Cómo recolectar y almacenar hierbas aromáticas
Cómo recolectar y almacenar hierbas aromáticas
La capacidad de producir y usar lo que se ha producido en casa o en su jardín es una de las actividades que nos da más satisfacción y al mismo tiempo hace un gran servicio al planeta. Produce y come en el Km cero.
Para hacer esto, sin embargo, se necesita un poco de conocimiento sin el cual nos arriesgamos a perder el tiempo y decepcionarnos. Para técnicas de cultivo específicas, nos referimos a la sección específica, mientras que con respecto a la técnica de recolección y sobre todo de conservación, en esta página, trataré de dar más detalles.
En general, los principios a ser adoptados son los siguientes:
para la recolección de las hojas, el mejor momento es antes de que la hierba flojee porque tienen más sabor y son tiernas; para la recolección de flores, esta operación debe realizarse antes de que comiencen a abrirse por completo, al mediodía; para la eliminación de las raíces, esta operación debe realizarse cuando la parte superior de la planta comienza a marchitarse.
Pasemos a la conservación ahora.
La conservación debe hacerse de acuerdo con el uso que queremos hacer de las plantas; en general, es aconsejable consumirlos después de la cosecha, ya que una vez secos, pierden un poco de aroma y sabor. Además, cuanto más nos alejamos de la cosecha (especialmente para frutas y verduras) las cualidades organolépticas y nutritivas experimentan una disminución exponencial. Una buena opción es congelarlos o mantenerlos en aceite o en vinagre (una opción que, como se mencionó, no es una alternativa a los productos frescos).
Sin embargo, si tenemos que mantener el producto seco, debemos tener cuidado, después de la cosecha, para eliminar las hojas que han crecido demasiado cerca para evitar que la humedad residual genere moho. Estos están atados al racimo y colgados del tallo, en un lugar seco, cálido, oscuro y bien ventilado (la adecuación de la habitación a estas características es esencial para obtener un producto de calidad de valor). Después de 30-45 días, si desea conservarlos, separe las hojas (o partes pequeñas de la planta) con la mano e insértelos en un frasco previamente etiquetado, seco, almacenándolo en un lugar seco y oscuro.
El método anterior es la mejor manera de preservar el sabor, el aroma y las propiedades.
Las opciones alternativas, como se mencionó, son congelar las partes verdes recién recogidas en bolsas de plástico o contenedores etiquetados, o una técnica interesante es introducir pequeñas cantidades de hojas en cubos de hielo con agua, para usarlas cuando sea necesario. Otra alternativa es usar las partes verdes de las plantas previamente lavadas, perfectamente secadas en el aire y luego almacenadas en aceite o en vinagre para aliñar ensaladas o hacer adobos excelentes.
Guido Bissanti