Parque Nacional de Cabañeros
Parque Nacional de Cabañeros
El Parque Nacional de Cabañeros, cuyo Código WDPA es: 20948, es un parque nacional español ubicado en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha con la ciudad de Toledo como capital.
El Parque Nacional de Cabañeros fue establecido en 1995 y tiene una superficie de 408,56 km².
El Parque Nacional de Cabañeros se encuentra, como se ha mencionado, en los Montes de Toledo, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, al noroeste de la provincia de Ciudad Real y al suroeste de Toledo.
El parque se estableció para proteger un ejemplo representativo y bien conservado de bosque mediterráneo. El paisaje se caracteriza por fuertes contrastes y se divide en dos grandes unidades, ambas muy representativas de la zona de los Montes de Toledo: la «raña», una vasta llanura de unas 8.000 hectáreas que se extiende en la zona suroeste del parque, y la sierra, o zona montañosa, que ocupa la mayor parte de la superficie del parque y cuyas cumbres oscilan entre los 650 y los 1448 metros. Las montañas están cubiertas de bosques y arbustos, así como algunas superficies de piedra desnuda.
El Parque Nacional de Cabañeros toma su nombre de las chozas que tradicionalmente utilizaban los pastores y carboneros de los Montes de Toledo como refugios temporales mientras trabajaban en el campo: son pequeñas chozas con techo en forma de cono, construidas con las plantas que crecen en el zona.
Flora –
La flora de Cabañeros es típica del bosque mediterráneo. Sus extensas masas arbóreas van desde las encinas hasta los abedules, que crecen en las zonas más húmedas.
Otras grandes formaciones son las encinas, los melojares y los alcornoques.
Los arbustos que cubren la mayor parte de las montañas están formados por rosales, brezos y romeros.
Dada su amplia extensión es posible encontrar una gran variedad de formaciones vegetales.
Entre todas destaca la encina, que es un árbol de copa ancha y redondeada que puede alcanzar los 25 metros.
Las hojas son de hoja perenne, de color verde oscuro en la parte superior y más claras en la parte inferior. Tienen fuertes espinas a su alrededor cuando la planta es joven.
La corteza es lisa y verde grisácea en los tallos. Se oscurece a medida que crecen y luego se divide en todas direcciones, dejando un tronco muy oscuro, prácticamente negro.
Florece en los meses de abril o mayo.
Sus frutos, las conocidas bellotas, son de color marrón oscuro en su madurez, brillantes y con una característica cúpula que las recubre alrededor de un tercio de su tamaño. Maduran de octubre a noviembre y algunos años también en diciembre.
Las bellotas, además de alimentar al ganado, son comestibles para los humanos, por lo que a menudo se comen tostadas como otras nueces.
Su madera es muy dura, por lo que se utiliza para fabricar piezas que tienen que soportar fuertes roces, como coches, arados, parquet, herramientas, etc. También es una excelente leña para quemar y hacer carbón.
La corteza tiene una gran cantidad de taninos, por lo que es muy popular en el curtido de cueros.
También está presente la rocío del sol; una pequeña planta que crece en páramos pantanosos, también conocida como trampas.
Es una planta carnívora, sus hojas tienen un líquido dulce y pegajoso que atrae a los insectos y los pega. Al intentar desprenderse, generan vibraciones en las hojas, la planta las percibe y la hoja empieza a contraerse o rodar para sujetar al insecto con más firmeza.
Es muy eficaz contra la tos, así como contra enfermedades respiratorias como asma, resfriados de garganta, enfermedades bronquiales y tos ferina.
También recordamos el roble galo; árbol caducifolio de tamaño mediano que puede vivir entre 500 y 600 años.
Sus hojas son de forma ovalada con un borde dentado. Son de color verde oscuro en la superficie superior y la parte inferior está cubierta con un plumón blanquecino.
La corteza es de color marrón grisáceo, muy rugosa y con grietas superficiales.
Florece entre marzo y abril y sus frutos, las bellotas, maduran en septiembre.
Requiere condiciones similares a las de la encina, aunque necesita suelos algo más frescos y profundos.
Otra característica típica de los robles son las agallas que produce la picadura de una pequeña avispa sobre los brotes jóvenes para poner huevos. En estas agallas, una especie de bola marrón, la larva crece y una vez desarrollada sale de la agalla, emergiendo por un minúsculo agujero que se hace ella misma.
Aunque la madera de roble no es de mala calidad, no se suele utilizar en la industria, se utiliza para leña y carbón vegetal. Sus hojas y frutos sirven de alimento al ganado.
Fauna –
La fauna de esta vasta área protegida está formada por una población bien conservada de las especies más representativas del bosque mediterráneo, con unas doscientas especies de aves y grandes mamíferos.
Dentro de la fauna de Cabañeros se pueden encontrar algunas especies amenazadas o vulnerables como el águila imperial ibérica, el buitre negro o el lince ibérico amenazado.
Entre los grandes mamíferos destacan por su abundancia ciervos, corzos y jabalíes.
La liebre y el conejo son abundantes y sostienen una comunidad carnívora donde predominan los depredadores de conejos como el lince o el lince.
Otra especie interesante es la nutria que se encuentra a lo largo del corredor de Estena.
También hay un gran grupo de aves, con 198 especies, con la presencia del 3% de especies amenazadas a nivel mundial como el buitre negro y el águila imperial.
Destaca la comunidad de aves nidificantes en la sierra, como la cigüeña negra, el águila imperial ibérica, el águila real, el águila bota y el águila de punta corta.
Entre los reptiles, sin embargo, el más amenazado de Cabañeros es la tortuga de estanque europea. La tortuga leprosa de los pantanos se encuentra en los arroyos de Raña.
El lagarto ocelado ocupa casi todo el parque, a diferencia del lagarto verde-negro, típico de las arboledas de los arroyos de montaña. El lagarto ibérico y el lagarto de cola larga se encuentran a menudo en claros de bosques montañosos.
La población de anfibios de Cabañeros es muy interesante. Destacan la salamandra, el tritón ibérico y el tritón verde-negro.
Otros anfibios que se pueden ver en el Parque son el sapo obstétrico ibérico, el sapo pintojo ibérico, el sapo común y la rana de San Antonio.
Guido Bissanti