Sépalo
Sépalo
El sépalo es una parte de la flor que desempeña una función de protección del cáliz de la flor. El término sèpalo proviene del latín sepalum, compuesto de sep (arare) y alumbre (pet), pétalo. El pétalo es de hecho una hoja modificada que forma parte del cáliz. En última instancia, el sépalo constituye el cáliz, uno de los verticilos estériles de la flor y tiene una función protectora. Los sépalos, que generalmente tienen una función protectora, a menudo resultan en tejido engrosado o tienen cierta tuberosidad; además, pueden tener diferente consistencia y dimensión. Todos juntos forman, por lo tanto, el cáliz, y se llaman gamosepali cuando se fusionan en una sola circular, incluso solo en la base, o dialisepal si están completamente divididos.
Los sépalos, junto con los pétalos forman el perianto, y en muchas especies se modifican, reducen o desaparecen. En este caso, ya no se trata de sépalos y de pétalos, sino de tepales (hojas modificadas con la misma función protectora). A nivel botánico, los sépalos pueden tener considerables diferenciaciones al asumir formas o realizar diferentes funciones. Por ej. en las Asteraceae (entre las que se encuentran la marisa Bellis perennis, el diente de león y otras), los sépalos se han transformado en cerdas muy delgadas para facilitar la dispersión anemófila, por lo que llevan el nombre de pappus; típico de la ducha. Pappus, al ser una modificación del vidrio de una flor, actúa como un sistema de dispersión para la propia fruta, ya que en los compuestos lo que comúnmente observamos como una flor es en realidad una inflorescencia.