Pradera
Pradera
La pradera se desarrolla en las áreas, ubicadas en latitudes medias, donde no hay suficiente humedad para formar los bosques, pero en la que la estación seca no es tan seca como para evitar el crecimiento de la vegetación. El clima al que se vincula esta formación de plantas se caracteriza por inviernos fríos y veranos calurosos y secos, con escasas e irregulares precipitaciones. Las características de las praderas son los frecuentes incendios y el pastoreo de ganado o animales silvestres, que también determinan el tipo de vegetación principalmente herbácea de este bioma. De hecho, los pastos tienen la capacidad de volver a crecer mucho más rápido que las plantas leñosas después de un incendio o después de pastar una manada de herbívoros. Las gramíneas son la familia de plantas predominantes en las praderas, generalmente mezcladas con otras plantas herbáceas, como, en las regiones húmedas, numerosas especies de flores silvestres. Los árboles y arbustos tienden a crecer solo a lo largo de las orillas de los cursos de agua o en las zonas de transición de pastizales húmedos a bosques templados. Las mayores extensiones de praderas en el hemisferio norte se encuentran en América del Norte (las llamadas Grandes Llanuras) y en Rusia.
En los Estados Unidos de América, el clima se vuelve gradualmente más árido hacia el oeste: de hecho, pasa de las exuberantes praderas del este, caracterizadas por vastas extensiones de plantas herbáceas, hasta las extensas y áridas llanuras del oeste, donde se constituye la vegetación. De arbustos bajos dispersos. En Asia, la situación es la opuesta, es decir, desde las praderas de Europa del Este, que recuerdan a las del Este de América del Norte, hasta las estepas secas de Kazajstán y Mongolia, que se asemejan a las de los Estados Unidos occidentales. Las tierras emergidas del cinturón templado del hemisferio sur o sur son mucho menos extensas que las ubicadas en el hemisferio norte, y en consecuencia, las vastas extensiones de pastizales son pocas en esta área. Las más importantes son las pampas de argentina y uruguay. A diferencia de la mayoría de las estepas y praderas, que generalmente se forman dentro de los continentes, las pampas se extienden a lo largo de la costa del Océano Atlántico. Los factores que favorecen el crecimiento de plantas herbáceas en estas regiones son el clima semiárido combinado con la tierra plana, caracterizada por un drenaje deficiente. Otras praderas y estepas del hemisferio sur se encuentran en el sureste de Australia, en la cuenca del río Murray, en partes de Nueva Zelanda y Sudáfrica, en el Alto Veld (norte de Karroo).
Guido Bissanti