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Ventajas de la plantación intercalada de olivo y limón

Ventajas de la plantación intercalada de olivo y limón

Las asociaciones de árboles, especialmente en agroecología, juegan un papel ecológico y productivo importante.
Entre estos recordamos el de la aceituna y el limón.
El cultivo intercalado de olivo (Olea europaea L., 1753) y limón (Citrus × limon (L.) Osbeck, 1765) es una práctica agrícola que consiste en cultivar ambas especies en una misma superficie. Si bien no es una plantación complementaria tan clásica ni común como las plantas vegetales, existen algunos beneficios potenciales, especialmente si se planifica con cuidado.
Entre las ventajas recordamos que esta asociación permite una optimización del espacio dando una perfecta integración entre las dos plantas. Obviamente, dada la necesidad de diferentes distancias de plantación para las dos especies, la asociación se puede adoptar utilizando una distancia de olivo de 9×9 y un cítrico en el centro (en quincunce). En este caso el olivo actúa como cortavientos para el limón y compite excesivamente por los recursos hídricos y nutricionales.
Sin embargo, hay que tener cuidado de no elegir espacios más estrechos, ya que si los olivos proporcionan demasiada sombra, pueden limitar el desarrollo del limón.
Obviamente, el suelo en el que crezcan las dos plantas debe ser adecuado para las dos especies.
Otra ventaja es la diversificación de la producción; Tener olivos y limoneros reduce los riesgos económicos asociados a enfermedades, años desfavorables o caídas de precios de un solo cultivo.
Además, al ser ambas especies plantas mediterráneas y requerir técnicas agronómicas compatibles: poda, riego estival (sobre todo en el limón), control de algunas enfermedades comunes como la fumagina, se integran muy bien.
Además, las copas de los olivos pueden ofrecer una sombra ligera a los limoneros en verano, útil en zonas muy cálidas y soleadas, reduciendo el estrés hídrico.
Por el contrario, el limonero puede ofrecer un microclima húmedo cerca del suelo que es útil para algunos microorganismos beneficiosos.
Una conexión interesante entre ambas especies es la vinculada al canto de los insectos útiles; Las flores del limonero (que florece varias veces al año) pueden atraer insectos polinizadores, que indirectamente también benefician al medio ambiente circundante, incluidos los olivos.
A la hora de cultivar las dos especies es importante tener en cuenta que ambas plantas tienen necesidades hídricas diferentes: el limonero necesita más agua que el olivo. Por tanto, es importante gestionar bien el riego para evitar el estrés hídrico en el olivo o la podredumbre en el limonero. En este caso se recomienda un sistema de sub-riego a lo largo de las hileras de limoneros (sobre todo si están en quincunce en el centro de 4 olivos). Esta técnica permite un buen aporte de agua al limón y asegura el correcto aporte de agua al olivo, que tiene menores necesidades hídricas.
Otra consideración que hay que tener en cuenta es la sensibilidad al frío: el limón es más sensible a las heladas que el olivo, por lo que estas plantas deben evitarse en zonas frías; La siembra asociada puede penalizar al limón.
Incluso en lo que se refiere al aporte de nutrientes, los limones requieren un suelo más fértil; por este motivo el acolchado y la adición de sustancias orgánicas deben favorecer al limón, dejando la fertilidad residual al olivo.
En general, esta asociación, si se adapta bien a las características del suelo y del clima, puede ser mucho más productiva que la suma de las producciones de las dos plantaciones por separado.




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