Cuándo podar el albaricoque
Cuándo podar el albaricoque
El albaricoque (Prunus armeniaca L.) es un árbol de la familia de las rosáceas, originario de China y que posteriormente fue importado a Europa por los romanos Lucullus.
Antes de entrar en el período de poda de esta planta, conviene mencionar algunas notas sobre su biología, que son cruciales no solo en la técnica de poda sino sobre todo para la elección de la época.
El albaricoque es de hecho una planta de floración temprana, lo que la hace más propensa a sufrir daños por las heladas en el período primaveral.
Además, los cultivares presentes en el territorio italiano son, en general, autocompatibles, aunque casi nunca se utiliza una sola variedad, mientras que los cultivares de EE. UU. Son autoincompatibles.
En esta planta la polinización es entomófila incluso si también parece haber cleistogamia en la autocompatible, sin embargo no es posible producir sin polinizadores. Otros datos importantes son los de los límites pedoclimáticos, para los que esta planta necesita 250-1200 UF, requerimiento de frío que, de no satisfacerse, provoca anomalías florales y alta caída de cogollos; además, otros factores limitantes principales son el exceso de humedad en el suelo y en el aire y su sensibilidad a la asfixia radicular. Teme que vuelvan las heladas, por lo que es mejor cultivarla en el sur.
A partir de estos datos, está claro que tanto la técnica como el período de poda deben adaptarse a las necesidades fisiológicas del albaricoque.
Periodo de poda –
La poda de albaricoque, así como de otros árboles frutales, debe realizarse en los primeros 4 años de vida de la planta.
El primer corte es el más importante ya que le dará la forma final a la corona. Posteriormente, los cortes son necesarios para armonizar el follaje y darle un adecuado equilibrio vegetativo y productivo. En este sentido, tras el primer corte, se procede principalmente a la eliminación del exceso de ramas y la contención del desarrollo vegetativo de la planta.
Dadas las características fisiológicas de esta planta, el período óptimo de poda debe realizarse en dos periodos: en primavera y principios de verano cuando las ramas están llenas de hojas. Para el albaricoque, de hecho, hablamos de poda en verde y esto debe hacerse desde marzo hasta finales de mayo y desde junio hasta finales de julio.
La primera operación de poda tiene como objetivo eliminar las ramas sobrantes más cortas, que tienen una longitud máxima de 20 cm.
La segunda intervención, que es la verdadera de verano, tiene como objetivo cortar las ramas mixtas, que tienen una longitud de 30-70 cm.
A continuación, se debe realizar un último corte a finales de agosto, cuando ya se ha completado el desarrollo de las yemas.
También debe recordarse que generalmente al albaricoquero se le pueden dar tres formas de cultivo que son:
– tarro
– husillo;
– buque retrasado.
En el albaricoque cultivado en maceta, la poda debe realizarse siguiendo una forma ampliada de la corona. En este caso, partimos de una base bastante estrecha que se ensancha a medida que avanzamos.
Esta forma de entrenamiento se obtiene manteniendo la parte interna de la corona limpia y bien ventilada. La forma del husillo, por otro lado, requiere el uso de soportes. En este caso, de hecho, se privilegia el desarrollo vertical de la planta cultivada, generalmente en hileras.
Finalmente, en forma de maceta retardada, es ideal para el cultivo de plantas pequeñas, que no superen los dos metros de altura.
Un último consejo que cobra aún más importancia por la delicadeza del albaricoque frente a algunas infecciones fúngicas y otras criptogamas: las herramientas a utilizar deben limpiarse y desinfectarse siempre a fondo antes y después de su uso.
De hecho, las operaciones de corte realizadas de forma imprecisa y con herramientas sucias o heridas no perfectamente curadas pueden dar lugar a enfermedades fúngicas y bacterianas muy peligrosas para la vida del albaricoque que también pueden conducir fácilmente a su muerte.