Galactosa
Galactosa
Galactosa, cuya fórmula bruta o molecular es: C6H12O6 es un monosacárido del cual se conocen dos formas isoméricas, D y L y con una masa molecular de 180.20 g / mes.
Este azúcar es un epímero de glucosa al cual es similar en estructura e idéntica en composición pero que difiere en un solo centro asimétrico.
La galactosa, en forma de β-d-galactopiranosa, y combinada de manera diversa con otros azúcares, está muy extendida en la naturaleza, tanto en el reino vegetal como en el animal, y es el azúcar principal de los glucolípidos (término genérico que indica lípidos que contienen oligosacáridos) de plantas y algas.
Este azúcar, después de la glucosa, es de hecho el carbohidrato más común en el reino animal; De hecho, se encuentra en las glicoproteínas de los pulmones, en los cerebrósidos (una categoría de glicolípidos) y en los gangliósidos del sistema nervioso, en el fibrinógeno, en las gammaglobulinas y en las membranas celulares.
Además, a partir de la d-glucosa (con la que forma lactosa), es sintetizada por las glándulas mamarias de los mamíferos.
En forma de D-galactosa, es producida en pequeñas cantidades por nuestro cuerpo y se utiliza para la síntesis de polímeros complejos.
En cambio, la mayor parte de la galactosa utilizada por nuestro cuerpo tiene un origen alimenticio; De hecho, es el componente de un disacárido importante y extendido que es la lactosa, que es el azúcar de la leche.
En condiciones donde la cantidad de galactosa introducida con los alimentos excede las necesidades del cuerpo, esto se usa para producir energía; Para realizar esta función, la galactosa primero debe convertirse en glucosa.
La galactosa se transforma en glucosa en el cuerpo humano por medio del hígado mediante la acción de dos enzimas, incluidas la galactoquinasa y la galactosa-1-fosfato uridiltransferasa.
La deficiencia de esta enzima se llama galactosemia, una enfermedad genética en la que la galactosa no se puede convertir en glucosa porque falta la molécula que permite esta conversión.
Por esta razón, los niños que padecen esta enfermedad deben evitar tomar leche, porque el exceso de galactosa en el torrente sanguíneo dañaría irreparablemente el sistema nervioso.
Para proteger a estos niños de la muerte prematura, por lo tanto, es necesario un diagnóstico muy temprano de la enfermedad dentro de los primeros cinco días de vida.
Los principales alimentos que contienen galactosa, en forma decreciente son:
– Barra de chocolate con leche, dietética: 5,62 g;
– Miel 3.1 g;
– Apio hervido 0,85 g;
– Apio 0,66 g;
– Cerezas 0,59 g;
– Cebolla en polvo 0,36 g;
– Frijoles Cannellini 0,34 g;
– Albahaca 0.27 g;
– Curry en polvo 0.21 g;
– Semillas de mostaza 0.2 g;
– Pimentón 0,19 g
Y otros con contenido decreciente.
Advertencia: La información mostrada no es un consejo médico y puede no ser precisa. El contenido es solo para fines ilustrativos y no reemplaza el consejo médico.