más fragmentado del mundo: con una densidad de 0,74 barreras por kilómetro, el 68% de las cuales tienen menos de 2 metros de altura.
Además, lo más probable es que la misma estimación tenga un rendimiento inferior, ya que las pequeñas barreras son difíciles de encontrar, pero colectivamente son las más dañinas.
Al colocar presas, pero sobre todo bridas, seccionamientos y barreras diversas, hemos destruido hábitats enteros y, en las últimas décadas, hemos dado el golpe de gracia con la emisión de herbicidas, insecticidas, venenos diversos a los cuerpos de agua dulce, hasta reducir estos. los entornos son inhabitantes para muchos seres vivos y, en particular, para la ictiofauna de agua dulce.
Ahora el Plan de Recuperación, que se desarrolla en 6 misiones, debe colocar dos grandes objetivos en el centro de la Revolución Verde y la transición ecológica (misión 2):
– Re-naturalización de los cursos y cuerpos de agua, a través de un programa serio, concreto y urgente;
– Disminución del uso de venenos en agricultura y derrame de venenos industriales en vías fluviales.
Es un programa más sencillo decirlo que hacerlo porque entre todo el ruido de la política no escuchamos, al menos de manera perceptible, este tema y no vamos a querer contarles a nuestros hijos y nietos esta triste historia en unos años; ellos también tienen derecho a esos cuentos de hadas con final feliz que todas las generaciones han actualizado.
Guido Bissanti