Cómo hacer crecer la hierba de San Pedro
Cómo hacer crecer la hierba de San Pedro
La hierba de San Pedro (Tanacetum balsamita L.) es una especie herbácea perenne y rizomatosa cuya altura varía de 60 a 120 cm, perteneciente a la familia Asteraceae o Compuesto. Son sinónimos Chrysanthemum balsamita y Balsamita major. La hierba de San Pedro es conocida en varios lugares también como: menta romana, hierba amarga, hierba buena, hierba de la Virgen, hierba de Santa María, fritola, menta griega, hierba de la Biblia y se cultiva como hierba aromática en los jardines. En esta hoja veremos precisamente cómo cultivar la hierba de San Pedro y las técnicas agronómicas más apropiadas. Parece que la hierba de San Pedro ya fue cultivada y utilizada, ya en la Edad Media, por los monjes y que hicieron algunos marcadores perfumados.
El cultivo de la hierba de San Pedro es bastante simple y también se puede cultivar en un jarrón, de capacidad media, para mantener en balcones o terrazas. Sin embargo, incluso si es una especie muy rústica, prefiere climas templados y se adapta a suelos pobres, requiere poca agua y no le gusta el agua estancada, debe cultivarse a la sombra para obtener hojas más tiernas y carnosas. La floración, caracterizada por pequeñas cabezas de flores amarillas, de esta planta ocurre en verano a partir de junio. La hierba de San Pedro se debe propagar preferentemente mediante mechones que se deben dividir en varias partes y colocar directamente en el suelo o en otros recipientes. Entre otras cosas, al ser una planta rizomatosa, si está bien cultivada y limpia de hierbas que compitan, se extenderá espontáneamente en el área de cultivo. La propagación por semilla es bastante difícil y fortuita porque las semillas, que a menudo son estériles, tienen una baja capacidad de germinación. Para cultivos más grandes y más exigentes, los sextos se pueden utilizar con una distancia entre las filas de al menos 60 cm y en la fila de 20-30 cm. La hierba de San Pedro no necesita riego porque se desarrolla bien, como se mencionó, incluso en suelos secos. La poda se lleva a cabo con el único propósito de retrasar la lignificación de los brotes, recogiendo las hojas cuando todavía tienen una consistencia herbácea. Las hojas de esta planta se usan frescas y es preferible recolectarlas antes de la floración; aún pueden congelarse y usarse en otro momento. Al igual que todas las plantas rústicas, no tiene problemas particulares de ataques de plagas, pero sufre de pudrición radical si se cultiva en suelos sujetos a estancamiento de agua. Habiendo dicho que es una planta muy rústica, no hay necesidad de recurrir a fertilizaciones particulares. La única contribución que se aprecia es la de las sustancias orgánicas (estiércol maduro o compost) distribuidas antes de la planta a las que, en suelos no alcalinos, se pueden agregar las cenizas. La hierba de San Pedro se usa mucho en la cocina para aromatizar tortillas y ensaladas o para aromatizar pasteles salados, raviolis y tortelli, incluso si no tienes que exagerar para no acentuar el sabor amargo. Los usos terapéuticos de esta hierba también son interesantes: es diurético, digestivo, antiespasmódico, carminativo. Sus hojas se utilizan como cicatrizzanti, para pequeñas quemaduras y picaduras de insectos y para la preparación de refrescantes baños aromáticos y para enjuagar el cabello y el lino.