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Eupoecilia ambiguella

Eupoecilia ambiguella

La polilla de la vid (Eupoecilia ambiguella (Hübner, 1796)) es una polilla perteneciente a la familia Tortricidae.

Sistemática –
Desde un punto de vista sistemático pertenece a:
Dominio eucariota,
Reino Animal,
Subreino Eumetazoa,
Superphylum protostomia,
Filo artrópodos,
Subfilo tracheata,
Superclase Hexapoda,
Clase insecta,
Subclase Pterygota,
Cohorte de endopterigota,
Superorden Oligoneoptera,
Sección panorpoide,
Orden Lepidópteros,
Suborden Glossata,
Infraorden heteroneura,
División de ditrisia,
Superfamilia Tortricoidea,
Familia Tortricidae,
Subfamilia Tortricinae,
Tribu Cochylini,
Género Eupoecilia,
Especie E. ambiguella.
El término es Basionyme:
– Tortrix ambiguella Hübner, 1796.
Los términos son sinónimos.:
– Clysia roserana Frölich, 1828;
– Clysia turbinaris Meyrick, 1928;
– Cochylis roserana (Frölich, 1828);
– Conchylis ambiguella (Hübner, 1796);
– Eudorea ambiguella (Hübner, 1796);
– Eupoecilia ambiguella Walsingham, 1900;
– Loberia omphaciana Bruand, 1850;
– Tinea ambiguella Hübner, 1796;
– Tinea omphaciella Faure-Biguet de Simonest, 1801;
– Tortrix roserana Frölich, 1828.

Distribución Geográfica y Hábitat –
Eupoecilia ambiguella es una pequeña polilla que vive y se reproduce en un vasto territorio que Europa, China (Anhui, Fujian, Gansu, Guizhou, Hebei, Heilongjiang, Henan, Hubei, Hunan, Jiangxi, Shaanxi, Shanxi, Sichuan, Tianjin, Xinjiang, Yunnan , Zhejiang), India, Japón, Corea, Mongolia y el Lejano Oriente ruso.
En Italia está muy extendida en las zonas del norte donde realiza dos generaciones al año que a menudo coinciden con las de Lobesia botrana, para las que se suele combinar el control.
Las larvas de Eupoecilia ambiguella se alimentan principalmente de cornejo, Rhamnus frangula, Hedera helix, Rhamnus cathartica, uvas y madreselva. La especie se considera una plaga para las uvas.

Morfología –
Eupoecilia ambiguella es una polilla pequeña con una envergadura de 12-15 mm en estado adulto.
Las alas anteriores tienen la forma típica de la generalidad de los tortricidos, es decir, son subtrapezoidales, con un margen costal convexo y tendencialmente paralelo al anal y un margen distal cayendo en dirección anteroposterior.
Se diferencia de los demás tortricidos y, por tanto, también de Lobesia botrana por la conformación del cúbito: el cúbito posterior (Cu2) está ausente (presente en la polilla) y la rama posterior de Cu1 (C1b) se origina en el último cuarto. de la celda discal (alrededor de las tres cuartas partes del camino hacia abajo de la celda del disco en la polilla).
Macroscópicamente, el diseño de las alas anteriores es más evidente: en Lobesia botrana las alas son jaspeadas, en E. ambiguella son de color blanco amarillento, con una banda transversal subtrapezoidal marrón que se extiende en la zona intermedia desde el margen costal. al anal y con una base más ancha en el margen costal. Las alas traseras son de color grisáceo y tienen una franja de color más claro en el borde.
El huevo tiene forma lenticular y elíptica, de 0,6 mm de ancho y 0,8 mm de largo; tiene un color amarillento cuando se acaba de poner, pero luego lleva una mancha anaranjada o marrón rojiza.
La larva, de aproximadamente 1 mm de largo al nacer, es muy similar a la de L. botrana, de color blanquecino con la cabeza oscura. Al final del desarrollo alcanza 10-12 mm de longitud, de color variable desde rojo oscuro a avellana-verdoso, pardo en la cabeza y en el dorso del primer segmento torácico.
La crisálida es de color marrón rojizo.

Actitud y ciclo biológico –
Eupoecilia ambiguella pasa el invierno en forma de crisálida, a menudo bajo la corteza de la planta o en otros barrancos del viñedo, como postes de madera, tocones viejos, etc.
Llegados en el período primaveral, entre abril y mayo (excepcionalmente en marzo-abril) los adultos y las hembras aparecen sobre los racimos florales; esta es la primera generación de larvas antófagas. La aparición de los machos precede en promedio a la de las hembras.
El desarrollo larvario tiene lugar en aproximadamente un mes y le sigue la ninfosis, con la pupa a partir de la segunda quincena de junio. La ninfosis de la primera generación dura de 9 a 12 días.
Estas larvas se incrisalidan en el racimo de flores y los nuevos adultos que seguirán a la segunda generación aparecen entre junio y julio. Estos oviponen sobre racimos ya formados, las larvas que nacen son carpófagas.
Las larvas de esta segunda generación tienen un ritmo de crecimiento más lento que las de Lobesia, tanto que, en ocasiones, se prolonga hasta octubre.
Cuando madura, la larva abandona el racimo y se traslada a las ramas y tocones donde pupa. Las larvas de segunda generación originarán las crisálidas que pasarán el invierno.
De esta forma la mariposa completa dos generaciones al año; en climas más cálidos se puede tener una 3ª generación, pero rara vez, al final del verano que, sin embargo, suele ser parcial e incompleta.
El clima tiene un buen impacto en la biología de esta polilla que muestra diferentes comportamientos en relación tanto con las condiciones climáticas como con la fase del ciclo. La actividad de los adultos se ve favorecida por un clima templado y una humedad relativa bastante alta. El óptimo termohigrométrico se sitúa a una temperatura de 22-25 ºC y una humedad del 70-100%, por lo que los veranos tórridos y calurosos y secos son claramente desfavorables. Además, se nota una marcada mortandad de las crisálidas de la generación invernante en manantiales con fuertes oscilaciones térmicas, superiores a los 20 ºC.
Además, la fertilidad de las hembras difiere en las dos generaciones: las hembras desplegadas de la crisálida de invernada ponen una media de 40-60 huevos, mientras que las desenterradas de la generación antófaga ponen una media de 30 huevos. La duración de la incubación está condicionada por la temperatura y tiende a disminuir con temperaturas más altas. Los huevos de la generación antófaga eclosionan después de 1-2 semanas, los de la generación carpófaga después de solo 3-4 días.
Sin embargo, el período de vuelo está más concentrado de mayo a agosto.

Rol Ecológico –
Junto con Lobesia botrana, Eupoecilia ambiguella forma el grupo de plagas carpófagas de mayor importancia en el campo de las adversidades de la vid. Si bien ocupa el mismo nicho ecológico que el primero, sus ataques nunca ocurren simultáneamente.
El daño se produce tanto en el racimo floral (primera generación) como en las bayas en fase de engorde y pinta (segunda generación), provocando los mismos efectos negativos que la Lobesia.
Sin embargo la e. ambiguella tiene un área que tiende a extenderse más al norte, en comparación con la de L. botrana), ya que se prefieren lugares con un clima más fresco y húmedo.
Desde un punto de vista etológico, los adultos de E. ambiguella tienen hábitos crepusculares y nocturnos, mientras que durante el día descansan apostados en sitios umbríos y frescos. La actividad sexual está mediada por la acción de atracción que ejerce sobre los machos la feromona emitida por las hembras.
Los huevos de las hembras de la generación carpófaga se depositan individualmente, generalmente en el costado de un botón floral, más raramente en los pedicelos y en el raquis. Los huevos de las hembras de la generación antófaga se depositan, también individualmente, sobre la baya cerca del pedicelo.
Las larvas muestran una voracidad más pronunciada que las de L. botrana. Una sola larva antófaga destruye 50-60 flores, una larva carpófaga destruye unas 20 bayas. Las larvas antófagas envuelven las flores en glomérulos por medio de hilos sedosos y atacan las flores perforándolas desde el exterior. Durante el desarrollo, construyen una pequeña caja que eventualmente se usará como capullo para proteger la crisálida. La pupa tiene lugar dentro de los glomérulos infestados. Las larvas carpófagas envuelven las reglas del globo de las bayas en una red densa, después de lo cual penetran dentro de las bayas, vaciándolas parcialmente del contenido.
Aunque asociada a la vid (por las evidentes mayores repercusiones económicas) la Eupoecilia ambiguella tiene una marcada polifagia que se vierte sobre una amplia especie de plantas, que bajo el aspecto taxonómico, se refieren a plantas herbáceas o leñosas, generalmente con frutos baya o similares, pertenecientes a géneros como Ribes, Lonicera, Viburnum, Rhamnus, Ligustrum, Juniperus, Hedera, etc. Esta polifagia se manifiesta, en particular, en las regiones situadas más allá de la zona de cultivo de la vid.
En cuanto a los sistemas de control agronómico de esta polilla, se pueden dividir en dos métodos principales, a saber, abiótico y biótico.
Los factores de control natural son del tipo abiótico o biótico.
Entre los primeros recordamos, como se mencionó, el régimen termo-higrométrico. La acción más eficaz la ejerce la temperatura: regímenes térmicos superiores a 30-32 ºC pueden provocar una alta mortalidad de adultos incluso en condiciones de alta humedad relativa. La acción del clima puede por lo tanto ser tal que determine la desaparición o modesta actividad de la polilla en regiones enteras. Esto es lo que ocurre en la mayor parte del territorio italiano, donde los veranos calurosos y secos desfavorecen a la polilla y la atención de los enólogos se concentra en la polilla.
En cambio, los factores bióticos están representados por un elevado número de antagonistas naturales, cuya incidencia global, sin embargo, es modesta en comparación con la del control biológico de la polilla. Entre los insectos parasitoides, mencionamos el género Pimpla (Hymenoptera: Ichneumonidae) y el calcidoide Colpoclypeus florus (Hymenoptera: Eulophidae). Entre los depredadores activos se encuentran los crisopes (Neuroptera: Chrysopidae) y los sírfidos (Diptera: Syrphidae). Finalmente, entre los parásitos, se encuentran algunos hongos entomopatógenos (Beauveria bassiana, Spicaria farinosa).
En todo caso, la lucha contra E. ambiguella sigue los criterios ya expresados ​​para la lucha contra L. botrana, sobre todo porque los momentos de las intervenciones coinciden; los umbrales de intervención, obtenidos ya sea por seguimiento o por muestreo, son acumulativos del daño y del vuelo de las dos polillas. Si queremos considerar solo a E. ambiguella, los criterios de muestreo y evaluación de los umbrales de intervención son los mismos vistos para L. botrana; solo cambian las feromonas, las trampas sexuales y el número de capturas para determinar el umbral de intervención. Las trampas deben colocarse a mediados de abril y el umbral de intervención, para algunos tipos de trampas (por ejemplo: traptest), es de aproximadamente 10 machos capturados por trampa por semana.
El muestreo se realiza comprobando los racimos (unos 100 por hectárea de viñedo), seleccionados al azar en rama, sobre un número determinado de tocones al azar en el campo.
Los muestreos deberán realizarse en tres períodos preestablecidos que más o menos correspondan a las tres generaciones; en particular a la floración (la generación), desde el pulgar hasta el precierre del racimo (2ª generación) y desde el pinta hasta la primera quincena de septiembre (3ª generación). Con el muestreo, los umbrales de intervención son:
– 1ª generación: 35-50% de racimos infestados;
– 2ª generación: es posible intervenir en los primeros ataques a la uva, en zonas de riesgo; o con un umbral del 5% de racimos infestados de larvas o en presencia de huevos o con orificios de penetración;
– 3ª generación: intervenimos en un umbral del 5% de racimos infestados.
Para determinar el umbral de intervención también se puede realizar mediante el uso de trampas sexuales para el seguimiento. Estos deben instalarse (1 o 2 por hectárea o por empresa) a principios de abril; la cápsula hormonal, y posiblemente también el fondo, deben cambiarse unos 10 días antes del vuelo previsto de la próxima generación.
Generalmente las capturas de primera generación son solo indicativas de la población existente (no es recomendable negociar).
Para las demás generaciones, el umbral indicativo propuesto en algunos ambientes es de 10 machos capturados por trampa por semana (ej: traptest).
Si no quieres considerar el umbral de intervención, puedes tratarlo unos 10-12 días después de las primeras capturas, si un solo tratamiento es suficiente; o se puede tratar a los 9-13 días, con una intervención posterior a los 7 días, desde el momento en que está creciendo la fase de captura de los machos.
La intervención también se activa cuando se supera el umbral de racimos infestados, o al primer daño de las bayas.
La lucha guiada también se puede realizar con productos biotecnológicos, de hecho se pueden utilizar formulaciones biológicas a base de Bacillus thuringiensis ssp. Kurstaki.
Este insecticida biológico, en consideración a sus características, debe distribuirse antes de que las larvas hayan entrado en las bayas; se utiliza con buenos resultados contra las larvas de segunda generación, repartiéndola dos veces (la primera a los 7-9 días y la segunda a los 15-16 días desde el inicio de la fase de crecimiento de las capturas) o una sola vez entre el 19 y el día 13 desde el inicio de la fase de crecimiento de las capturas. Contra la tercera generación (de la polilla), se aplica 2 y 3 semanas después del inicio de las capturas de los machos. En estas intervenciones se aconseja, para mejorar el efecto del tratamiento, añadir unos 500-1000 g de azúcar por hectolitro de agua.
En los últimos tiempos, algunas investigaciones se han interesado por preparados a base de virus y hongos (control microbiológico), que parecen tener actividad frente a algunos tortricidas entre ellos la Lobesia, y técnicas de confusión sexual.
Por último, cabe recordar que las técnicas agroecológicas, con engrasado, intercalado con otras plantas, la presencia de setos que delimitan las parcelas, muros de piedra seca para el refugio de parásitos o antagonistas mejoran mucho las infestaciones de estos insectos hasta reducirlos por debajo. el umbral de intervención. Obviamente, en este último caso es necesario hacer uso de la asesoría de un agrónomo con conocimientos específicos en agroecología.

Guido Bissanti

Fuentes
– Wikipedia, la enciclopedia libre.
– GBIF, la Facilidad Global de Información sobre Biodiversidad.
– Russo G., 1976. Entomología agrícola. Parte Especial. Editorial Liguori, Nápoles.
– Pollini A., 2002. Manual de entomología aplicada. Edagricole, Bolonia.
– Tremblay E., 1997. Entomología aplicada. Editorial Liguori, Nápoles.
Fuente de la foto: – https://observation.org/photos/29146316.jpg



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