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Chlorella vulgaris

Chlorella vulgaris

Chlorella vulgaris (Chlorella vulgaris Beijerinck 1890) es una microalga verde perteneciente a la familia Chlorellaceae.

Sistemática –
Desde el punto de vista sistemático, pertenece al dominio Eukaryota, Reino Plantae, División Chlorophyta, Clase Trebouxiophyceae, Orden Chlorellales, Familia Chlorellaceae y, por tanto, al Género Chlorella y a la Especie C. vulgaris.
Los términos son sinónimos:
– Chlorella vulgaris var. viridis Chodat;
– Chlorella ellipsoidea Gerneck.
De esta especie se reconocen las siguientes subespecies:
– Chlorella vulgaris var. vulgaris;
– Chlorella vulgaris var. autotrophica (Shihira y Krauss) Fott y Nováková.

Etimología –
El término Chlorella proviene del griego χλώρος, chlōros khlōros, que significa verde, y del sufijo diminutivo latino ella, que significa pequeño.
El epíteto específico vulgaris proviene de vúlgus vulgo: muy común, ordinario por su uso extendido, banal.

Distribución geográfica y hábitat –
Chlorella vulgaris es una microalga eucariota verde del género Chlorella, presente en la tierra desde el período Precámbrico y una especie cosmopolita de agua dulce.

Descripción –
La Chlorella vulgaris es un alga unicelular de forma esférica, de unos 2-10 μm de diámetro y sin flagelos.
Contiene los pigmentos verdes fotosintéticos clorofila-ay -b en su cloroplasto.

Cultivo –
Esta alga, en condiciones ideales, se multiplica rápidamente, requiriendo solo dióxido de carbono, agua, luz solar y una pequeña cantidad de minerales para reproducirse.

Costumbres y tradiciones –
Esta alga unicelular fue descubierta en 1890 por Martinus Willem Beijerinck como la primera microalga con un núcleo bien definido.
Más tarde, a principios de la década de 1990, los científicos alemanes notaron el alto contenido de proteínas de C. vulgaris y comenzaron a considerarlo como una nueva fuente de alimento. Japón es actualmente el mayor consumidor de chlorella, tanto con fines nutricionales como terapéuticos.
La producción mundial anual de las diversas especies de chlorella fue de 2000 toneladas (peso seco) en 2009, con los principales productores en Alemania, Japón y Taiwán.
C. vulgaris es un excelente candidato para la producción debido a su alta resistencia a las duras condiciones y organismos invasores. Además, la producción de las diversas macromoléculas orgánicas de interés (proteínas, lípidos, almidón) difiere según la técnica utilizada para crear la biomasa y, por lo tanto, puede ser un objetivo.
En condiciones más hostiles, la biomasa disminuye pero aumenta el contenido de lípidos y almidón. En condiciones favorables, el contenido de proteínas aumenta junto con la biomasa. Se han desarrollado varias técnicas de cultivo. Explotan las propiedades autótrofas, heterótrofas o mixotróficas de C. vulgaris. El crecimiento autótrofo de C. vulgaris se logra mediante un fotobiorreactor cerrado. Por lo tanto, la recolección de biomasa se realiza generalmente por centrifugación debido a la alta eficiencia del proceso (95% de recuperación). Existen otras técnicas, como la floculación, filtración y flotación.
Además, Chlorella vulgaris puede ser una fuente prometedora de bioenergía. Puede ser una buena alternativa a los cultivos de biocombustibles, como soja, maíz o canola, ya que es más productivo y no compite con la producción de alimentos.
Puede producir grandes cantidades de lípidos, hasta 20 veces más que los cultivos que tienen un perfil adecuado para la producción de biodiesel.
Esta microalga también contiene altas cantidades de almidón, que es excelente para la producción de bioetanol. Sin embargo, los biocombustibles de microalgas están lejos de ser competitivos con los combustibles fósiles debido a sus altos costos de producción y su controvertida sostenibilidad.
En cuanto a sus aplicaciones en el sector alimentario, se destaca que el contenido proteico de Chlorella vulgaris varía del 42 al 58% de su peso seco de biomasa. La Organización Mundial de la Salud y la Organización para la Agricultura y la Alimentación creen que estas proteínas tienen una buena calidad nutricional en comparación con el perfil estándar para la nutrición humana, ya que las algas sintetizan aminoácidos.
Las algas también contienen lípidos (5-40% de masa seca), carbohidratos (12-55% de peso seco) y pigmentos con, entre otros, clorofila, alcanzando el 1-2% de peso seco.
Esta alga también contiene minerales y vitaminas y se comercializa como complemento alimenticio, aditivo, colorante alimentario o emulsión.
La comercialización se realiza en forma de cápsulas, extractos, comprimidos o polvo. Se consumen en Japón como tratamiento médico. Sin embargo, a pesar de su alto contenido en proteínas, C. vulgaris aún no se ha incorporado de forma generalizada a los alimentos. La principal razón de esto es su color verde oscuro y su olor, cercano al del pescado. Además, se ha identificado vitamina B12 en Chlorella vulgaris, en particular en forma de metilcobalamina.

Método de preparación –
La Chlorella vulgaris se utiliza principalmente como complemento alimenticio o aditivo alimentario rico en proteínas en Japón y se vende en envases comerciales en forma de cápsulas, extractos, tabletas o polvo.

Guido Bissanti

Fuentes
– Acta Plantarum – Flora de las regiones italianas.
– Wikipedia, la enciclopedia libre.
– Treben M., 2000. Salud de la Farmacia del Señor, Consejos y experiencias con hierbas medicinales, Ennsthaler Editore
– Pignatti S., 1982. Flora de Italia, Edagricole, Bolonia.
– Conti F., Abbate G., Alessandrini A., Blasi C. (editado por), 2005. Una lista de verificación anotada de la flora vascular italiana, Palombi Editore.

Advertencia: Las aplicaciones farmacéuticas y los usos alimúrgicos están indicados únicamente con fines informativos, no representan de ninguna manera una prescripción médica; por lo tanto, declinamos toda responsabilidad por su uso con fines curativos, estéticos o alimentarios.



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