Arboles de hoja caduca
Arboles de hoja caduca
Con el término hoja ancha, en las ciencias botánicas, nos referimos a aquellas plantas que tienen hojas anchas, independientemente de su forma. Por lo tanto, contrastan, por definición y características, con las hojas en forma de aguja, que son plantas con hojas de aguja.
Una característica común de los árboles de hoja ancha es que en su mayoría son plantas de hoja caduca, es decir, pierden su follaje en la temporada otoño-invierno.
Sin embargo, también hay excepciones a esta característica.
La encina, por ejemplo, es una hoja ancha de hoja perenne, lo que significa que nunca pierde su follaje. Lo mismo ocurre con el corcho, el laurel y el tejón. Sin embargo, en cuanto a los árboles de agujas, no pierden sus agujas y son de hoja perenne, excluyendo el alerce, que es el único árbol de agujas que pierde las agujas.
Los árboles de hoja caduca están muy extendidos principalmente en áreas con clima templado y mediterráneo, con altitud media.
Los coníferos, por el contrario, están presentes principalmente en los países del norte y en las zonas montañosas.
Otra característica morfológica de los árboles de hoja ancha es que tienen un tronco que tiende a abrirse como un paraguas, a cierta altura, con una copa en forma de globo u ovoide, muy frondosa y rica en frondas. El tronco tiene una masa leñosa atravesada por tubos, formada por una gran cantidad de células superpuestas entre sí: dentro de estas fluye la savia que tiene la función de alimentar a la planta.
Debe enfatizarse que el término es impreciso cuando se usa en el campo científico, y se usa comúnmente como sinónimo de angiospermas.
Ejemplos de árboles de hoja caduca son: pistacho (Pistacia vera), espino común (Crataegus oxyacantha), morera negra (Morus nigra), serbal (Sorbus domestica), kaki (Diospyros kaki), cornel (Cornus mas) , el níspero común (Mespilus germanica), la azufaifa (Ziziphus jujuba).